Científicos checos descubren un nuevo tipo de magnetismo que puede revolucionar la electrónica

Visualización del altermagnetismo

Expertos de la Academia de Ciencias Checa han descubierto cualidades magnéticas hasta ahora desconocidas en materias de sobra estudiadas. Los altermagnetos no son imanes al uso, pero han demostrado que pueden guardar una cantidad enorme de datos como para revolucionar la electrónica.

Hasta ahora, en la física, los materiales podían ser ferromagnéticos, lo que el resto de mortales conocemos como magnéticos, esto es, que atraen o repelen otro metal; o antiferromagnéticos, o sea, no magnéticos, que no atraen ni repelen otro metal. Pero científicos del Instituto de Física de la Academia de Ciencias Checa han realizado el descubrimiento histórico de una tercera categoría: la de los altermagnetos, que sería un grupo intermedio entre los dos anteriores. Así lo explicó para la Radio Checa el investigador principal del estudio, Tomáš Jungwirth.

“Los altermagnetos no se adhieren al refrigerador; sin embargo, cuando se pasa una corriente eléctrica a través del altermagneto, este transporta la información magnética básicamente de la misma manera que un ferromagneto”.

En la investigación, publicada recientemente en la revista Nature, también han participado un grupo de expertos de Swiss Light Source en colaboración con el Instituto Paul Scherrer, ambos de Suiza, liderados por la Academia de Ciencias checa.

Visualización del altermagnetismo | Foto: Libor Šmejkal,  Anna Birk Hellenes,  Fyzikální ústav AV ČR

Los altermagnetos no atraen ni repelen otros metales, pero sin embargo, sí que generan un campo magnético interno. Esta característica es justo la que puede suponer una revolución en la electrónica, dice otro de los principales autores del estudio, Libor Šmejkal.

“Se demuestra que esos magnetos sin campo magnético externo se pueden conmutar mil veces más rápido, lo que significa que se podría tener una memoria mil veces más rápida que la que tenemos en los discos duros de hoy en día”.

Además de multiplicar la capacidad desde teléfonos a supercomputadoras, también se podrían hacer sensores más precisos y eficientes o evitar los errores de los ordenadores cuánticos de última generación. Los grandes electroimanes también forman parte de los procesos de reacción nuclear o los aceleradores de partículas, por lo que este descubrimiento abre ahora unas nuevas oportunidades difícilmente calculables.
Lo curioso del descubrimiento es que esos materiales son básicamente minerales, cristales, estudiados de sobra desde hace décadas. No obstante, esa característica del campo magnético interno, causado por una simetría de electrones apuntando todos en la misma dirección, había pasado desapercibida a todo el mundo, explica Tomáš Jungwirth.

“En realidad, es que ya sabemos demasiado sobre la física de las sustancias sólidas. Y al estudiar cada sustancia con tanta precisión, se nos escapaba un rasgo aproximado, una visión general, para la que hace falta algún tipo de herramienta más rudimentaria. Así que retrocedimos casi cien años, usamos un ‘martillo’ mucho más tosco, no una herramienta de relojería de precisión, y nos dimos cuenta de que probablemente faltaba un capítulo por escribir”.

Hasta el momento han encontrado unos 200 cristales con estas propiedades altermagnéticas, lo que significa ya el doble de las materias magnéticas existentes.

Libor Šmejkal cree que, ahora que ha sido descubierta esta nueva categoría, se abre una trepidante fase de investigación en todo el mundo que no tardará en dar sus frutos.

“Muchos grupos científicos de todo el mundo comenzaron a mostrar interés en este campo incipiente, por lo que no dejan de aparecer nuevos materiales. Hay un artículo sobre este tema casi todos los días, ya que los científicos están entusiasmados con que estos materiales puedan eliminar los vicios de los antiferromagnetos y los ferromagnetos y, al mismo tiempo, abrir posibilidades completamente nuevas en términos de investigación básica y potenciales aplicaciones”.

Concluye Jungwirth que, si bien su investigación ha ampliado las categorías de magnetismo de dos a tres, lo que también han podido corroborar es que ya no hay más, no existe una cuarta por descubrir.

Autores: Eva Kézrová , Eliška Drobná , Daniel Ordóñez | Fuente: iROZHLAS.cz
audio