David Cameron busca en Praga apoyo para su propuesta de reforma de la UE
El primer ministro británico, David Cameron, visita Praga este viernes para recabar apoyo a las reformas que ha propuesto como condición para la permanencia de su país en la UE. La República Checa podría entenderse con Gran Bretaña en todas sus demandas excepto en la limitación a la libertad de movimiento.
Como paso previo a la cumbre de febrero, el primer ministro británico trata de recabar apoyo a sus propuestas entre otros países europeos. Este viernes lo hará en la República Checa, donde se entrevistará con su homólogo checo, Bohuslav Sobotka, y con el presidente de la República, Miloš Zeman.
El principal escollo para el entendimiento entre ambos países es la exigencia británica de que los ciudadanos comunitarios que vivan en Gran Bretaña tengan que trabajar un mínimo de cuatro años para disfrutar de sus subvenciones sociales. Se espera que la República Checa, firme defensora de la libertad de movimiento en la UE, no acepte esta condición, que además considera infundada, remarca el secretario general checo para Asuntos Europeos, Tomáš Prouza.
“Hay dos asuntos diferentes. Uno es la libertad de movimiento, que supone que un ciudadano comunitario puede vivir en cualquier lugar de la UE que elija. Esto no debería cambiar nunca. El otro tema es el abuso del sistema, algo que todo el mundo está de acuerdo en combatir y que pasa también en otros países. Para mí la pregunta clave es si alguien contribuye o no al sistema. Si alguien no contribuye no tiene derecho a aprovechar las ventajas sociales. Pero si miramos las estadísticas, la gente de otros países europeos que van al Reino Unido contribuyen más al sistema de lo que sacan de él”.La República Checa estaría de acuerdo sin embargo en una disminución y racionalización de las regulaciones económicas europeas en aras de una mayor competitividad, así como en una posible excepción para Gran Bretaña a la hora de aceptar nuevos movimientos hacia la integración europea.
En cuanto a las otras condiciones de Cameron, el Gobierno checo coincide aunque con importantes matices. Por ejemplo por lo que respecta a aumentar el poder de los parlamentos nacionales en el funcionamiento de la Unión Europea, comenta Prouza.
“Técnicamente hay dos opciones. Una es dejar a los parlamentos nacionales que bloqueen una iniciativa. Por ejemplo, estableciendo que si un tercio de los parlamentos dice que no quiere que se apruebe algo, o se discuta algo, que el asunto quede bloqueado. La otra, la que preferimos, es la actitud positiva: que los parlamentos puedan decir que quieren llevar un tema a nivel europeo, porque las soluciones nacionales no son suficientes, y que puedan solicitar a la Comisión Europea que se haga cargo de cualquier tema que acuerden”.
Un paso así sería positivo, asegura Prouza, ya que incrementaría el peso de las soberanías nacionales en la Unión Europea y, al fin y al cabo, la mayor parte de los asuntos importantes acaban pasando tarde o temprano por los parlamentos nacionales.De forma similar, el respaldo checo a la propuesta británica de reducir el peso de los países de la Eurozona en las decisiones económicas dependerá de la formulación final. Según Tomáš Prouza, Chequia, que al igual que Gran Bretaña ni tiene el euro ni se apresura a tenerlo, considera que las decisiones económicas han de ser aprobadas por los Veintiocho en su conjunto. Al mismo tiempo, no vería práctico que otros países puedan inmiscuirse en asuntos que atañan únicamente a la zona euro.