ČEZ dejará de extraer lignito ya en 2038, doce años antes de lo previsto
Las minas de lignito del norte de Bohemia del gigante energético ČEZ dejarán de funcionar en 2038 y no en 2050, como era el plan original. Pero el rápido aumento del precio de los permisos de emisiones podría acelerar aún más el fin de la era del carbón en la UE, explican desde la compañía.
La extracción de lignito en las minas de Bílina y Nástup Tušimice, ambas en la región de Ústí nad Lábem, estaba previsto que se prolongara aún durante tres décadas más. Sin embargo, los tiempos cambian rápidamente y las condiciones del mercado, también. La empresa ČEZ anunció esta semana que las dos minas dejarán de ser explotadas mucho antes, ya en 2038.
Sencillamente, el comercio con lignito dejará de ser rentable, explicó a la Radio Checa Ladislav Kříž, portavoz de la empresa.
“La razón principal es que Europa está decidida a terminar con la combustión de carbón, o, mejor dicho, con las emisiones de CO2 poco a poco en toda la UE, y eso, por supuesto, se refleja en medidas económicas, sobre todo, con el precio de los permisos de emisiones, que sube vertiginosamente, y de esta forma, como es natural, se empuja a las centrales eléctricas de carbón fuera del mercado”.
Si la combustión de lignito va a dejar de ser rentable, su comercio también, explican desde la compañía, ya que, al contrario de lo que sucede con la hulla, su transporte a países de fuera de la Unión Europea es costoso y está prácticamente descartado. Desde ČEZ se señala que, ante esta situación, el fin de estas minas podría incluso precipitarse a varios años antes del mencionado 2038.
Las minas de lignito de las que se ha anunciado su cierre a finales de la próxima década, abastecen en la actualidad a las cercanas centrales eléctricas de Ledvice, Prunéřov y Tušimice. En los últimos planes estratégicos presentados por ČEZ este año, se cuenta con que se deje de usar carbón en sus centrales eléctricas ya en el año 2030 y que, hasta entonces, planea invertir entre 1280 y 1575 millones de euros en la modernización y transformación de estas infraestructuras para adaptarlas a nuevas fuentes de energía, como también han anunciado otras empresas.
Por ello, los trabajadores de esas centrales eléctricas no deberían temer por su futuro, expuso Ladislav Kříž.
“Hay muchos proyectos preparados para todos estos lugares, por ejemplo, de construcción de nuevas centrales eléctricas de ciclo combinado, gigafactorías, infraestructuras para el uso del hidrógeno, etc. Sencillamente, contamos para el futuro con seguir aprovechando estos lugares para la producción energética”.
Y en el caso de las minas de lignito que serán cerradas en 2038, ČEZ buscará también la forma de no dejar a los trabajadores sin empleo, se subraya desde la empresa.
“En el aspecto social, por supuesto, ya hemos dicho que haremos el máximo que esté en nuestras manos. Ante todo, vamos a seguir buscando la manera de emplear a nuestros trabajadores al más largo plazo”.
Lo cierto es que el consumo de carbón no ha dejado de reducirse desde los cambios democráticos de 1989 en la República Checa.
Pero a pesar de la clara tendencia a la desaparición del carbón como fuente de energía, lo que desde ČEZ también se señala, es que sí se seguirá extrayendo el suficiente para abastecer a los hogares que dependan de él para la calefacción.