Dos años de prisiones sin rejas en Chequia

Foto: archivo de la prisión abierta de Jiřice

La primera y única prisión abierta en Chequia se abrió hace dos años. De los 92 presos que han cumplido su condena allí, solo tres han regresado a la cárcel.

Foto: archivo de la prisión abierta de Jiřice

Los presos de la cárcel de Jiřice tienen que cuidar de sí mismos, ir a trabajar, criar animales y cultivar plantas. Su programa empieza en la madrugada y termina por la tarde.

Según el recluso Josef Rubeš, el régimen diario depende sobre todo del tipo de empleo de los condenados, pero todos tienen que trabajar.

Foto: Filip Jandourek,  ČRo
“Todos tienen que tener un trabajo. Yo me levanto a las cuatro y media de la mañana, salgo a las cinco y regreso alrededor de las dos y media o tres de la tarde. Trabajo en ingeniería, pero puedo asistir también a cursos de auto-presentación, educación financiera y de derecho”.

La prisión de Jiřice tiene una capacidad para 36 personas y ha estado en funcionamiento desde hace dos años. De los 92 prisioneros que cumplieron su sentencia allí han vuelto solo tres, mientras que en las cárceles tradicionales en Chequia la reincidencia es del 70%.

Algunos reclusos trabajan en los macizos, otros alimentan a los pollos, limpian las conejeras o siegan. El área está separada por una pared de dos metros de altura, pero sin guardia y sin alambres de púa, como es costumbre en otras instalaciones. Entonces, si los presos deciden escapar, nadie los puede detener, como apunta Hana Prokopová, directora de la prisión de Jiřice.

“No hemos registrado ningunos intentos de escapar. Aquí los convictos están muy motivados. Una vez al mes les damos la oportunidad de irse a casa por hasta 24 horas. Lo hacemos para apoyar las relaciones familiares de los presos”.

Foto: Michal Trnka,  ČRo
Para realizar el concepto, Chequia se inspiró en los países de Europa occidental, donde las cárceles abiertas son bastante comunes, explica Prokopová.

“La mayoría de las condenas son por delitos de propiedad. Pero ha habido también condenas por crímenes de violencia”.

El director del Servicio Penitenciario, Petr Dohnal, respalda el proyecto. Aprecia sobre todo la baja reincidencia y el comportamiento de los reclusos.

“Nuestra experiencia con este proyecto ha sido muy positiva. Las habitaciones de los reclusos están muy limpias. No tienden a destruir las instalaciones. Valoran lo que tienen”.

El Ministerio de Justicia es escéptico

Petr Dohnal,  foto: VS ČR
El Servicio Penitenciario quisiera construir más prisiones abiertas en el país. Según el director Petr Dohnal, este tipo de instalación ayuda a los presos a volver a la vida normal después de cumplir su sentencia.

“Tenemos que invertir más en el sistema penitenciario. No se trata solo de vigilar a los reclusos, deberíamos trabajar más con ellos para que se puedan integrar a la vida cotidiana cuando salgan de la prisión”.

Sin embargo, el Ministerio de Justicia es escéptico y por el momento no planea extender el proyecto, como confirma el viceministro de la cartera, Jeroným Tejc.

“El presupuesto juega un papel importante, pero no es el único factor. Tenemos que evaluar a fondo este proyecto para el año 2021, cuando el nuevo gobierno tendrá suficientes datos para decidir si se deberían construir más prisiones de régimen abierto o no”.

Jeroným Tejc,  foto: Šárka Ševčíková,  ČRo
Al mismo tiempo, la Fiscalía Suprema advierte de que la República Checa carece de una legislación para las prisiones abiertas, como señala el portavoz Petr Malý.

“Se trata de un proyecto piloto que ha planteado algunas dudas en términos de anclaje legislativo. Sin embargo, la Fiscalía impone la idea de que es necesario abordar los proyectos que mejoran las condiciones de los presos y les ayudan a prepararse para la vida después del encarcelamiento”.

Según el Ministerio de Justicia, la consolidación legislativa del concepto de la prisión abierta ya está en marcha.