El alto consumo de cerveza en Chequia perjudica la economía nacional
El consumo excesivo de cerveza entre los checos se refleja en los costes de los servicios sanitarios y pérdidas en la productividad.
Los checos siempre han ocupado los primeros lugares entre los consumidores más ávidos de cerveza en el mundo. Sin embargo, los datos más recientes de PAQ Research señalan que esta afición es muy dañina para la economía nacional. Según el sociólogo Daniel Prokop de PAQ Research, la diferencia entre los impuestos especiales sobre el alcohol y el impacto negativo en los servicios sanitarios, la productividad y el sector social es enorme.
Prokop recalcó que los impuestos especiales no suben con el tiempo, y que hay demasiadas excepciones respecto a los mismos lo que finalmente ocasiona una disminución del valor real de los impuestos especiales. No obstante, ya se están planificando reformas que incrementarían los impuestos y que supuestamente combatirían mejor el alcoholismo y sus impactos negativos. Además, Prokop dijo que el vino tranquilo todavía está libre de un impuesto especial.
“Creo que desde el punto de vista médico y económico el vino tranquilo debería ser gravado porque estimula el crecimiento del consumo alcohólico. En realidad, ya está subiendo el consumo del vino y disminuyendo el de la cerveza. Esto se debe a que ahora el vino esté libre de impuestos especiales. Por eso, a veces uno se puede comparar una botella de vino por menos de un euro en la República Checa”.
Aunque muchos checos han afirmado que no dejarían la tradición de consumir cerveza independientemente del precio, Prokop piensa que esta actitud puede cambiar. Explicó que con los impuestos subirían los precios de las cervezas y los vinos más baratos mientras que las bebidas locales de alta calidad no se verían afectadas. Asimismo, aclaró que los impuestos especiales dependerían mucho de la cantidad de alcohol que contiene la bebida. Prokop espera que un cambio así motivaría a los productores a disminuir la cantidad de alcohol en sus bebidas lo cual significaría que con la misma cantidad de cerveza, por ejemplo, la gente consumiría menos alcohol. Además, reiteró que el precio siempre influye de alguna u otra forma a los consumidores.
“Es muy importante cómo lo haremos. Si seguimos con estas excepciones de no gravar los vino tranquilos, por ejemplo, pero de poner impuestos sobre los licores, el cambio no sería notable. Como consecuencia, la gente continuaría consumiendo vinos tranquilos. Así que el efecto de una política así depende de qué tan sistemática sea”.
Prokop destacó que la República Checa se encuentra en el primer lugar de consumo de bebidas alcohólicas per cápita en la Unión Europea. Estas estadísticas alarmantes son a causa de una combinación del consumo excesivo de cerveza, licores y vino tranquilo. Algunos opinan que una gran parte de las compras de alcohol en Chequia proviene de los turistas. Sin embargo, Prokop alertó que durante la pandemia de COVID-19, cuando casi no había turistas, el consumo de bebidas alcohólicas disminyó levemente. Esto significa que el consumo local prevalece. Asimsimo, Prokop comentó que la mayoría del gabinete checo está de acuerdo con sus argumentos y propuestas.
“Hay algunos partidos que por incentivos locales no tomarían acción. Por supuesto que hay presión acerca de este asunto, pero creo que los políticos deberían ser fuertes en sus decisiones. Ahora tenemos un enorme problema con el déficit del presupuesto estatal. Unos casi 500 millones de euros por año, que vendrían de impuestos especiales, serían de gran utilidad en un momento así. Además, es mejor que haya impuestos sobre el alcohol que sobre la renta”.
Prokop concluyó que con las medidas correctas este problema se puede solucionar sin que sufran los pequeños productores locales.