Chequia impulsará en Roma la unidad y la seguridad europeas

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El primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, viaja a la cumbre de la Unión Europea en Roma, este sábado, con un programa que se limitará a impulsar la unidad y la seguridad europeas. Para Praga se trata de algo fundamental a partir del Brexit y la tensión internacional.

El Tratado de Roma,  foto: cvce.eu,  Wikipedia
Hace 60 años, el 25 de marzo de 1957, los máximos representantes de seis países europeos firmaron el Tratado de Roma que fue la primera piedra para la construcción de la Unión Europea de nuestros días.

Los jefes de estado y de Gobierno de los Veintisiete, sin Reino Unido, se reunirán en la capital italiana este fin de semana para celebrar seis décadas de trabajo junto y hablar del futuro del proyecto europeo.

El Gobierno checo encomendó al primer ministro, Bohuslav Sobotka, respaldar e impulsar todo lo que ayude a fortalecer la unidad y seguridad europeas.

Los máximos representantes europeos atenderán además otros temas candentes anunciados por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, como por ejemplo las vías alternativas de integración, tal y como acentuara Petr Kaniok, politólogo de la Universidad Masaryk de Brno.

Petr Kaniok,  foto: Archivo de la Universidad Masaryk de Brno
“El Gobierno checo tiene una actitud más bien cuidadosa en lo que respecta a la Europa de varias velocidades, porque teme que surjan dos o más Uniones diferentes. Esto significa que, partiendo de la correlación de fuerzas existente, algunos Estados no participarían en todo los procesos y eso amenazaría su posterior integración“.

Para el académico el tema de la Europa de varias velocidades existe desde hace ya mucho tiempo en la práctica.

“Para el Gobierno checo la integración de varias velocidades es de hecho una realidad a partir de los años 80. Un claro ejemplo es el espacio Schengen y la eurozona. Los estados miembros responden de manera diferente a los principios políticos de la Unión Europea. Los gobernantes checos lo saben, pero es un asunto que no se declara como método de integración”.

Cuando el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dio a entender que viajará a Roma para debatir sobre una serie de vías alternativas, insinuó que existe desacuerdo sobre la velocidad y dirección a tomar, indicó Kaniok.

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“Los estados del bloque oriental representan una entidad compacta que frena una serie de asuntos. La idea del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, es respaldar a los estados que desean profundizar en algunos temas. En caso de que deseen ir más rápido concederles la posibilidad de hacerlo”.

Muchos políticos europeos coinciden en que a Europa le falta una hoja de ruta convincente. El Viejo Continente sufre a nivel político el avance del populismo de derecha que lucha contra la inmigración, y de una izquierda que arremete contra la globalización.

La situación hace pensar que algunos países continuarán avanzando por el camino de los proyectos integracionistas profundos, mientras que otros que no quieran, o que no puedan hacerlo, optarán por un ritmo más pausado de integración.