“Chequia debe prepararse para la legalización de la marihuana”
La República Checa debería empezar a prepararse para una inminente liberalización del consumo de marihuana a nivel mundial, opina al coordinador antidrogas checo Jiří Vobořil.
Aunque estas medidas han tenido efectos positivos en una sociedad que se encuentra entre los mayores consumidores de esta sustancia en Europa, muy pronto podrían no ser suficientes, dado el cambio que se avecina a nivel internacional, sostiene el coordinador antidroga de la República Checa, Jindřích Vobořil, en entrevista concedida a la Televisión Checa.
“Hoy sabemos que enormes multinacionales han invertido en cannabis y no dudo que llegará el momento en el que a nivel de la ONU al menos se llegará a un control menor de la marihuana. Creo que debemos estar preparados para cuando pase. Será una avalancha, y tenemos que tener preparado un camino de acción. Hay varias vías de realizar un control estricto, pero debería ser un control del mercado antes que la prohibición”.
En este sentido hay varios modelos en los que la República Checa podría inspirarse a la hora de legalizar definitivamente el cannabis. Vobořil considera interesantes la próxima reforma en Canadá, que establecerá un mercado estrictamente limitado, o lo realizado por Uruguay, donde se ha fomentado el autoconsumo, con un registro de consumidores. Descarta sin embargo el camino tomado por el estado de Colorado, donde el comercio de marihuana se da en un mercado poco restringido.
En todo caso las políticas de prohibición total, según Vobořil, han demostrado ser contraproducentes, opina.
“La clásica prohibición dura en la que algunos estados incluso llegan a ejecutar a gente, en la que no hay acceso a algún tipo de ayuda, prevención, tratamientos, la gente tiene miedo de pedir ayuda… Estos estados tienen muchísimos más problemas que por ejemplo la Unión Europea, donde a veces de iure, a veces de facto, se han liberalizado las políticas, y si no se ha acabado con la prohibición al menos se ha descriminalizado el consumo. Y nos hemos situado a nivel mundial en cifras mucho mejores”.Aparte queda el tema de la marihuana para uso medicinal, en el que Chequia es también pionera, y que Vobořil prefiere no mezclar con el uso del cannabis para fines recreativos.
“El cannabis medicinal es simplemente un medicamento, tiene detrás un largo camino de investigaciones médicas. En este momento está muy de moda. Y puede ser un aporte para la República Checa si le abrimos las puertas. Puede ser un ingreso interesante para las arcas del Estado, ya que hay solo tres países en la Unión Europea que tienen permitido cultivar y exportar cannabis y Chequia es uno de ellos. No veo motivo para impedirlo”.
Un país lastrado por el tabaquismo
Teniendo en cuenta que este viernes es el día internacional sin tabaco, llama la atención que en Chequia, donde la prohibición de fumar en bares y restaurantes tardó en llegar en comparación con otros países europeos, ahora haya una iniciativa legislativa para revertir parte de esta ley. Un grupo de diputados ha abierto el debate para permitir la creación de salas de fumadores en algunos establecimientos.
Vobořil, que no tocaría una línea de la normativa tal como está, considera que los problemas relacionados con el tabaco en Chequia son desde luego otros.“Que sea un tema para parte de los diputados es algo que podría comprender, pero tenemos otros problemas, por ejemplo cómo hacer que el tabaco no se venda a los menores de edad. O solucionar el tema de que los productos de tabaco que hay ahora mismo en el mercado son de los que se prenden y debería favorecerse a los de menos riesgo (cigarrillos electrónicos, por ejemplo). Habría que concentrarse en lo que llamamos programa Hammer Action, de eliminación de daños y riesgos. Y elevar los precios, claro, es uno de los temas. Cada vez que lo digo recibo muchos desagradables e-mails de mis conciudadanos, pero sabemos por la experiencia en todo el mundo que estas son las cosas que funcionan”.
Y es que, de acuerdo con Vobořil, el desarrollo legislativa debería ir más en la dirección de cómo seguir restringiendo el tabaco, ya que el hecho de que no se pueda fumar en los establecimientos donde se sirve comida es tan solo un paso.
“La prohibición en sí misma no es la solución, es solo una forma de presionar para que el tabaco sea inaceptable, es decir, para crear una atmósfera social en la que fumar sea algo malo. Es solo una piedra en el mosaico en el que se crea esta presión. No sé si se puede decir que directamente esta ley cambia radicalmente la situación”.
Los datos confirman esta posición tajante, según Vobořil. La República Checa se encuentra entre los países donde la adicción al tabaco causa más estragos.“Actualmente fuman activamente alrededor de 2,2 millones de personas. Aproximadamente unas 16.000 personas mueren cada año debido al tabaco. Incluso se evidencia que unas 3.000 personas mueren por haber sido fumadores pasivos. Los gastos sociales de esto son de cientos de millones, y cuando nos comparamos con el resto del mundo no estamos precisamente en la mejor situación”.
La lucha contra las drogadicciones no debería dejar de lado, de hecho, las sustancias legales. Jindřich Vobořil habla ya abiertamente de la necesidad de abrir un debate para reducir el consumo de alcohol en la sociedad checa.
“El alcohol es una de las drogas que causa más riesgos sociales, desde luego más que muchas drogas ilegales, aunque no podamos creerlo. No queremos creerlo porque estamos acostumbrados. No digo que tenga que haber una prohibición, por supuesto que no, sin embargo cuando vemos las estadísticas de defunciones, las causadas por el alcohol son un dígito mayores que las de todas las otras drogas juntas, solo en sobredosis. Hay unas 5.000 personas que mueren anualmente en Chequia por este motivo. Y muchas veces olvidamos su influjo en temas como la violencia doméstica, maltrato y abuso de niños, delitos violentos o pequeña criminalidad”.
La lucha contra el alcohol, al igual que la realizada contra el tabaco, se debería realizar en el campo de la prevención, pero también, según sostiene, mediante medidas impositivas que vayan haciendo de las bebidas alcohólicas productos poco atractivos para el consumidor.
El pervitín, a la cabeza de las drogas ilegales
No obstante, mientras que la lucha contra las drogas legales como el alcohol y el tabaco es dura en la República Checa, donde una cerveza sigue valiendo en un bar menos que una botella de agua, la pugna contra los estupefacientes ilegales ha tenido una evolución positiva.
Jindřich Vobořil lamenta sin embargo que los avances realizados se vean mermados en los últimos tiempos por un descenso del presupuesto.“Durante mucho tiempo habíamos sido líderes en cómo se hacen las cosas. Descriminalizamos y despenalizamos totalmente el consumo. Creamos los medios para intervenciones inmediatas, a abrieron los llamados centros de contacto, donde de los 40.000 usuarios problemáticos, 35.000 vienen cada año pidiendo ayuda, se comienza a trabajar con ellos. Bastantes de ellos inician una abstinencia, ya que alguien está ahí para hablar con ellos, y no necesitan un tratamiento largo porque llegan a tiempo. Por otro lado hay que tener medios para mantener esto. Cuando empezó a funcionar y dejó de haber problemas con el crimen organizado y con las sobredosis, dejó también de ser tema político y comenzó a recortarse el presupuesto para prevención, lo que es muy doloroso”.
De todas las sustancias prohibidas, es la metanfetamina fabricada en Chequia, el pervitín, la que más preocupaciones sigue despertando, recuerda Vobořil.
“Desde luego es el pervitín. Se fabrica de forma casera, es un producto doméstico, normalmente en manos de mafias asiáticas. A menudo se exporta fuera. Dentro de las drogas inyectables el pervitín destaca por ser especialmente problemática, entre sus usuarios hay un mayor porcentaje de gente que deja de prosperar en la sociedad, que no acaba la universidad, pierde su empleo, se involucra en pequeños delitos, enferma de diversas formas. En un 20% o menos se trata de la heroína y de opiáceos en general”.
Para concluir, unos datos que dibujan el consumo de estupefacientes en la República Checa según las estadísticas de 2015. El 29,5% de los checos entre los 15 y los 65 años ha fumado marihuana al menos una vez en su vida. El 15% de los adolescentes de 16 años bebe cerveza al menos una vez a la semana y el 66% de los jóvenes de este grupo de edad ha probado el tabaco. El 15% de los chicos y el 17% de las chicas de 16 años fuma tabaco habitualmente.