A cinco años de la pandemia del COVID-19, ¿por qué en Chequia no hay monumentos a las víctimas?

A fines de enero de 2020, Italia comenzaba a registrar los primeros contagios de un virus que sacudiría al mundo. El COVID-19 no tardó mucho más en llegar a Chequia que, cinco años más tarde, aún no cuenta con monumentos a las casi 50.000 víctimas fatales de la pandemia en el país.

Pasados cinco años desde la aparición del COVID-19 en Europa, cuyos primeros casos se registraron en Italia, el continente se ha acostumbrado a convivir con el virus y ha logrado protegerse de él. Sin embargo, los comienzos de la pandemia fueron muy dramáticos.

Foto ilustrativa: Bastian Riccardi,  Pixabay,  CC0 1.0 DEED

En Chequia, los primeros tres pacientes con coronavirus fueron evidenciados el 1 de marzo de 2020. El mismo mes, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia. Por entonces, entonces ya habían sido registrados 4616 muerto en el país a causa de las enfermedades causadas por el virus, que había sido detectado por primera vez en diciembre de 2019, en la ciudad china de Wuhan. Cinco años más tarde, las víctimas fatales en todo el mundo rondan la cifra de los 7 millones.

Al comienzo, los países europeos cerraron sus fronteras, así como escuelas, oficinas y muchas empresas introdujeron o instalaron el trabajo desde casa. Cuando llegaron las primeras vacunas, muchos pensaron que la plaga terminaría pronto. Pero el tiempo pasaba y el COVID-19 no desaparecía.

Foto ilustrativa: Matěj Skalický,  Český rozhlas

En Chequia, solo la suma de las víctimas de las dos guerras mundiales supera a las causadas por el virus. A pesar de ello, hasta el presente, no existe en el país ningún monumento que las recuerde, lo cual parece indicar que los checos no desean, en realidad, tener presente en la memoria este período, como tampoco existe consenso sobre cómo reaccionar si algo parecido volviera a ocurrir.

Karel Střelec, profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Ostrava, analiza en diálogo con RPI cómo la sociedad checa llegó a concebir la pandemia de COVID-19 en su imaginario y sostiene que existen muchos motivos que podrían explicar este comportamiento.

“Uno de esos motivos es más bien generalizado y tiene que ver con cómo cada persona concibe una experiencia negativa o traumática, pasado tan corto tiempo de ella. Han pasado cinco años, lo que nos puede parecer un período prolongado, pero sabemos que, por ejemplo, todavía hoy en día, pasados 35 años de la caída del comunismo, nos cuesta superar ciertos temas en la vida política y pública. O sea que los recuerdos de la pandemia y los extremos años 2020 y 2021, están más bien en sus comienzos.

Foto: Lenka Žižková,  Radio Prague International

Uno de esos motivos es más bien generalizado y tiene que ver con cómo cada persona concibe una experiencia negativa o traumática, pasado tan corto tiempo de ella. Han pasado cinco años, lo que nos puede parecer un período prolongado, pero sabemos que, por ejemplo, todavía hoy en día, pasados 35 años de la caída del comunismo, nos cuesta superar ciertos temas en la vida política y pública. O sea que los recuerdos de la pandemia y los extremos años 2020 y 2021, están más bien en sus comienzos.

Foto: Michaela Danelová,  Český rozhlas

Otro motivo es que, a pesar de que nuestra sociedad califica el periodo de la pandemia de forma negativa, cada uno de nosotros lo vio todo desde su propio punto de vista. Ese periodo nos afectó a todos en nuestra vida cotidiana. Otro motivo es que, a pesar de que nuestra sociedad califica el periodo de la pandemia de forma negativa, cada uno de nosotros lo vio todo desde su propio punto de vista. Ese periodo nos afectó a todos en nuestra vida cotidiana”.

De acuerdo con Střelec, la situación no afectó a todos de la misma manera. Mientras una parte de la sociedad se preocupaba más por su salud y la de sus familiares, otro sector hacía foco en cuestiones más vinculadas a la económica, como la conservación de los puestos de trabajo. Otros, por su parte, sentían que el fenómeno y las medidas para contenerlo eran, por sobre todas las variables y consecuencias, un ataque contra su libertad.

Foto ilustrativa: Mircea Iancu,  Pixabay,  Pixabay License

Con el paso del tiempo, la pandemia, los protocolos de salud y todos sus derivados, también se convirtieron en una cuestión política. Estos factores, según Střelec, contribuyeron a que dentro de la sociedad checa no existiera un consenso sobre cómo recordar la pandemia.

Al comienzo, sin embargo, la población checa sí unificó esfuerzos. Por ejemplo, algunas mujeres comenzaron a coser mascarillas, ya que las farmacias no daban abasto. En esos momentos, parecía que todos estaban dispuestos a ayudar. Pero, hacia el final de la pandemia, la situación osciló hasta ubicarse en el extremo opuesto. Según el profesor, la división en la sociedad pasó a ser muy evidente.

“Realmente pudimos ver dos polos opuestos. Al inicio, en marzo, abril y mayo de 2020, la sociedad checa había estado muy unida. Esa unidad no la habíamos presenciado desde hacía mucho tiempo.

Foto: René Volfík,  Český rozhlas

En Chequia, solo la suma de las víctimas de las dos guerras mundiales supera a las causadas por el virus. A pesar de ello, hasta el presente, no existe en el país ningún monumento que las recuerde, lo cual parece indicar que los checos no desean, en realidad, tener presente en la memoria este período, como tampoco existe consenso sobre cómo reaccionar si algo parecido volviera a ocurrir.

Pero todo eso cambió con el pasar del tiempo. Salimos muy divididos de la pandemia. Y me parece que no se ha logrado superar esa división hasta el presente”.

Sin embargo, Střelec se mantiene optimista y cree que la población, en algún momento, logrará concebir una imagen mental aceptable de aquellos tiempos de caos e incertidumbre.

Unos pocos recordatorios

Al mismo tiempo, pareciera que los checos no están dispuestos a revolver los recuerdos de aquella etapa, hecho que se evidencia en la ausencia de monumentos que rindan homenaje a las víctimas fatales.

Las cruces blancas en homenaje a las víctimas del Covid en Praga | Foto: Michaela Danelová,  Český rozhlas

“La sociedad checa no recuerda a las víctimas de COVID-19, ni siquiera a nivel simbólico. Aunque es costumbre de nuestra sociedad  recordar de forma concreta, materializada, los acontecimientos del pasado. Vamos construyendo museos, monumentos, y colocamos también pequeñas lápidas o cruces a las víctimas de los accidentes de tráfico, etc. Al centrar nuestra atención en la pandemia, encontramos sólo unas cuantas cruces en la periferia de alguna ciudad. Existe por ejemplo, una piedra recordatoria en la localidad morava de Holešov. Pero esperaría encontrar algún monumento también en Praga, Brno y Ostrava”.

La piedra recordatoria a las víctimas de COVID-19 en la localidad morava de Holešov | Foto: Drobné památky,  CC0

Střelec señala que en otros sí países cuentan con este tipo de monumentos, por ejemplo, en el Reino Unido, Francia, Estados Unidos e Italia. En Chequia, por su parte, se discute, en cambio, si colocar o no en Malostranské náměstí una estatua del mariscal Radecký, conocido jefe de ejército del siglo XIX, a pesar de que se trata de una personalidad con impacto casi nulo en la vida actual de la sociedad checa.

“Considero que en este asunto tienen que ver dos factores. Uno es que el tema de la muerte es considerado tabú en Chequia en cualquier contexto. Tratamos de apartar o superar ese tema. El período de COVID-19 está estrechamente vinculado con el fallecimiento en Chequia de unas 45.000 personas. Otra cosa es, en general, los monumentos suelen crearse por la iniciativa de determinados grupos y asociaciones, o por familiares de algunas víctimas. El Estado, habitualmente, no tiene nada que ver con esto. En este caso, considero que es responsabilidad de los órganos de poder u organizaciones asociadas el abrir un debate sobre el tema de un monumento a las víctimas de la pandemia”.

Karel Střelec | Foto: Facebook de Universidad de Ostrava

Según Střelec, la ausencia de monumentos a las víctimas genera la impresión de que el elevado número de víctimas genera una cierta indiferencia o bloqueo con respecto a los hechos.

“Si lo comparamos con la mayor epidemia registrada en territorio checo después de la Segunda Guerra Mundial, una epidemia de gripe en las postrimerías de los 60, cuando murieron unas 2000 personas, lo del Coronavirus no tiene precedentes, porque ese virus mató a decenas de miles de hombres, mujeres y niños. Para nuestra sociedad, lo más importante es la seguridad, la salud, y ante ese caso cerramos los ojos. Hacemos como si nada hubiera pasado, pero unas 20.000 o 40.000 víctimas en tiempos de paz, en el siglo XXI, sí son algo muy llamativo y deprimente”.

Monumento conmemorativo y lugar de descanso Memento covid-19,  Universidad Tomáš Baťa de Zlín | Foto: Roman Verner,  Český rozhlas

La pandemia desde la perspectiva de los artistas checos

Independientemente de que debería existir un monumento de mayor magnitud a las víctimas de la pandemia, muchos artistas suelen recordar ese período en algunas de sus obras.

Covid mural de Brno | Foto: Michal Gregor,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 4.0

“Representantes de la cultura checa no callan por completo en lo relativo al Coronavirus, pero son mínimas las obras sobre el tema. En la Facultad de Filosofía de la Universidad de Ostrava trabajamos en un proyecto que analiza justamente cómo la pandemia se refleja en la literatura, el arte y la cultura en general en el ambiente checo. Actualmente preparamos con mis colegas una comparación con la literatura española, pero creo que en el tema de COVID-19, la checa está quedando por detrás. Al comienzo había gran interés por el tema, pero pasado algún tiempo, fue desapareciendo, al igual que nuevas obras literarias sobre COVID-19. Tenemos un déficit también en el tema con la literatura francesa y en idioma inglés. A lo mejor los escritores checos esperan que llegue un mejor momento. Las mayores obras que reflejan, por ejemplo, los totalitarismos del siglo XX o la Segunda Guerra Mundial, fueron surgiendo en los años 60 o hasta en los 90”.

Monumento a la pandemia de covid-19,  también conocido como «Monumento a la covidiocia»,  erigido en 2020 frente a una posada local en el pueblo de Čihadla,  cerca de Praga | Foto: Marie Čcheidzeová,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 4.0

El profesor Střelec considera que el tema de COVID-19 podría ser mejor plasmado por las generaciones venideras, que tienen un registro menos latente del trauma. De darse así, no se trataría de una novedad en las corrientes artísticas, ya que, como señala el especialista, suele darse con frecuencia que un tema determinado no es reflejado en el arte, la literatura o el cine por la generación que vivió la experiencia en persona, sino por la siguiente, que reúne datos y recuerdos de otros para reconstruir el recuerdo. Así, tal vez, el monumento se construya en las memorias de quienes hoy son solo niños o adolescentes.