Científicos de Brno desarrollan una novedosa tecnología para diagnosticar la dislexia

Diagnosticar la dislexia puede volverse más rápido y preciso gracias al trabajo de un grupo de científicos de Brno, que desarrollan un dispositivo capaz de rastrear el movimiento del ojo mientras el paciente lee. Esta tecnologia podria ayudar a expertos a entender con más precisión las dificultades del individuo al leer y ofrecer asi un tratamiento más personalizado a cada paciente.

Foto ilustrativa: Vlad Vasnetsov,  Pixabay,  Pixabay License

La dislexia es un desorden de aprendizaje que afecta la manera en la que el cerebro procesa el lenguaje escrito. Un sintoma común de la dislexia es que los pacientes que la padecen presentan dificultades a la hora de reconocer letras, palabras e inclusive oraciones enteras. En casos muy extremos, el paciente puede llegar a percibir el texto completamente distorsionado, con letras volteadas (como por ejemplo confundir la d con la b), o letras que parecen moverse en la página. En Chequia se estima que entre el 1% y 2% de los niños padecen dificultades para leer.

Diagnosticar dislexia a una temprana edad es vital para atacar el problema, aunque también puede ser complicado. Tradicionalmente, el diagnóstico de dislexia se basa en una serie de exámenes que consisten en una lectura cronometrada para medir la velocidad pero también la certeza, al igual que exámenes escritos para medir ortografía y gramática.

Nikol Dostálová | Foto: Michal Šafařík,  Český rozhlas

Investigadores de la universidad Masaryk de Brno trabajan actualmente en desarrollar un modelo digital utilizando tecnologia de rastreo para monitorear el movimiento del ojo y obtener así una lectura precisa y objetiva de las habilidades de una persona. Aunque suena complicado, no lo es tanto: el aparato es, de hecho, muy sencillo de utilizar. El paciente se sienta frente a un ordenador, coloca su cabeza en un marco estabilizante e intenta leer textos de la pantalla que, a su vez, son obstruidos por manchas rojas. El aparato se asimila mucho en apariencia a los autorefractores utilizados por los oftalmólogos para medir el ojo de las personas. Una de las investigadoras, Nicol Dostálová, explica el uso de ese dispositivo.

Nikol Dostálová | Foto: Michal Šafařík,  Český rozhlas

"Este dispositivo se llama rastreador ocular. Los puntos rojos son fuentes de infrarrojos que se reflejan en el ojo, lo que permite a la máquina calcular exactamente dónde está mirando el paciente. La tarea del niño es leer el texto mostrado".

La examinación consiste en tres etapas: una lectura simple de silabas, luego oraciones completas, y, por último, palabras sin sentido.

"Los niños disléxicos a veces adivinan palabras al leer un texto normal, pero las palabras sin sentido los obligan a centrarse en cada letra y leer exactamente lo que está escrito".

El sistema rastrea hacia adonde apuntan los ojos del paciente, y por cuánto tiempo se quedan enfocados en el punto. Los resultados se muestran en forma de círculos colorados. El tamaño de los circulos puede variar dependiendo del tiempo que el lector permanece en una determinada silaba, explica Dostálová.

"Los grandes círculos naranjas muestran dónde el niño se quedó un largo tiempo, luchando con ciertas sílabas".

Roman Švaříček | Foto: Michal Šafařík,  Český rozhlas

Según Roman Švařiček, quien encabeza el Instituto de Ciencias Educacionales en la Universidad Masaryk de Brno, este método podría revolucionar el diagnóstico de la dislexia.

"Un consejero generalmente escucha los errores de lectura. Pero con un rastreador ocular podemos identificar exactamente dónde el niño tiene dificultades, hasta el milisegundo. Esto permite un diagnóstico más preciso".

Detectar la dificultad a la que se enfrenta cada paciente permite que los especialistas creen programas de tratamiento personalizados. Los investigadores de Brno ya probaron el aparato en varios niños y reportan un 90% de certeza en el diagnóstico. Aunque por ahora están en pleno proceso de mejorar algunos detalles en la tecnologia, se espera que, en un futuro cercano, pueda crearse una versión que podrán utilizar perfectamente los especialistas.