Bistec tártaro y cerveza una combinación irresistible
El bistec tártaro es fácil de preparar, pero la mayoría de los checos prefiere comerlo en restaurantes o en lugares de lujo.
Preparado con carne de ternera cruda picada o molida, el bistec tártaro se introdujo poco a poco hasta llegar a formar parte de la cocina tradicional checa en el siglo XX.
El nombre del plato se debe supuestamente a que la receta la inventaron los tártaros, que colocaban un trozo de carne bajo las sillas de montar a caballo y luego de algún tiempo, cuando ésta estaba bien macerada y sin sangre, se la comían. Pero los especialistas en cocina afirman que eso no es verdad.
Lo cierto es que este plato adquirió gran fama gracias a la novela Miguel Strogoff de Julio Verne. Los restaurantes parisinos, empezaron a servirlo en las postrimerías del siglo XIX como algo extravagante y una de sus especialidades.
Sobre el contenido de este plato habló para Radio Praga Internacional Matěj Podhajský, un gran aficionado a la cocina.
“El ‘tatarák’, como se le dice en checo coloquial, contiene además de carne de ternera cruda, cebolla finamente picada, mostaza, kétchup, salsa Worcestershire y yema de huevo. Se le agrega sal y pimienta y todo se mezcla bien. Y luego esta mezcla se sirve en un trozo de pan frito en aceite y con ajo en abundancia”.
Matěj Podhajský compartió con nosotros también la receta para preparar el supuestamente mejor bistec tártaro.
“Al igual que en el caso de otras comidas, el sabor del ‘tatarák’ dependerá del adobo. Algunos muelen la carne en un molino, otros prefieren rasparla en una tabla y otros la pican en trocitos muy pequeños. Yo suelo rasparla, pero a veces, cuando tengo prisa, la muelo”.
Pero, claro, además de la carne picada, raspada o molida, son los condimentos que le dan el sabor deseado a la comida, matiza Podhajský.
“A la carne le agrego un poco de kétchup y salsa Worcestershire, sal, pimienta negra, así como alcaparras picadas y también una yema de huevo casero. Para finalizar le pongo chalota picada bien fino, que considero mucho mejor para este plato que la cebolla. Y claro, no hay que olvidar el pan de centeno frito, al que cada persona le pone tanto ajo como quiera”.
En Checoslovaquia, durante el comunismo, estaba prohibido servir bistec tártaro en los restaurantes. El motivo era el temor a una eventual infección por salmonela. A su vez, los cambios en las costumbres alimentarias de los checos durante los últimos decenios, llevaron a la creación de nuevas modificaciones del ‘tatarák’.
Comenzó a prepararse de salmón o atún, servido en un pan blanco tostado. Sin embargo, los amantes del bistec tártaro clásico afirman que sus variantes más sanas y de menos calorías, no les hacen revivir tanto el alma y disfrutar de la comida como en el caso de la carne de ternera, servida con pan de centeno frito en aceite con una bondadosa capa de ajo y nunca debe faltar una buena cerveza.
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