El mundo como supermercado

Monika Jägerová, 'La gran nada'
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Hace poco se estrenó Velké Nic (La Gran Nada), un documental checo que repasa con crudeza, humor y también poesía los no tan lejanos tiempos de la pandemia. Ahí se cuenta la historia de una cantante lírica que, en esa época, trabajó como cajera y repositora en un supermercado para poder pagar sus deudas. En esta entrevista, Monika Jägerová nos cuenta las repercusiones de su participación en la película, reflexiona sobre los supermercados y explica por qué el Covid le cambió la vida.

La cantante lírica Monika Jägerová es consciente de que lo suyo no fue ninguna excepción: en todo el mundo hay artistas talentosos que, a lo largo de su carrera, atraviesan varios momentos de incertidumbre y, por lo tanto, se ven obligados a realizar trabajos que nada tienen que ver con aquello para lo cual se formaron. Sin embargo, tiene la sensación de que no muchos cantantes líricos han desempeñado una tarea tan específica como la que ella misma realizó cuando, en plena época del Covid, trabajó como cajera y repositora de un supermercado, lo cual, de hecho, llamó la atención de muchas personas y, entre ellas, de Vít Klusák y Marika Pecháčková, los directores del recientemente estrenado documental checo Velké Nic (La Gran Nada) sobre la pandemia.

'La gran nada'

“Desde el comienzo lo puse en Facebook y eso motivó enormes reacciones por parte de mis amigos, de algunos medios que me hicieron varias entrevistas y luego creo que el director se enteró por su hermano que trabaja en la industria de la música. Pero, básicamente, la noticia circuló por Facebook, sí, porque, en ese momento, estábamos todos en casa, comunicándonos por medio de las redes sociales”.

Precisa Monika Jägerová que, para hacer aquel posteo, se había sacado una selfie con el uniforme del supermercado en el que trabajaba y, aunque asegura que la foto era bastante mala, reitera que la repercusión fue enorme. Cuenta que, hasta el momento, vio la película tres veces: la primera, en una función privada en la que participaron solamente los realizadores, la prensa y los abogados de los hospitales para chequear que la película no infringiera ningún aspecto legal.

“Lo que menos me gustaba del supermercado era la música, no diría que era horrible pero sí muy exigente”.
Monika Jägerová

“Esa primera vez fue en agosto, acababa de regresar de unas vacaciones haciendo hiking en el parque nacional Hardangervidda en Noruega. Durante diez días caminamos unos ciento ochenta kilómetros. Estaba muy cansada porque encima habíamos viajado mucho y, de hecho, teníamos un vuelo a Cracovia, así que había tenido que viajar muy temprano para poder llegar al cine a las diez de la mañana y recuerdo que me pareció bien todo lo que vi en la película: estaba muy agradecida de que existiera y hay momentos muy fuertes como cuando se muestran los hospitales y todo lo demás, entonces me sentí muy agradecida por poder verla”.

De todos modos, reconoce que, antes de verla, intentó prepararse para recibir cualquier tipo de crítica negativa que, por suerte, hasta el momento, no llegó. Afirma que está muy contenta con el resultado y por eso quiso verla dos veces más: en el preestreno que tuvo lugar en el cine Lucerna y, luego, con su novio, que toca el violonchelo y también aparece en el documental dando clases online de música.

Monika Jägerová en el documental Velké Nic  | Foto: Hypermarket Film

Gracias por su compra

Monika Jägerová se dedica a la interpretación de música antigua y es una de las grandes promesas de la nueva generación de cantantes líricos. Actuó en algunos de los escenarios más importantes del país como el Rudolfinum de Praga y el Teatro Nacional de Brno, pero también mostró su talento en escenarios internacionales como el Teatro Verdi de Trieste, la Ópera Nacional de Bergen y hasta colaboró con el grupo de teatro español La Fura dels Baus. Y aunque la música se convirtió desde muy temprano en parte esencial de su vida, nunca la sufrió tanto como durante el período en el que trabajó como cajera y repositora en un supermercado de la conocida cadena Penny para hacer frente a una serie de deudas que la suspensión de la actividad artística no le permitía pagar.

“Trabajé tres meses, era un contrato básico como el que suelen hacer en esos lugares y, en mi caso, era solo un contrato a media jornada por cuatro horas que finalicé a los tres meses cuando me enteré de que estaba disponible ese dinero del Estado, esa especie de subvención que podía solicitar. Luego estuve realizando también otros trabajos en un geriátrico y en el Archivo Musical del Teatro Nacional, entre otros. Lo que menos me gustaba del supermercado era la música, no diría que era horrible, pero sí muy exigente”.

Monika Jägerová y su experiencia como cajera de supermercado  | Foto: Lenka Hatašová

Además de su carrera como cantante, Monika Jägerová se graduó de musicóloga en la Universidad Carolina de Praga, y aunque se especializó en la música de los siglos XVII y XVIII, asegura que, de tanto hacer análisis cultural, no podía dejar de prestar atención a la radio del supermercado. Cuenta que, bien temprano a la mañana y también a la noche, cuando el supermercado estaba cerrado, la música que ponían era completamente diferente de la que pasaban para los clientes. Es que, en su opinión, el gran objetivo es hacer que se sientan con ánimo para gastar su dinero y pasar más tiempo en el supermercado. De hecho, recuerda que había algunos hits que solo sonaban a determinada hora.

“Es muy interesante porque te das cuenta de que conoces la canción, pero en realidad se trata de un cover de, por ejemplo, un tema muy famoso de The Beatles, digamos ‘Let it be’, pero el cover está hecho de un modo muy suave y pop que hace que conozcas la canción pero no puedas concentrarte tanto en ella como para ponerte a cantarla. Yo me sentaba frente a la caja en el trabajo y me daba cuenta de que la canción me resultaba conocida hasta que entendía que era la canción más famosa de The Beatles. Es como que te hacen sentir lo suficientemente cómodo como para poder identificarla pero, a la vez, no tanto como para distraerte de la compra. Creo que así es como funciona”.

Agrega Jägerová que, por momentos, la música también estaba dirigida a los empleados: cuenta que, bien temprano a la mañana y a última hora, la música sonaba mucho más fuerte como para despertar e incentivar a los trabajadores a hacer sus tareas del mejor modo posible. Al mismo tiempo, explica que las letras solían tener que ver, en muchos casos, con la necesidad de disfrutar la vida e incluso con la idea de lealtad.

Maldición, va a ser un día hermoso

Asegura que, de tan obvio, el mensaje se volvía, por momentos, ridículo, pero esas eran algunas de las estrategias, como sucede también con el orden de los productos en las góndolas que, lejos de ser casual, persigue, en su opinión, el objetivo de incidir en la psicología de los clientes. Por ejemplo, explica que los dulces casi siempre están al lado de la caja para tentar a último momento a los clientes cuando se sienten un poco más cansados y con las defensas bajas. Tampoco es casual, asegura Jägerová, que los supermercados sean espacios completamente cerrados sin ni siquiera ventanas.

Monika Jägerová,  cantante y musicóloga | Foto: Lenka Hatašová

 

“Recuerdo, por ejemplo, que en muchas ocasiones estaba sentada frente a la caja y me ponía a adivinar si estaría lloviendo o habría sol porque no tenía ninguna noción del clima. En ese sentido, siempre esperaba que estuviera lloviendo para sentir, al menos, que estaba a resguardo durante esas horas y luego salía y había un sol radiante porque la de 2020 fue una primavera muy cálida, así que siempre estaba decepcionada”.

Aunque parezca increíble, revela Monika Jägerová que, por el contrario, lo que sí le agradaba mucho del supermercado era que no debía viajar, algo que sí suele demandarle su rol como cantante, en especial en la etapa anterior al Covid. Con respecto a sus compañeros, explica que no tenían tanto contacto porque en el supermercado suele haber muchísimas cosas que hacer y siempre da la sensación de que se necesitan, al menos, dos personas más para cumplir con todas las tareas.

Monika Jägerová  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“La primera vez que me senté frente a la caja una señora muy dulce se me acercó para hacerme algunas preguntas y, cuando le conté que era música y cantaba, me empezó a decir que yo era la más inteligente y además tenía mucho talento para cantar, pero sobre todas las cosas me daba mucho aliento porque muchas veces no sabía cómo acomodar las cosas en las góndolas y tengo que decir que la gente fue muy amable conmigo. Nuestro jefe también era bastante amable y solía burlarse de mí diciendo ‘oh, ahí está la cantante, déjame mostrarte cómo debe realizarse este trabajo ordinario’ y yo siempre le decía: ‘gracias, pero puedo arreglarme sola’. Sin embargo, luego me di cuenta de que era muy respetuoso”.

Recuerda Jägerová que, durante la filmación del documental, algunas de cuyas escenas se realizaron mientras ella trabajaba, se sintió un poco incómoda por el hecho de que no existan documentales sobre el trabajo de las cajeras de los supermercados. Por eso, trató de aprovechar la oportunidad para contar, en la película, algunos de los desafíos que los empleados deben superar a diario, aunque casi nada de eso quedó en la versión final porque el tema, por supuesto, era otro.

La voz

“Siempre esperaba que estuviera lloviendo para sentir, al menos, que durante esas horas estaba a resguardo”.
Monika Jägerová

Gran admiradora de la música del barroco, aunque con la amplitud suficiente para escuchar de todo, cuenta que últimamente está disfrutando mucho de la longeva banda británica de rock progresivo Jethro Tull y, en especial, de su disco Songs from the woods. En la actualildad realiza, en Alemania, un doctorado sobre historia de la música y no deja de sorprenderse de lo lejos que parece haber quedado la pandemia, a tal punto que algunos amigos le dijeron que, si bien deseaban ver su participación en la película, no tenían ganas de volver a esa época. Como si fuera tan sencillo tomar ese tipo de distancia. Jägerová, por el contrario, prefiere pensar que la pandemia le dejó algún tipo de enseñanza.

“Yo siento que aprendí mucho: aprendí, por ejemplo, a manejar el dinero porque en la época en la que trabajé en el supermercado tenía deudas. Por otro lado ser freelance y el poco dinero que hay en la industria de la música tampoco ayuda mucho a ganarse la vida y poder tener, al mismo tiempo, cierta almohada financiera como decimos los checos, un fondo de emergencia. Por eso digo que aprendí a administrar el dinero y creo que en eso hoy soy mejor”.

Monika Jägerová | Foto: Lenka Hatašová

Explica que el hecho de ser freelance en el mundo de la música requiere prepararse siempre con mucha anticipación. Sin embargo, durante el Covid empezó a ser muy fuerte la sensación de perderlo todo. Y considera que eso mismo generó un gran cambio en ella: incluso hoy, siente que esa experiencia fue, en algún punto, liberadora porque perderlo todo implica, al mismo tiempo, perder el miedo al futuro. Recuerda Jägerová que, desde muy jóvenes, a los cantantes se les dice que lo más importante que tienen es su voz y ella asegura que la experiencia del Covid le demostró que eso no es del todo cierto porque, incluso en caso de perderla, tiene la convicción de que encontraría algún modo de salir adelante.

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