El arte checo de escabullir la ley antitabaco

Foto: ČTK

A pocas horas de entrar en vigor la ley antitabaco en la República Checa, la parte fumadora de la sociedad así como los dueños de negocios ya intentan encontrar las maneras de evadirla. Las artimañas son diversas así como la interpretación misma de la ley.

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Sin duda, la ley antitabaco parece tener un fuerte impacto en los espacios recreativos como bares, restaurantes y cafeterías, en los hábitos de consumo de sus clientes asiduos y en quienes tienen la vieja costumbre de encender un cigarrillo donde les apetezca. Ello ha resultado en la invención de artificios para escabullir la ley dentro de los bares y tabernas, que se resumen en lo siguiente:

Una es que los empleados del local afirmarían "no veo a nadie fumando", "estamos en una transición", "esto es un club privado", "esto es un establecimiento en obra temporal" y "aquí no se sirve comida, sino solo bebidas y en este caso el fumar no es molestia".

La viceministra de salud, Lenka Arnoštová, advierte al respecto que las sanciones y el seguimiento no harán excepciones.

Lenka Teska Arnoštová,  foto: Noemi Fingerlandová,  ČRo
"Los organismos de protección de la salud pública de la estación higiénica de Praga van a evaluar siempre caso por caso y de haber alguna actividad que sea caraterística de un establecimiento con servicio de comida y bebida pueden intervenir e imponer multas".

A los dueños de algunos locales se les ha ocurrido renombrar sus bares con el título "Club privado de fumadores" e incluso repintar sus letreros con tal nombre. Los que vinieron con esta idea suponen que la clientela se reuniría en su bar como que si se estuviese reuniendo en la casa privada de alguien.

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Ante ello, el Ministerio de Salud deja claro que no depende del nombre del lugar, sino de cómo sea el negocio por dentro. El abogado Tomáš Kindl afirma "puede tratarse de un lugar reservado para un grupo particular de personas, puede ser después del horario de cierre, pero igualmente la ley se va a aplicar".

En las épocas de buen tiempo, como ahora, ni los clientes ni los propietarios de bares tienen tantas razones para quejarse de la ley en cuestión, pues el verano beneficia a todos en ese sentido, agrega la ministra Arnoštová.

"Hoy puedo decir que la situación en Praga es que mucha gente en verano va a fumar afuera, en las terrazas, donde, en realidad, se puede fumar y mientras tanto con eso no hay grandes problemas. Espero que las ciudades se vayan adaptando a esta nueva tendencia".

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No obstante, la posibilidad de que los fumadores disfruten de su hábito en las terrazas depende directamente de los gerentes de los negocios, quienes tienen la potestad de permitirlo siempre y cuando se trate de una terraza al aire libre sin tejado. El coordinador de la Comisión Nacional Antidrogas, Jindřich Vobořil, recuerda cuál es la razón principal de precaución por parte de los propietarios de locales.

"Primero que nada la razón no es solo reducir el número de fumadores, sino proteger a los empleados porque este era el único sector donde la protección al empleado no existía".

Mientras que algunos buscan la manera de esquivar la ley, esta llamada época de transición de 90 días, desde la entrada en vigor de la ley, en la que los propietarios deben reeducar a su personal sobre las nuevas normas y pasar por un proceso de adaptación, parece ser un periodo susceptible para interpretaciones a conveniencia de la ley y lograr escabullirla.

Autor: Ana Briceño
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