Ciencia

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"La diabetes se convierte en la República Checa en una epidemia", "Científicos checos inventan la llamada memoria cuántica para la luz"," 110 años de rayos X"- éstos son los temas de esta presente edición.

Epidemia de la era moderna

Los médicos checos empiezan a hablar de la diabetes como la epidemia de la era moderna. Cada año aparecen en este país decenas de miles de nuevos pacientes diabéticos. En la República Checa hay 750 mil personas que padecen esta dolencia.

En los últimos veinte años se ha duplicado en Chequia el número de diabéticos. Lo peor es que esta patología viene frecuentemente acompañada de complicaciones.

La diabetes es la causa más frecuente de ceguera en adultos y la segunda causa de amputaciones, cuyo número es escalofriante.Hasta el 40 por ciento de los pacientes que necesitan diálisis son pacientes diabéticos.

¿A qué factores atribuyen los médicos el aumento del número de diabéticos? Parcialmente se debe a factores genéticos, pero las causas decisivas que desencadenan la dolencia son el sedentarismo y el exceso de comida. Hay más mujeres con diabetes que varones, pero no se sabe exactamente cuál es la causa de esta diferencia..


Memoria cuántica para la luz

Según ha informado la prensa checa, los físicos de la Universidad Palacký, de la ciudad morava de Olomouc, han logrado un descubrimiento de proyección mundial:

Han inventado la llamada memoria cuántica para la luz. Con su ayuda es posible encriptar las informaciones de tal manera que ningún extraño puede llegar a ellas.

El esquema simplificado del invento es el siguiente:La luz pasa a través de una nube de átomos de cesio, encerrados en un recipiente de vidrio.La luz inscribe en la nubecita atómica con ayuda de las ondas magnéticas la correspondiente cifra secreta.

El descubrimiento podría utilizarse en el futuro en los sectores donde se trabaja con datos sensibles:en el ejército, los servicios secretos y la esfera empresarial.


110 años de los rayos X

En la segunda mitad del siglo XIX un vidriero y un físico alemán inventaron un interesante "juguete": en un tubo de vidrio en el que se había hecho el vacío muy perfectamente, colocaron dos electrodos. Bajo la acción de la corriente eléctrica de alta tensión, entre los electrodos saltó un pequeño rayo.

Una serie de excelentes físicos prosiguió con estos experimentos. En la noche del 8 de noviembre de 1895 el profesor Wilhelm Konrad Röntgen, de la universidad alemana de Würzburg, realizaba experimentos con un tubo de vidrio, cubierto con papel negro, conduciendo a los electrodos corriente eléctrica cuya tensión subía gradualmente.

De repente,en la pantalla colocada en la mesa vecina apareció una luz fosforescente. La fluorescencia se mantenía aún cuando el científico colocara entre el tubo de cristal y la pantalla un libro o una placa de aluminio. Sin darse cuenta, Röntgen colocó frente al tubo una mano.Quedó estupefacto:en la pantalla fluorescente se veían los huesos de la mano del científico. Röntgen prosiguió con los experimentos y a la extraña y penetrante radiación le dio el nombre de rayos X.

El primero en aprovechar en Bohemia comercialmente el descubrimiento de los rayos X fue el hostelero praguense Céfka. En 1896 instaló en su Hotel del Caballo Negro un gabinete de rayos X, equipado con un aparato traído de Alemania. Los interesados podían contemplar en una pantalla los huesos de su propia mano.