Científicos checos analizarán el comportamiento del coronavirus vivo
Virólogos checos de České Budějovice estudiarán las propiedades biológicas y el comportamiento del coronavirus vivo dentro de las células. La investigación podría ayudar en la lucha contra la pandemia.
El objetivo de los científicos es descubrir qué cantidad de anticuerpos es la más adecuada para eliminar el virus. El virólogo Martin Palus explica el proceso: “Analizaremos como interactúa el virus con diferentes tipos de células y qué impacto tiene en ellas. Identificaremos modelos eficientes para hacer test de antivirales - ya hemos preseleccionado algunos - y también otros modelos que permitan un diagnóstico más rápido y contribuyan al tratamiento de la enfermedad”.
El equipo ya ha estado participando en los análisis de las pruebas de los pacientes con sospecha de COVID-19, así que cuenta con frotis de personas contagiadas. Según comentó Palus, esto representa una gran ventaja: “Recibimos el bastoncillo con el que se hizo el frotis y aplicamos suero fisiológico. Este nuevo suero lo transferimos a cultivos celulares y observamos si el virus se acomoda en el cultivo celular y si empieza a replicarse”.
Sin embargo, lo esencial es la investigación básica del coronavirus. De acuerdo al virólogo Václav Hönig, miembro del mismo equipo, si no sabemos cómo se comporta el virus, no podemos intervenir de manera eficaz: “Los conocimientos adquiridos son importantes porque a base de ellos podremos desarrollar diferentes aplicaciones relacionadas no solo con el diagnóstico, sino principalmente con el tratamiento”.
El nuevo coronavirus está siendo analizado por equipos de todo el mundo. Parcialmente, los esfuerzos están coordinados, pero a menudo se solapan. Según el equipo de Bohemia del Sur, así se logra prevenir algunos errores y acelerar la investigación.
El Centro Biológico de České Budějovice adaptará un biochip desarrollado por el Instituto de Física de la Academia de Ciencias, cuyo objetivo original era analizar muestras de alimentos para detectar diferentes bacterias, virus u otros causantes de infecciones. La tarea de los virólogos consistirá en elegir y poner a prueba anticuerpos que identifiquen el virus con facilidad y, consecuentemente, optimizar el método para que pueda ser utilizado no solo para pruebas clínicas, sino también para pruebas de ambiente, por ejemplo.
Prototipos del nuevo biosensor deberían estar listos dentro de un par de meses. Las conclusiones del análisis de los anticuerpos podrían, en teoría, ayudar a pacientes enfermos del COVID-19 en un horizonte de semanas.