Desarrollan en Brno nuevo método para eliminar gas mostaza

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Un grupo de científicos checos desarrolló un nuevo método para eliminar el gas mostaza. Esta sustancia química fue utilizada por primera vez en la Primera Guerra Mundial, pero aún hoy representa un gran peligro.

Foto: Comisión Europea
La República Checa es probablemente el único país que sabe eliminar de una forma inocua el peligroso gas mostaza, que afecta a la piel produciendo ampollas y causa problemas de respiración.

Un grupo de científicos de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Masaryk, en Brno, desarrolló un agente químico que puede eliminar el gas mostaza.

La portavoz de dicha Universidad, Tereza Fojtová, explicó en qué consiste la nueva sustancia.

"La raíz del invento consiste en el descubrimiento de una enzima que puede eliminar el gas mostaza de una forma más efectiva y delicada, al mismo tiempo. La enzima se obtiene de unos microorganismos del suelo, así que se trata de una sustancia natural. Su mayor ventaja es que no resulta tóxica ni químicamente nociva, a diferencia de las sustancias para la descontaminación utilizadas hasta ahora".

Precisamente el hecho de que la nueva sustancia resulte ecológicamente inofensiva puede convertirla en un hito científico.

Restos de gas mostaza yacen en unos contenedores especiales en el fondo del mar Báltico, depositados allí por el Ejército alemán después de la Segunda Guerra Mundial. Según acuerdos internacionales, los restos deben ser eliminados antes del año 2012. Se supone entonces que el invento checo llamará la atención a nivel internacional.

Otro aprovechamiento de la nueva sustancia se espera en la esfera militar, puesto que algunos grupos terroristas siguen utilizando el gas mostaza hasta hoy día. Las primeras muestras, destinadas a la descontaminación de los interiores de aviones, serán usadas el próximo año por la OTAN.

La investigación en la que se ha invertido un alto presupuesto, seguirá adelante. "Estudiamos tres posibles aprovechamientos de la sustancia: la eliminación de los acopios de gas mostaza en los mares, la protección directa de la piel humana y de los animales, y la descontaminación del material militar", dijo uno de los científicos, Jirí Damborský.

Según Damborský, los costes de la investigación podrán ser recuperados mediante el registro de la patente, la venta de licencias y el aprovechamiento práctico del método.