Diez años de la Escuela de San Agustín en Praga 

Foto: Archivo de la Escuela de San Agustín en Praga

La Escuela de San Agustín, de Praga, cumple diez años, una década de mucho trabajo, sacrificio y también de éxitos. Su director, el padre Juan Provecho, relata en conversación con Radio Praga Internacional cómo empezó todo.

Juan Provecho,  foto: archivo ČT

La Orden de San Agustín llegó a las Tierras Checas en el siglo XIII, y durante tres siglos se dedicó, entre muchas otras cosas, a la enseñanza. Casi todos los conventos, los monasterios tenían una escuela donde acudían los que querían aprender a leer y escribir.

Aquella noble labor se vio bruscamente interrumpida con la llegada al poder de los comunistas en Checoslovaquia en 1948. Durante la llamada Operación K, el régimen comunista de forma encubierta y fuera de la ley eliminó las órdenes religiosas de Checoslovaquia y expropió sus bienes. En 1950 había en el país 50 hermanos Agustinos, los comunistas los enviaron a campos de concentración y al final volvieron solo cuatro.

La Iglesia de Santo Tomás y el monasterio adyacente,  foto: Bohumil Šimčík

No fue hasta en 1997 cuando varios Agustinos llegaron a Praga con la tarea de impulsar la Orden de San Agustín en Chequia, según explicó el padre Juan Provecho a Radio Praga Internacional.

“Empezamos a trabajar en la parroquia de Santo Tomás, de Praga, e intentamos crear comunidad. Entonces, después de estar aquí nueve años, nos planteamos ¿cuál va a ser nuestro futuro? Estudiamos un poco la historia y dijimos qué hicieron nuestros hermanos Agustinos desde el siglo XIII aquí en este país. Vimos que entonces en casi todos los conventos y monasterios tenían lo que llamaban una escuela parroquial o escuela monástica, o sea una pequeña escuela donde venía la gente en el siglo XIII, XIV y XV que quería aprender a leer, a escribir. Entonces dijimos bueno, vamos a ir a lo que hicieron nuestros hermanos y creamos un grupo de amigos que nos iban a ayudar con la escuela”.

Juan Provecho  (a la derecha) y Freddy Valverde,  foto: Carla Galas

El padre Juan Provecho recuerda que poner a andar aquel proyecto no fue nada fácil.

“Fue un trabajo a marchas forzadas, con mucho sacrificio, porque para nosotros, la escuela tiene dos fines, por una parte, educar a jóvenes checos para que un día puedan tener puestos de responsabilidad en la sociedad y cambiar la sociedad con estos valores cristianos que intentamos tener en nuestra formación. Y por otra parte la escuela puede ser para nosotros una plataforma también vocacional. El primer año tuvimos solamente lo que era la escuela infantil, un grupito de trece niños. El siguiente año continuamos con la escuela infantil y ya ampliamos hasta los 23 o 24 niños, además de la primera clase, que también eran poquitos, eran doce o trece”.

Foto: Archivo de la Escuela de San Agustín en Praga

Aquellos días han quedado atrás y la Escuela de San Agustín celebra diez  años de fundación, por lo que pedimos al padre Juan que nos hablara del progreso alcanzado.

“Ahora tenemos toda la escuela elemental y tenemos los dos años que se pueden llamar bachillerato o liceo, dependiendo de los países. Nos quedan otros dos años más para tener completo desde los tres años, podemos decir, hasta los 18 o 19 años, cuando los jóvenes terminan y están preparados para ir a la Universidad. O sea que en dos años, si Dios quiere, tendremos todo el proyecto que ideamos hace diez años”.

Empezar de cero, y poder hoy constatar que la Escuela de San Agustín es un punto de referencia entre las escuelas católicas de Praga representa un momento de reflexión y agradecimiento, según indicó el padre Provecho.

Foto: Archivo de la Escuela de San Agustín en Praga

“Estamos celebrando diez años, desde el año 2010 cuando comenzamos con un pequeño grupito de trece alumnos de tres a seis años. Ahora, nos hemos convertido en una de las escuelas católicas que educan en este momento a 260 niños. Hemos aumentado y seguimos aumentando gracias a Dios. Este año, es un momento importante para nosotros porque hemos ido convirtiéndonos en una escuela de referencia entre las cinco escuelas católicas que hay en Praga. También es un momento de acción de gracias, como escuela católica dentro de la Iglesia católica, es un momento clave para dar las gracias por todo lo que hemos conseguido, con la ayuda de muchos padres, alumnos, profesores y amigos benefactores que se han sacrificado por la escuela. Y a la vez, es un momento de pararnos y hacer evaluación, ver cuál es la identidad, si somos realmente una escuela como nos presentamos, o sea una escuela checa, católica y Agustiniana, que son los tres pilares de nuestra escuela”.

La Orden de San Agustín fue formada por el Papa Inocencio IV en 1244, y en 1256 Alejandro IV la nombró orden mendicante. A partir de ese momento empezó a propagarse rápidamente por toda Europa.

Gracias a sus actividades, los Agustinos pronto ocuparon un papel destacado en la sociedad y en la vida eclesiástica, muy significativa fue su presencia en las universidades. Fueron los primeros misioneros católicos en Filipinas y las misiones de los Agustinos se expandieron por Centroamérica y América del Sur. Su labor fue fundamental en la fundación de la Universidad de México.

Los Agustinos llegaron a las Tierras Checas allá por el año 1262 invitados a Zaječov por el noble Oldřich Zajíc Waldek. Y ya en 1264 estaban presentes en el monasterio local de la Virgen María construido gracias a Zajíc Waldek.

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