‘‘Cuando llegué a Praga me di cuenta del gran despilfarro que hay en España”

Inma Fernández

No corren buenos tiempos para los arquitectos en España. O al menos esto es lo que nos cuenta Inma Fernández con conocimiento de causa. Consciente de la crisis inmobiliaria que azota a su país, hace poco más de dos meses que esta arquitecta decidió acogerse al programa Leonardo para aterrizar en Praga, en busca de nuevas oportunidades laborales.

Inma Fernández
Cinco años de carrera en la Universidad Politécnica de Valencia y una experiencia profesional en cuatro despachos diferentes le han servido de poco a Inma Fernández para poder encontrar un trabajo en buenas condiciones laborales en España.

A esta asturiana le ha impactado de lleno la crisis española en el sector inmobiliario y ya cansada de empezar desde abajo una y otra vez, se ha visto obligada a hacer maletas y establecerse en Praga para poder avanzar en su profesión.

“En España se estaban haciendo demasiadas atrocidades, y se estaba perdiendo el sentido de cómo hacer arquitectura. El dinero importaba mucho, se estaba haciendo todo muy rápido y muy mal. Bueno, se ha parado todo. Pero al menos va a haber un tiempo de reflexión y va a ser diferente. Una cosa buena de la crisis es que se va a limpiar mucho”.

Empujada por el anhelo de desarrollarse como arquitecta y tras haber enviado su currículum a países de Europa, Inma se decantó finalmente por la República Checa.

Praga
“Yo empecé a enviar currículums por Reino Unido, por el inglés y porque me gustaba el país. Pero no surgió, no salió. Y luego distribuí también por Holanda y por la República Checa, porque en Europa del Este todo el mundo decía que había trabajo, que aquí la crisis no había afectado y como que se estaban desarrollando en el sector de arquitectura y había mucho que hacer. Entonces claro, para mí Praga era como la entrada hacia todo este mundo y el centro de toda esta parte de Europa. Entonces es por eso por lo que empecé a mandar”.

Además, la arquitectura española está muy bien considerada en el resto de Europa, y especialmente en Chequia. Algo que Inma desconocía.

“En realidad me sorprendió cuando vine porque se miraba mucho la arquitectura de España, y era algo de lo que yo no me había dado cuenta. Yo creía que en España era como en cualquier otro país de Europa. Pero se ve que no. Lo tienen muy reconocido y la educación que nos dan allí, también hablando con ‘gente Erasmus’ y tal, tienen un nivel mucho más alto que en la mayoría de los países europeos”. Y asegura que hasta el momento esta experiencia en Praga le está aportando mucho.

Inma Fernández
“Pues experiencia, y no sólo laboral, sino también personal. Me he venido aquí sola, y me valgo por mí misma. Me he sabido buscar la vida. También me he desarrollado más como persona, es decir, conocerme a mí misma. Y mi relación con la ciudad. La gente con la que me relaciono, he creado un gran entorno a mi alrededor sin quererlo. No se cómo pero estoy muy arropada. En el trabajo son todos muy amables, son amigos en realidad. Y en casa, el ambiente no podría ser mejor”.

Inma Fernández se encarga de diseñar planos técnicos y delinear. También se dedica a proyectar, una responsabilidad que en España no asumiría.

“De primeras en España no estaría proyectando, no me pedirían ideas, ni diseños ni nada. Simplemente hacer el trabajo puro y duro, trabajando como becaria y haciendo básicamente lo que nadie quiere hacer: presupuestos, delineaciones y cosas así. Aquí pues me dicen necesitamos hacer esto a ver que se te ocurre o tenemos este proyecto piensa a ver qué podemos hacer o cuál es la mejor solución”.

Praga
Sobre su visión arquitectónica de Praga, destaca que se caracteriza por ser una ciudad que ha conservado muy bien la arquitectura antigua. Algo que no pasaría en cualquier otra ciudad española, agrega.

“Pero sí que en la ciudad se nota que la arquitectura antigua se ha cuidado muchísimo más de lo que se cuidaría en España, Valencia o lo que fuera. Principios y valores que aquí y en otros países tienen de mantener lo antiguo, los edificios y ver lo que tiene valor. En España simplemente se tiraría porque quieren hacer un gran edificio de oficinas de nueve plantas, les daría igual. Porque también, no es sólo un edificio que valga la pena, sino que también es el conjunto, dónde está ubicado y la relación con los otros edificios”.

Según Inma, en contrapartida a lo que sucede en España, aquí se construye y se gasta menos dinero a nivel público.

“Al llegar aquí me di cuenta de que en España hay un despilfarro enorme y hay un montón de cosas que se han hecho que no tenía ninguna necesidad. Se ha tirado el dinero, se ha tirado esfuerzo y demás”.

En cuanto al cambio de clima entre su España natal y la República Checa, admite que se lo esperaba diferente.

Praga
“Y respecto al clima pues la verdad es que me gusta. Se nota muchísimo que es un clima continental, no hay tanta humedad como en Valencia, ni en Asturias. Se nota mucho. Y me pensaba que iba a ser mucho más duro, es decir, que no iba a ver nada de sol, que iba a estar siempre nublado. Y lo del invierno, pues la verdad es que no me importa. Me gusta la nieve. Me gusta, aunque haya poca luz no me importa porque es el ambiente de invierno. Y se nota mucho el cambio entre estaciones”. Inma Fernández, lleva aquí tan sólo dos meses y según ella, “parece que lleve dos años”. Y es que dice estar viviendo una experiencia óptima tanto en el terreno laboral como en el personal.

Fotos: autora

Autor: Noelia Rojo
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