Defensa del medio ambiente antes y después del año 1989 - II parte

Foto: Comisión Europea

Con este espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.

En la era comunista, las chimeneas de las centrales eléctricas y las grandes fábricas expelían a la atmósfera toneladas de productos nocivos, los ríos estaban saturados de residuos provenientes de la industria y de la canalización de las grandes y pequeñas ciudades y en los caóticos vertederos se almacenaban peligrosos desechos.

En toda Europa es famoso hasta hoy el así llamado "Triángulo negro" (parte de Bohemia del norte, la zona sud-occidental de Polonia y la región de la antigua RDA fronteriza con ella). Esta zona se hallaba entre las más contaminadas de Europa. La vida media de sus habitantes era de 5 a 7 años menos que en los países desarrollados.

En Praga, las emisiones de carburante de los vehículos alcanzaron la cota más alta del mundo. Quienes pertenecían a estructuras semioficiales de grupos ecológicos eran muy conscientes de todo esto, por lo que se esforzaban en actuar rápidamente. Bedrich Moldan fue nombrado ministro de un todavía no existente ministerio -orientado hacia estos problemas- sólo tres semanas después del comienzo de la Revolución de Terciopelo, comenzando al instante con las tareas inherentes a su cargo.

El negativo desarrollo en el ámbito del medio natural pudo ser detenido para luego empezar progresivamente a mejorar. La inversión total que se llevó a cabo para defender el medio ambiente alcanzó los 700 millones de dólares en el año 1987, ascendiendo hasta los 1.260 millones en 1997. El porcentaje de inversiones orientadas a la protección del medio ambiente en el presupuesto general del Estado creció de un 1,1% en el año 1990 al 2,5% en 1997.

Foto: Comisión Europea
En la construcción de un nuevo sistema de protección del medio ambiente, la República Checa aprovechó la experiencia con que contaban los países desarrollados, sobre todo los europeos, que ya por ese tiempo llevaban más o menos unos 20 años aplicando ciertos sistemas de protección del medio ambiente, la naturaleza y los recursos naturales.

Se determinó elaborar unas leyes que deberían ser aprobadas entre 1990 y 1992 y que, en conjunto, cubrirían todo el ámbito de protección del entorno natural, el medio ambiente y los recursos naturales. A comienzos de los años 90 se produjo un significativo hecho, como fue el despertar del interés público sobre el estado del medio ambiente y del espacio vital en las ciudades o en las regiones, incluso de todo el país.

Este despertar de la conciencia pública estaba alimentado por el estado catastrófico del entorno ambiental a finales de los 80, así como por el miedo fundado de que tan desfavorable situación tuviera efectos inmediatos sobre la salud de los ciudadanos. A partir de este momento, fue mucho más fácil para el Estado elaborar nuevas leyes al respecto, porque entonces contó con el apoyo de los ciudadanos.

Diez años después, cuando se hizo necesaria una nueva ola de reformas de cara a la entrada de la República Checa en la Unión Europea, el interés público era ya mucho menor y el apoyo de la gente más débil.. La creación de un sistema de defensa del medio ambiente se tomó muy en serio. En algunos casos, la República Checa alcanzó resultados que constituyeron un récord, por ejemplo, el tiempo de disminución de las emisiones de vapores contaminantes y de óxidos sulfúricos.

La mejora tuvo, sobre todo, dos causas: el arranque de un sistema efectivo y la reestructuración de la economía a comienzos de los 90. En los años posteriores a 1989, el hecho de que el agua dejara de ser considerada como materia prima, tal y como era valorada en el antiguo régimen, representó un éxito significativo. Actualmente, el agua es vista como una parte fundamental de los recursos naturales que sólo tiene sentido considerar en relación con el resto de los elementos, y que además es necesario conservar en el mejor estado posible para las siguientes generaciones. En el ámbito de la protección del medio acuático, los creadores del nuevo sistema político tenían dos tareas básicas: rebajar la contaminación de las aguas superficiales y profundas y reducir el consumo de agua potable en tanto que recurso natural de valor incalculable.

La primera cuestión se pudo acometer especialmente gracias a la construcción de depuradoras de aguas residuales en las grandes y pequenas ciudades, así como a la construcción de canalizaciones en los municipios más pequeños. También las grandes empresas comenzaron a usar depuradoras, gracias al peso de las nuevas leyes y a la amenaza de sanciones y multas por generar contaminación.

En cuanto al descenso del consumo del agua, que en muchos casos se trataba de derroche y descuido, el medio más efectivo resultó ser el encarecimiento de la misma. Gracias a ello, el consumo de agua cayó tanto en el sector empresarial como en el doméstico en más de un tercio. Es significativo el hecho de que incesantemente crece el número de personas que se abastecen de agua mediante canalización pública.

Foto: Comisión Europea
La antigua Checoslovaquia estaba, en los años 80, entre los países con peor calidad del aire de todo el planeta. En 1980 se llegaron a emitir en la República Checa 2.237 millones de toneladas de SO2; en el año 1990, 1.876 millones de toneladas, lo que significaba ocupar el segundo lugar en Europa según el número de habitantes (precedidos por la antigua RDA). La causa era básicamente la estructura del sector manufacturero y una permisiva legislación al respecto.

En una primera fase, fue necesario limitar las emisiones en las grandes fuentes de contaminación, como por ejemplo las centrales eléctricas. Pudo hacerse en un tiempo relativamente corto gracias a la nueva legislación y a las sanciones estipuladas para los infractores. La emisión de los grandes centros de polución de las principales sustancias contaminantes quedó gravada económicamente. El efecto fue un descenso récord de la contaminación. En el año 1991, se producían en la República Checa 17 kilos de óxido sulfúrico -SO2- por cada 1.000 dólares de producto nacional bruto. En el año 1999, solamente 1,9 kilos.

El espacio natural en el territorio de la República Checa ha sido, desde tiempos atávicos, objeto de la acción del hombre; a pesar de todo, a principios de los años 50 del siglo XX quedaba todavía en el país una gran cantidad de espacios naturales conservados. Cuatro decenios de intensa agricultura y manufactura comunistas dejaron, no obstante, su huella. La clave del nuevo sistema de protección de los espacios naturales era la presuposición de que el objeto de dicha salvaguarda son todos los elementos vivos que en ese momento están en el círculo vital, mientras que existe un número de elementos que deben ser objeto de especial protección.

En el lapso de quince años ha sido posible también ampliar la red de espacios protegidos: han surgido tres nuevos parques nacionales y cuatro espacios naturales protegidos. En total, actualmente está protegido un 14,62% del total del territorio nacional, equiparable al promedio de los Estados europeos occidentales. Paradójicamente, parece que el telón de acero ha resultado ser una potente defensa de la naturaleza, a causa de que las tierras montanosas cercanas a la frontera no eran accesibles al turismo, lo que ha hecho posible conservar valiosos elementos naturales.

Foto: Comisión Europea
La antigua Checoslovaquia no tenía, antes de 1989, ninguna ley sobre vertidos y aprovechamiento de los residuos. El resultado fue que una gran parte de los desechos acababa en depósitos y escombreras, en los cuales, la parte que se reciclaba era mínima, inundando así los espacios naturales con ingentes cantidades de desperdicios y pozos ciegos ilegales. La base del nuevo sistema introducido después de 1989 fue el acuerdo de que "todos y cada uno de los ciudadanos estaban obligados a frenar la producción de residuos, disminuyendo tanto la cantidad como el número de sustancias peligrosas".

En la práctica, lo que había que hacer ante todo era elaborar una legislación sobre los residuos ya existentes y sobre los vertidos; había que aislar y segregar los residuos peligrosos -o reciclarlos- hasta el año 1996, e insistir en la necesidad de frenar la producción de residuos. Poco a poco, empezaron a ponerse en funcionamiento fabricas de reciclado.

No obstante lo cual, el bajo porcentaje de residuos reciclados sigue siendo el problema principal, pues lo que se recicla representa más o menos la mitad de lo que se hace en los países vecinos de la UE. Actualmente, también está creciendo la generación de residuos comunes, dado el aumento del consumo que las nuevas formas de vida traen consigo.

En el año 1991, también la riqueza mineral quedó protegida por la Ley sobre el medio ambiente como uno de los elementos principales de tal medio. Esto significa que los recursos minerales han dejado de ser considerados meramente como una fuente de materias primas, tal y como sucedía en el antiguo régimen, para verse como una parte importante de la Naturaleza que ejerce su influencia sobre el resto de los elementos (como, por ejemplo, el circuito de las aguas o la naturaleza viva).

En el nuevo orden ha sido posible acabar con algunas de las extracciones más nocivas del país, como la extracción de plata de las Montanas de Kasper, aunque de todas formas, los efectos y la devastación de extracciones pasadas siguen siendo palpables: es el caso de las extracciones de uranio y carbón. Los efectos de ese largo estropicio será preciso borrarlos con un cuidadoso y minucioso sistema de repoblación.

Tal y como dijo el entonces ministro de Medio Ambiente, Bedrich Moldan: "En tiempos del pasado régimen totalitario, la relación con el medio ambiente era totalmente arrogante, arbitraria y explotadora. Como consecuencias de ello, la vida media de nuestros habitantes es actualmente más corta en unos cinco o siete años que en los países desarrollados." Gracias al descenso de los índices de contaminación, la situación mejoró poco a poco en la década de los 90. La esperanza media de vida de la población comenzó a crecer.

Hemos dicho que construir un sistema de protección del medio ambiente fue posible en un tiempo relativamente corto tras la caída del comunismo. A ello colaboró la disposición de una serie de personas que ya en el pasado régimen eran perfectamente conscientes de la insostenibilidad de la situación, así como de la necesidad de iniciar cambios sustanciales.

Se trataba de los que luego fueron responsables del nacimiento de las nuevas instituciones y autores de nuevas leyes para atajar el problema. El cambio, no obstante, no habría sido posible sin el gran apoyo que se recibió de parte de la población civil. Una serie de organizaciones no lucrativas jugaron igualmente un papel relevante al hacer suyo el problema de la calidad del medio ambiente.