De pícnic en el tejado de un museo de Praga
Con una larga historia de relocalizaciones e inestabilidad el edificio que alberga al Museo Nacional de Agricultura se presentará con una nueva cara a mediados del presente año. El rescate de sus conceptos estéticos originales, más exhibiciones y un techo que dejará de ser solo tal para convertirse en un jardín y mirador son los principales motores de la reforma.
"Aquí nos encontramos en el techo de nuestro edificio principal en Letná. Aquí, cuando vine la primera vez, con el arquitecto Pleskot, pensamos y comentamos que aquí tendría que haber una vista panorámica de Praga".
Justamente una de las novedades es que la reforma pretende realizar en el techo una suerte de prado que incluso sirva como lugar de pícnic para los visitantes. Desde el techo del museo el Director General Adjunto imagina y describe como se verá dentro de poco."Cuando vengan los visitantes, ya desde junio del año 2017, van a poder estar aquí en el techo sobre una grama verde y van a admirar toda Praga en su extensión".
Además de aprovechar el exterior y la especial ubicación del edificio, el proyecto de reconstrucción, denominado "Revitalización y Nueva Cara", comprende también arreglos internos. Entre estos destaca la eliminación de las intervenciones de los años 50, que atentaban contra la estética original del recinto, y la incorporación de elementos arquitectónicos vanguardistas, propios del periodo de entreguerras, a las salas principales del museo. El Director General del Museo, Jan Potůček, comenta sobre la inversión a Televisión Checa."El objetivo es que este edificio reviva, pues fue construido hace mucho tiempo, antes de la Segunda Guerra Mundial, como un espacio museístico, pero durante las épocas del nazismo y el comunismo fue usado para otras actividades. La reconstrucción implica un gasto de unos 2,6 millones de euros solo en obra y otros casi 1,9 millones en exposiciones interactivas".
Aunque la institución en sí del Museo Nacional de Agricultura existía ya desde 1891, su edificio principal fue levantado entre 1937 y 1939 a cargo del arquitecto Milan Babuška. Destaca como una muestra del funcionalismo praguense, pero por la inestabilidad que ha padecido en su función de museo ha caído en el olvido entre los capitalinos.Poco tiempo después de su inauguración fue ocupado por las tropas nazis. En la década de los 50 el Estado dispuso que el espacio fuese utilizado con otros fines y su colección fue dispersada y relocalizada entre varios palacios del país, como el de Kačina y Konopiště. Fue en 1994 cuando la institución retornó al inmueble que le había sido destinado. El actual proyecto es un momento de esperanza para reintegrarlo a la memoria de la ciudad.