Condenan en Rusia a 6,5 años de prisión a periodista de Radio Free Europe
La periodista ruso-estadounidense residente en Praga Alsú Kurmasheva fue condenada a 6,5 años de prisión en Rusia acusada de dar “noticias falsas sobre el ejército ruso” y de ser una “agente extranjera”. El presidente estadounidense Joe Biden o el ministro de Relaciones Exteriores checo, Jan Lipavský, condenaron el veredicto y aseguraron que seguirán trabajando para lograr su liberación.
Hasta junio del año pasado, la periodista Alsú Kurmasheva vivía en Praga junto a su marido y sus dos hijas como redactora de las emisiones en lengua tártara de Radio Free Europe/Radio Liberty, emisora financiada por el Congreso de Estados Unidos que transmite para todo el mundo en múltiples idiomas desde la propia calle Vinohradská de Praga. Sin embargo, tras tener que ir a la ciudad de Kazán a visitar a su madre enferma, fue detenida por la Policía rusa cuando ya esperaba en el aeropuerto el vuelo de vuelta y le confiscaran sus pasaportes ruso y estadounidense. Desde entonces hasta este lunes, cuando ha recibido una pena de 6,5 años de cárcel, más de un año ha estado en prisión preventiva y, en la práctica, casi incomunicada, como explicó recientemente a la Radio Checa su marido, Pavel Butorin.
“Nuestra comunicación es bastante limitada. Sólo es posible por escrito. No se le permiten llamadas telefónicas, ni siquiera a las niñas. Toda la correspondencia está sujeta a censura. En Rusia existe un sistema en línea donde se censuran los mensajes. Para usarlo, tienes que pagar para enviar un mensaje, y eso sólo se puede hacer con una tarjeta de crédito emitida en Rusia, que yo no tengo. Así que no tengo contacto directo con Alsú”.
El ministro checo de Asuntos Exteriores, Jan Lipavský, afirmó en la red social X que la diplomacia checa continuará luchando por la liberación de la periodista y para que haya justicia con otros presos políticos.
También el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Kurmasheva fue condenada en Rusia por ser periodista y estadounidense.
“Alsú es una de los dos periodistas estadounidenses actualmente encarcelados en Rusia. El otro es Evan Geršković del Wall Street Journal”.
Con la afirmación de Biden está de acuerdo Pavel Butorin, que es el director del canal de televisión en lengua rusa Current Time, también creado por las organizaciones estadounidenses Radio Free Europe/Radio Liberty y Voice of America y con sede en Praga.
“Alsú es ciudadana estadounidense, periodista de Radio Free Europe y una de los dos periodistas estadounidenses actualmente encarcelados en Rusia. El otro es Evan Geršković del Wall Street Journal. Y dado que tanto Alsú como Evan son estadounidenses, está claro que su destino no lo decidirán los tribunales locales, sino el Kremlin. Y al más alto nivel. Los investigadores y jueces, especialmente las autoridades locales de Kazán, no tienen poder para decidir su suerte”.
Aunque no existe información detallada sobre el veredicto, que dio a conocer la agencia AP, esta se debería al cargo de difundir noticias falsas sobre el Ejército ruso. Las autoridades y los tribunales rusos califican de falsa cualquier información que contradiga la interpretación oficial de Moscú de la guerra rusa contra la vecina Ucrania.
Al parecer, la causa principal por la que Kurmasheva habría sido encarcelada es su participación en la elaboración del libro "No a la guerra. Cuarenta historias de rusos que se opusieron a la invasión de Ucrania", publicado el año pasado. Para Butorin, esta acusación es de una gran debilidad.
“Alsú ni siquiera escribió el libro, solo fue una de sus editoras. El libro cuenta las historias de cuarenta rusos que expresan sus puntos de vista sobre la guerra que Rusia libra contra Ucrania. Ella es bastante inocente, ninguna de estas personas llama a un levantamiento o al derrocamiento del presidente Putin. Dicen lo que piensan, no son las opiniones de Alsú”.
Pero también se la acusaba de ser una “agente extranjera” y no haber informado a las autoridades sobre ello. Esta es una cuestión bastante compleja y, sobre todo, difícil de entender, dice el marido de Kurmasheva.
“Esto es interesante. El gobierno ruso mantiene una lista oficial de los llamados agentes extranjeros, a la que no deja de sumar nuevos nombres. Sin embargo, Alsú no aparecía en absoluto en esta lista, a diferencia de decenas de periodistas de Radio Free Europe. Por tanto, Alsú no se sintió obligada a registrarse como agente extranjera. Por supuesto, ella no es agente de ningún gobierno, es periodista. Y también es importante explicar que esta es la primera vez que las autoridades rusas utilizan la Ley de Agentes Extranjeros de esta manera. O sea, Alsú es la primera persona en ser encarcelada por estos cargos”.
Butorin, que vive en Praga con su mujer desde el año 1998, agradece el enorme apoyo institucional y legal del que está disfrutando su mujer por parte de Chequia, la Unión Europea y Estados Unidos. En concreto también menciona Butorin a las organizaciones Freedom House, Amnistía Internacional, el Comité para la Protección de los Periodistas y la ONU.
“La única manera de que Alsú pueda reencontrarse con sus hijas es mediante un intercambio de prisioneros”.
Antes de que se conociera la condena, que podía haber sido de hasta 15 años, Butorin ya se mostraba pesimista con respecto a la posibilidad de que Kurmasheva recuperara la libertad que le corresponde. Las posibilidades pasan por unas complicadas conversaciones diplomáticas que Washington, Praga y Bruselas aseguran que están llevando a cabo con el Kremlin.
“Personalmente no tengo información de ninguna negociación sobre intercambios de prisioneros entre Rusia y Estados Unidos que pudiera afectar a Alsú. Pero no se puede confiar en el sistema judicial ruso, y la única manera de que pueda reencontrarse con sus hijas es mediante un intercambio de prisioneros. Estoy muy agradecido a la República Checa y a otros estados e instituciones de la UE por su apoyo”.
“El periodismo no es ningún crimen. Ni aquí ni allí ni en ninguna parte del mundo, y Putin debe liberar a Evan y Alsú inmediatamente”, dijo el presidente estadounidense Joe Biden en una de las veces que se refirió al caso.
“Aunque le diga que extrañamos a Alsú, con palabras no se puede describir el verdadero dolor por el que pasamos mis hijas y yo todos los días”.
Por la información que tenía Butorin en mayo, Kurmasheva, de 47 años, ha pasado la mayor parte de su prisión preventiva en la cárcel de Kazán en una celda compartida con otra presa de cinco metros cuadrados donde dormía a 70 centímetros del agujero en el suelo destinado a que hagan sus necesidades, según describía el periodista. Sus abogados y el propio Butorin también denunciaron públicamente que su mujer no estaba recibiendo el cuidado médico que necesitaba.
Es tremendamente duro vivir así, asegura Butorin, tanto para él como para sus dos hijas, de 15 y 12 años.
“Pensamos en ella todo el tiempo, todos los días. Aunque le diga que extrañamos a Alsú, con palabras no se puede describir el verdadero dolor por el que pasamos mis hijas y yo todos los días. Nos despertamos cada mañana y sentimos su ausencia. Durante el día, nos preguntamos qué estará haciendo y qué otras maneras utilizarán las autoridades rusas para humillarla. Por la noche vemos un lugar vacío en nuestra mesa, nos quedamos dormidos pensando en ella. Y todas las noches sueño con nuestro reencuentro”.
Por desgracia, nada parece apuntar a que ese reencuentro se vaya a producir pronto, ya que depende de unas negociaciones entre países completamente enfrentados en la guerra en Ucrania.