El 40% de las checas ha sufrido violencia doméstica

Foto ilustrativa: Kristýna Maková / Archivo de ČRo 7 - Radio Praga

La violencia doméstica es un fenómeno que sigue proliferando en Chequia y otros países, a pesar de adoptarse medidas para combatir esa lacra. El 40% de las mujeres sufre algún tipo de violencia doméstica en la República Checa, según datos publicados con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Foto ilustrativa: Kristýna Maková / Archivo de ČRo 7 - Radio Praga
Amenazas, humillación y ataques físicos. Estas son las formas más frecuentes de violencia doméstica a las que son expuestas las mujeres. Desde que en 2007 entró en vigor en la República Checa la normativa que permite que el agresor sea expulsado temporalmente del hogar, este castigo fue aplicado en más de 6.000 casos.

No obstante, el número de agresiones en los hogares checos continúa aumentando. En el curso de este año han sido expulsadas del hogar 1.200 personas por maltratar a su pareja. En la mayoría de los casos el hostigador es un hombre y la víctima una mujer. Lo peligroso de la violencia doméstica es que todo ocurre puertas adentro, según destaca Zdena Prokopová, de la asociación pública ROSA, que ayuda a las víctimas.

”La violencia doméstica comienza frecuentemente con la humillación psíquica de la mujer. Su pareja se burla de ella y le da a entender que la desprecia. Es un mal con profundas raíces. Más tarde viene el primer golpe y los ataques físicos se intensifican”.

Chequia se adhirió en 1995 al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Sin embargo, dos quintas partes de las mujeres en este país afirman ser o haber sido blanco de algún tipo de maltrato doméstico, incluidos ataques físicos y acoso sexual repetido. Más de la mitad de las víctimas tienen serios problemas psíquicos permanentes a causa de las agresiones o sufrió alguna lesión. A pesar de ello, muchas de las mujeres agredidas tardan en buscar ayuda, afirma Ludmila Čírtková, psicóloga policial.

Ludmila Čírtková,  foto: Alžběta Švarcová / Archivo de ČRo
”La gente se pregunta por qué las mujeres maltratadas se quedan con el agresor tanto tiempo y aguantan incluso los golpes. Es porque al inicio se sienten culpables aunque no hayan cometido nada malo, luego les da miedo y vergüenza hablar de ello, porque todo ocurre puertas adentro, en los hogares, sin que nadie sea testigo, con la excepción de los hijos. Falta allí otra persona e institución que ayude a tiempo a la afectada”.

En caso de que la víctima de la violencia doméstica se decida a oponerse al agresor y resolver su situación, no debería vacilar en pedir ayuda a la asociación Rosa que se dedica a esos casos o a la Policía. El agresor puede ser expulsado temporalmente del hogar y durante ese tiempo la persona maltratada puede emprender pasos que le permitan cambiar sustancialmente su vida en el futuro.