Chequia se prepara para la segunda ola del COVID-19
Desde este miércoles la mascarilla vuelve a ser obligatoria en comercios y se reduce el horario de bares y discotecas. El ritmo de incremento de contagios en Chequia sigue siendo el mayor de su entorno.
Poco a poco se acerca un otoño lleno de incertidumbres por culpa de la pandemia de coronavirus. Este lunes el número de infectados volvió a superar los 500 nuevos casos. Se trata de la sexta vez que eso sucede desde marzo, y la enfermedad se extiende ahora por la República Checa a mayor velocidad que en los peores días de primavera.
Las autoridades sanitarias restablecen desde el 9 de septiembre el uso de mascarillas en espacios en los que hacía meses que no era necesaria, básicamente tiendas y centros comerciales, y reduce el horario de los bares de copas y discotecas, que deberán cerrar sus puertas a medianoche y no podrán abrir hasta las seis de la mañana. Desde el día 14, la mascarilla también deberán llevarla los alumnos de las escuelas en los espacios comunes. Estas nuevas medidas se suman a la obligación ya en vigor de taparse boca y nariz en el transporte público, estaciones, el aeropuerto de Praga y centros médicos y farmacias.
Según el ministro de Sanidad, Adam Vojtěch, no hay motivos de alarma. Las medidas de este gobierno son las adecuadas, aseguró este lunes a la Televisión Checa.
“Pese a que la situación es peor que en los últimos meses, está bajo control. Es complicado, sobre todo en Praga, donde la cantidad de casos es muy alta, pero estamos haciendo el máximo. Si miramos la cifra de fallecidos por esta enfermedad, no está aumentando de forma importante, pese a que la cantidad de personas hospitalizadas ha crecido. Pero esto no quiere decir que los hospitales no controlen la situación o estén saturados”.
Sin embargo, hay propuestas de su ministerio que critican expertos y oposición. Para aliviar el trabajo de los rastreadores, que se encuentran saturados, Sanidad, además de reforzar el sistema con 30 nuevos trabajadores, quiere que por cada caso positivo se avise a menos gente con la que el afectado haya estado en contacto. Además, se rastrearía solo a los contactos de los casos graves. Así se pretende solucionar, por ejemplo, los retrasos de varios días en los avisos que se envían por sms a las personas que sin saberlo han estado en contacto con personas infectadas.
Precisamente la calidad del rastreo es una de las razones a las que achaca el virólogo Pavel Plevka, responsable del grupo de investigación del Instituto Centroeuropeo de Tecnología de Brno (CEITEC), que en Chequia la enfermedad avance a un ritmo mucho mayor que en cualquiera de sus países vecinos.
Según Plevka, el número de infectados en la República Checa crecerá en más de mil casos al día antes de lo que pensamos, advirtió en la Televisión Checa.
“Seguramente estamos a una semana o dos de llegar a ese escenario. Esto significará una mayor carga de trabajo en los centros sanitarios y que su labor será más complicada. El mayor incremento de casos positivos en Chequia se debe a muchos factores, pero hay uno de especial relevancia. En Austria y Alemania se realiza un mayor número de test, algo que, seguramente, propicia un mejor rastreo y, por tanto, una prevención más efectiva de la propagación del coronavirus”.
La cifra de pacientes ingresados en hospitales por COVID-19 también está subiendo de manera importante. Este sábado eran ya 204, que sigue siendo, eso sí, una cifra más que aceptable para la capacidad hospitalaria del país. La mayor parte de los infectados no tienen síntomas graves o son directamente asintomáticos. Además, los médicos saben ahora tratar la enfermedad mucho mejor que en primavera, por lo que las posibilidades de recuperación son mucho mayores en cualquier caso, asegura Plevka.
Datos tranquilizadores, pero solo hasta cierto punto. Según ha comunicado este martes la Organización Mundial de la Salud, las cifras de la República Checa son “preocupantes”, ya que el incremento es generalizado a lo largo y ancho del país, y también lo es el de los casos graves. Además, la institución internacional ha advertido de la importancia de aumentar y mejorar los rastreos, en lugar de limitarlos, para enfrentarse a la temida segunda ola de este otoño.