Crece la demanda de los bloques de pisos de la era comunista
Los checos se interesan cada vez más por los bloques de apartamentos de la época comunista. Una de las razones sería su bajo precio, según informa la web Aktualne.cz.
La popularidad de los apartamentos comunistas está creciendo a consecuencia de su precio y de su buena accesibilidad. Además, estos edificios suelen contar con buenos servicios cerca y mucha vegetación. Andrea Danhelová, de Fincentrum, explica por qué la gente prefiere estos bloques de paneles prefabricados más que antes y es que a pesar de su mala reputación, el precio, la accesibilidad y la localización de los bloques termina atrayendo a los ciudadanos.
A finales del año pasado, los apartamentos eran un 25% más baratos que las casas antiguas construidas de ladrillo, y un 36% más baratos que las casas más nuevas.
Debido al incremento de la popularidad, el precio continúa subiendo. De acuerdo con los datos de la consultoría Deloitte, el precio de los bloques de apartamentos aumentó un 6.4%, unos 8000 euros por metro cuadrado.
Su estado sería uno de los factores determinantes para marcar el precio de los departamentos, según cuenta Vladimír Zuzák, director de la inmobiliaria Maxima Reality. Existen bloques de la época comunista que están reconstruidos, por lo que el precio se llega a equiparar al del resto de apartamentos, afirma Zuzák.
El precio de los apartamentos mejor ubicados ha crecido significativamente en los dos últimos años. Al mismo tiempo, los precios de apartamentos similares en las afueras se han estancado o incluso bajado.
Jan Boruta, de la empresa inmobiliaria FérMakléři.cz, cuenta que los clientes normalmente no deciden en función de si el apartamento está construido en ladrillo o es prefabricado.
Por lo que más se suelen interesar los clientes es por la localización y por los servicios públicos que hay cerca. Además, los apartamentos de la época comunista tienen buen precio y normalmente un menor gasto de energía.
La mayoría de los edificios prefabricados de la República Checa se construyeron entre los sesenta y los ochenta, y hoy en día más de tres millones de checos viven en ellos.
El primero que se construyó en la ciudad de Praga tiene 65 años y se encuentra en el distrito de Staré Ďáblice.