Dulces y golosinas en checo
El 5 de diciembre en Chequia sube bruscamente el consumo de dulces y golosinas. La culpa es de un trío formado por San Nicolás, un diablo y un ángel que recorren los hogares checos para premiar a los niños por su comportamiento. Las golosinas y dulces más y menos típicos protagonizarán el minicurso de esta semana.
¿Qué pasa? ¿Ya estás deseando que el diablo -čert- espante a tus hijos y les reprenda para que se comporten mejor?
No es eso. Es que escondí los paquetes de golosinas -sladkosti- para los niños en un armario y cada vez que paso por allí tengo que resistirme para no comérmelos. Así que esta tarde se los pasaré a San Nicolás -Mikuláš- para que se los regale a mis hijos y mi problema se solucionará.
Yo no tengo este problema. Mis sobrinos no se han portado este año nada bien, así que tengo para cada uno una bolsa de patatas. No las fritas, sino las crudas del campo. ¿De hecho, qué dulces suele regalar San Nicolás a tus hijos?
De todo. Nunca faltan figuritas de chocolate -čokoládové figurky-, galletas -sušenky-, ositos de goma -gumoví medvídci-, chicles–žvýkačky-...¿Sabías que mientras que la expresión checa para el chicle deriva del verbo masticar–žvýkat- la palabra española chicle se refiere a un árbol nativo de Centroamérica del que se obtenía una goma masticable?
No lo sabía. Un chupa chups, que en checo se llama –lízátko- también deriva de un verbo, lamer–lízat-. Un poco confusa puede resultar la palabra caramelo. Es que en checo la palabra –karamela- se refiere solamente a una concreta golosina hecha de caramelo. Otros tipos de caramelos se denominan en checo –bonbóny- .
Mientras que en espanol los bombones se refieren a los dulces de chocolate. De hecho, a mí me encantan los típicos dulces checos–typické české sladkosti. Exquisito es por ejemplo el pan de jengibre–perník-. Es un bollo dulce hecho de una masa que aparte de jengibre–zázvor- lleva miel–med-, canela–skořice- y otras especias. Antes solía llevar también pimienta –pepř- y de allí también su nombre perník, ya que antes se llamaba –peprník-. Del mismo tipo de masa se producen también las orejas de Štramberk–štramberské uši-, unos dulces con forma de cucurucho–kornoutek-. Después de recibir la Indicación Protegida Geográfica de la Unión Europea se pueden fabricar solamente en la ciudad de Štramberk, en Moravia.Y ¿a qué se debe su nombre tan morboso?
Según una leyenda del siglo XIII, los tártaros invadieron la ciudad de Štramberk. Los locales lograron derrotarlos y después encontraron en su campamento unos sacos llenos de orejas humanas saladas, que los tártaros supuestamente habían cortado a los cristianos. Para conmemorar este suceso, en la víspera del Día de la Ascensión se prepara este tipo de dulce.
Otro típico dulce checo es frgál, un pastel–koláč- con varios rellenos–náplñ- como mermelada de ciruelas–povidla-, requesón–tvaroh- o semillas de amapola–mák-.Exquisitas son también las obleas de balneario–lázeñské oplatky-. Son dos obleas crujientes–křupavé- y finas–tenké- rellenas con una mezcla de vainilla–vanilka-, azúcar-cukr-, nueces–lískové ořechy- y canela–skořice-..
¡Qué rico!–to je ale dobrota- Pero por qué tienen el atributo “de balneario”?
Porque se suelen vender en las arcadas de las ciudades balnearias. Las más famosas se producen en la ciudad de Karlovy Vary y la receta se mantiene en secreto.Ya vale de hablar de los dulces. Se me hace la boca agua.
Y a mí se me juntan las babas–sbíhají se mi sliny-. Así es literalmente como expresamos en checo tener ganas de comer algo.