Chequia reabrirá sus fronteras con los países vecinos el 15 de junio

Foto: ČTK / Ondřej Hájek

Las fronteras entre Chequia, Eslovaquia, Austria, Alemania y Hungría podrían reabrirse el 15 de junio, volviendo al régimen normal. Así lo acordaron las representaciones políticas de esos estados en videoconferencias mantenidas este martes.

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Los países vecinos de la República Checa reabren paulatinamente algunos pasos fronterizos y levantan los controles en las fronteras adoptados por la pandemia del nuevo coronavirus.

Tras mantener una videoconferencia este martes con sus colegas del Grupo de Visegrád, más la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro checo, Andrej Babiš, dijo que en vista de la situación epidemiológica positiva, sería ideal que los países en cuestión procedieran a la reapertura de sus fronteras de forma conjunta el 15 de junio, volviendo al régimen de antes de la pandemia de coronavirus.

 Foto: ČTK/Vít Šimánek
Según Babiš, las negociaciones avanzan positivamente y todos manifiestan la esperanza de poder cumplir la fecha mencionada con excepción de Polonia, donde la situación es diferente y el cierre de las fronteras fue prolongado allí hasta el 12 de junio.

”Con Polonia no se ha acordado ninguna fecha concreta hasta el presente y el tema no está en el orden del día. El primer ministro polaco recalcó que la situación en torno al coronavirus en ese país no es tan buena todavía para poder pensar en la reapertura de las fronteras en fechas concretas”.

Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores checo, Tomáš Petříček, encargado de las negociaciones sobre la reapertura de las fronteras con los países vecinos, precisó para la Radio Checa que entre los países centroeuropeos, o sea Chequia, Alemania, Austria, Eslovaquia y Hungría podría surgir un pequeño espacio Schengen de libre movimiento de personas.

”Confiamos que a mediados de junio podría surgir aquí un pequeño espacio Schengen que permitiría que las personas puedan viajar entre los países en cuestión sin control fronterizo y sin la necesidad de presentar pruebas negativas de coronavirus y entrar posteriormente en cuarentena”.

Petříček mantuvo conversaciones al respecto este martes con su homólogo austriaco, y apuntó que tiene programado conversar sobre el tema en los próximos días con el canciller húngaro para acordar algunos pormenores.

Tomáš Petříček,  foto: archivo de la Oficina del Gobierno Checo
El ministro checo indicó que a raíz de la pandemia de coronavirus, el mundo se divide en tres zonas, de acuerdo con la situación epidemiológica reinante en ellos. Chequia está dispuesta a abrir sus fronteras cuanto antes a los ciudadanos de países donde la situación en torno al nuevo coronavirus es semejante o mejor incluso a la de este país. No obstante, en el caso de los ciudadanos de los estados donde el riesgo de infección y propagación del virus sigue latente, Praga conservará las estrictas medidas de protección, recalcó Petříček.

”En lo que respecta a los países que consideramos de alto riesgo, seguirán en vigor las medidas restrictivas de seguridad contra el nuevo coronavirus para sus ciudadanos que quieran entrar en la República Checa. Lo mismo vale para los checos que desde hace tiempo viven en esos países y quieran visitar su patria. En el caso de los países de menos riesgo estamos debatiendo un eventual régimen para su entrada a Chequia. O sea, nos falta acordar si demandaremos una prueba negativa de coronavirus o si haremos sólo controles aleatorios en las fronteras”.

Se calcula que los pormenores de la prevista reapertura conjunta de las fronteras entre los países centroeuropeos sean acordados a más tardar la próxima semana.

Por otra parte, refiriéndose a la videoconferencia del Grupo de Visegrád con Angela Merkel, el jefe del Gobierno checo, Andrej Babiš, criticó ante los periodistas el plan de reconstrucción tras la pandemia de coronavirus, acordado por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron. Babiš recalcó que no estaba de acuerdo con que la ayuda prevista de 500 000 millones de euros esté destinada sobre todo a los países más afectados por el virus, porque ello significaría castigar a los países que adoptaron medidas rápidas y eficaces contra la epidemia.