El 21 de agosto de 1969:violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del régimen comunista
El 21 de agosto de 1969 fue el primer aniversario de la ocupación soviética de Checoslovaquia.Los ciudadanos se lanzaron a las calles para expresar su repudio a los ocupantes y a la dirección del Partido Comunista, encabezada por Gustáv Husák, que estaba eliminando gradualmente todos los derechos democráticos logrados durante la Primavera de Praga de 1968.Los enfrentamientos callejeros entre los manifestantes y las fuerzas del régimen eran tan violentos que en Praga y Brno se parecían a una guerra civil. Para reprimir las protestas, el régimen de Husák mandó contra los ciudadanos a 26.000 policías, 20.000 soldados con 310 tanques y 40.000 miembros de las llamadas Milicias Populares.
Checoslovaquia, ocupada por las tropas soviéticas, retomó en 1969 el camino del socialismo totalitario. El dogmático Gustáv Husák abandonó el rumbo del socialismo con cara humana.
La primera medida tomada por Husák después de asumir las riendas del poder en abril de 1969, fue amordazar los medios de comunicación, reimplantando la censura, abolida el año anterior durante la Primavera de Praga.
En las redacciones empezaron las purgas. De la Radio Checoslovaca serían despedidas 700 personas...
El régimen tenía claro que con motivo del primer aniversario de la ocupación soviética se producirían en las grandes urbes protestas masivas de la población.
En todas las regiones del país se formaron regimientos de choque de la policía que eran adiestrados para disolver manifestaciones callejeras y sofocar disturbios masivos de la población.
El régimen adquirió manterial antidisturbios:cañones de agua, granadas con gas lacrimógeno y carros blindados.Gustáv Husák afirmó a principios de julio de 1969 en una reunión del Estado Mayor de las Milicias Populares:
”Quien se atreva a manifestar una resistencia activa en la calle o algo parecido, será aplastado sin contemplaciones, cueste lo que cueste”.
Las protestas más radicales se esperaban en el centro de Praga. Los primeros ciudadanos empezaron a concentrarse al pie de la estatua ecuestre de San Venceslao ya el sábado 16, el domingo 17 y el lunes 18 de agosto de 1969.
El lunes aparecieron en la estatua lemas como “¡Ivan, go home!”, “¡Viva Dubček!” y ”El 21 de agosto: día de la vergüenza”.
El martes 19 de agosto la protesta se convirtió en una multitudinaria manifestación. Un joven resultó herido de gravedad por un disparo. La policía utilizó contra los manifestantes reiteradamente gas lacrimógeno.
Las manifestaciones prosiguieron también el miércoles 20 de agosto. Los destacamentos policiales utilizaron carros blindados para desalojar a los manifestantes de la céntrica Plaza de Venceslao.Las manifestaciones culminaron el jueves 21 de agosto de 1969. Ya al mediodía se concentraron en la Plaza de Venceslao entre 50.000 y 100.000 manifestantes.
La policía irrumpió en la plaza y logró desalojarla. Las tropas militares cerraron los accesos a esa área urbana.Violentos choques entre los manifestantes y las unidades policiales se trasladaron a las calles y barrios cercanos.
Por la tarde se producían enfrentamientos en la Ciudad Vieja y en la Ciudad Nueva de Praga.
Hacia las nueve de la noche, el núcleo de las protestas se trasladó a la parte baja del barrio de Vinohrady. En la Plaza de Tyl los manifestantes levantaron barricadas de cinco vagones de tranvía.Fuertes grupos de manifestantes se concentraron cerca del Teatro Nacional, a orillas del río Moldava, donde arrancaron adoquines.
Las unidades policiales se veían desbordadas por la envergadura de las protestas. Llamaron en su ayuda al XVII regimiento de tanques del Ejército Popular Checoslovaco.
Los tanques dispersaron a los manifestantes desarmados. Tras su intervención, el régimen recuperó el control sobre la capital.
Graves enfrentamientos entre las fuerzas del régimen y manifestantes se produjeron también en la capital morava de Brno.
En la céntrica Plaza de la Libertad se concentraron 15.000 personas. La policía empezó a dispersarlas con cañones de agua y gas lacrimógeno.Ante la tenaz resistencia de los manifestantes, la policía llamó al Ejército. El correspondiente informe policial lo explicaba en los siguientes términos:
”Ya que los manifestantes habían ocupado incluso el tejado del comedor universitario y atacaban violentamente con piedras y tejas a nuestras unidades, se hizo evidente que con las fuerzas de que disponíamos no era posible desalojar toda la plaza. Se tomó la decisión de reforzar las unidades con miembros del Ejército Popular Checoslovaco y utilizar tres tanques para dispersar a los manifestantes y eliminar la barricada en llamas”.
En los enfrentamientos callejeros en Praga y Brno se registraron muertos y heridos entre los manifestantes. Las balas disparadas por las fuerzas del régimen cerca de la Torre de la Pólvora en Praga mataron el 20 de agosto de 1969 a František Kohout y a Vladimír Kruba.
Al día siguiente los disparos se cobraron en Brno las vidas de Stanislav Valehrach y Dana Muzikářová.
La última víctima fue Bohumil Siřínek, un muchacho de catorce años, que resultó mortalmente herido el 21 de agosto de 1969 en la Plaza de Tyl, en Praga. Fallecería tres días después.
Según los testigos, los autores de los disparon que mataron a las cinco víctimas eran miembros de las Milicias Populares. Hombres que carecían del debido adiestramiento, pero adoctrinados por su comandante en jefe, Gustáv Husák, sucumbieron fácilmente al pánico y apretaron los gatillos de sus armas.
Las manifestaciones contra el régimen de Gustáv Husák y la ocupación soviética no se limitaron a Praga y Brno. Se produjeron en decenas de ciudades. En Liberec, Bohemia del Norte, los enfrentamientos callejeros alcanzaron la intensidad de los de Praga.
La policía detuvo a más de 2.400 personas. El 80 por ciento de los detenidos eran menores de 25 años.
El régimen respondió inmediatamente a las protestas callejeras de centenares de miles de personas. El 22 de agosto de 1969 la presidencia de la Asamblea Federal aprobó las llamadas “Medidas transitorias para fortalecer y proteger el orden público”. La gente le puso el nombre de “Ley de las cachiporras” por su carácter represivo.
Otorgaba a la policía mayores competencias. Ésta podía detener a los opositores durante tres semanas en vez de las 48 horas.
Aumentaba las penas de cárcel por la supuesta difmación de la República y de sus representantes, así como de los Estados de sistema socialista.
El cuarto artículo estipulaba que la persona que vulnerase el orden socialista podía ser despedida inmediatamente del trabajo o expulsada de los estudios.
Esta norma permitió al régimen desencadenar purgar masivas en las instituciones estatales, los medios de comunicación, las universidades y las empresas.
Para los ciudadanos era chocante que al pie de la “Ley de las Cachiporras” estamparon sus firmas tres destacadas figuras de la Primavera de Praga que en 1969 ocupaban todavía altos cargos, aunque sin poder real: el presidente de la República, Ludvík Svoboda, el primer ministro, Oldřich Černík, y el presidente de la Asamblea Federal, Alexander Dubček. Este último calificaría posteriormente su firma como el mayor error de su vida.
La „Ley de las Cachiporras“ debía aplicarse sólo hasta finales de 1969. Sin embargo, se mantuvo en vigor en los veinte años posteriores, hasta la Revolución de Terciopelo.
Para reprimir cualquier manifestación de desobediencia, además de la policía desde 1970 estaban listos para salir a la calle en cualquier momento contra los ciudadanos 155 tanques, 130 carros blindados y 14.000 soldados.