Barcelona Flamenco Ballet representa con orgullo a los gitanos españoles en Praga
Por primera vez se presentó en Chequia Barcelona Flamenco Ballet, compañía que se lleva grandes aplausos por todo el planeta. El éxito consiste en ofrecer nuevos puntos de vista del legado de los gitanos españoles, como contó a RPI el bailarín David Gutiérrez.
Se han presentado en más de 50 países de todo el mundo ante más de medio millón de espectadores. En ocho años de existencia, la compañía Barcelona Flamenco Ballet pasó de ser la iniciativa de un hombre a un grupo de 50 integrantes.
En mayo se les pudo ver por primera vez también en Praga, que visitaron con motivo del festival de cultura gitana Khamoro, el mayor de su tipo a nivel mundial. Y les hizo mucha ilusión, según contó a Radio Praga Internacional el fundador y director del grupo, David Gutiérrez.
“La música y el flamenco también tienen que evolucionar y nosotros hemos intentado darle una frescura diferente para poder llegar a todo tipo de públicos”.
“Venimos muy contentos, estamos muy felices, sobre todo, de compartir con otros grupos de otros países. Al final son hermanos nuestros y nos une lo mismo, que es la música, el arte, y creo que es una iniciativa muy bonita de compartir, de experimentar. La verdad es que estamos muy felices”.
La compañía se presentó en Chequia con el espectáculo Luxuria, la tercera obra creada por David, que cuenta la historia de dos gitanos en la que hay mucho amor, pero también mucho dolor y soledad. Como explica el coreógrafo, quiso reflejar en el espectáculo la pureza del amor, del flamenco, de los gitanos y sus raíces, y cautivar al público con una historia.
La obra combina danza flamenca con contemporánea y, también en lo que se refiere a la música, es una mezcla de estilos, prosigue David.
“La música y el flamenco también tienen que evolucionar y nosotros hemos intentado darle una frescura diferente para poder llegar a todo tipo de públicos, para poder abrir el abanico de tipo de gustos, de preferencias, y hemos fusionado el flamenco con la música latina, con el jazz, con el contemporáneo, con la música clásica. Ahora estamos creando una nueva obra, que vamos a presentar la próxima semana, que fusiona hasta con ópera”.
El espectáculo en Praga contó con cinco bailarines y tres músicos, lo cual es un formato más pequeño de lo que están acostumbrados. Como explica David, precisamente es el gran número de integrantes de la compañía lo que la diferencia en el mundo del flamenco y a lo que se refiere la palabra “Ballet” en su nombre.
“Nuestra compañía la diferencia de otras compañías de danza y de música en que somos de gran formato. Viajamos de gira más de 18 personas, es una compañía de un estilo grande, estilo ballet en la puesta en escena. Es una puesta en escena muy grande a diferencia de a lo que estamos acostumbrados con el clásico bailaor o bailaora de tablao”.
La raza gitana necesita voz
Entre los integrantes de Barcelona Flamenco Ballet hay personas que son de origen gitano igual hay otros que no lo son. Subraya David que él, a pesar de no llevar la sangre gitana en las venas, guarda mucho respeto y cariño hacia la comunidad gitana, la considera su familia e incluso a los gitanos de otros países los considera hermanos. “El festival hace una gran labor en juntar a tantos gitanos de todo el mundo”, dice.
“Es una puesta en escena muy grande a diferencia de a lo que estamos acostumbrados con el clásico bailaor o bailaora de tablao”.
“Para nosotros es un orgullo, sobre todo para los gitanos en la compañía. Creo que es un honor representar a los gitanos españoles en el festival. La raza gitana necesita voz, necesita que se le escuche. Han marcado una época en la sociedad y creo que tienen mucho que decir al mundo”.
En este sentido, la filosofía de la compañía barcelonesa concuerda totalmente con el objetivo del festival Khamoro, que surgió en su momento, precisamente, para dar voz a los artistas gitanos, como contó la portavoz del evento, Claudie Laburdová.
“El maravilloso matrimonio Silajdžić fundó Khamoro hace ya 26 años y lo hicieron basándose en una experiencia personal. Fueron a ver un concierto en el que también participaba una banda gitana y los técnicos de sonido les bajaban el volumen a propósito. Esto no les gustó a los Silajdžić y decidieron fundar su propio festival gitano”.
El sol brilla para todos
Como cuenta Claudie Laburdová, el nombre Khamoro, que significa “solecito” en romaní, fue, en realidad, el nombre de aquella banda gitana que sufrió esa situación de discriminación a finales de los años 90.
“Esperamos que el festival, sobre todo, conecte a los gitanos con los no gitanos”, añade la portavoz, y se suma a las palabras del primer presidente de la República Checa y defensor de los Derechos Humanos, Václav Havel, que fue testigo de los comienzos del festival. En la segunda edición, Havel pronunció unas palabras en su presentación: “Ya el año pasado, el festival Khamoro fue un gran evento. A la presente edición del año 2000 le deseo que ponga bases de una larga tradición de festivales soleados que nos conecten con los gitanos por medio de experiencias agradables que son tan necesarias en nuestra sociedad”, dijo.
“La raza gitana necesita voz, necesita que se le escuche”.
Sin lugar a dudas, 26 años después, el festival sigue difundiendo sus ideas originales, por ejemplo, por medio del Barcelona Flamenco Ballet.
“Nuestros espectáculos van acompañados de mensajes sociales. También acompañamos las iniciativas que fomentan la inclusión, el trabajo social, que prevengan la violencia de género, el maltrato a la mujer, la protección de los animales… O sea, un poco englobamos todo tipo de iniciativas para dar voz en un mundo globalizado”.
Además de los bailaores y músicos españoles, la presente edición del festival Khamoro contó con artistas de Portugal, Hungría, Letonia, Macedonia del Norte y, por supuesto, Chequia. Desde los comienzos del evento, se presentaron unas 160 bandas musicales de unos 40 países del mundo. Las últimas ediciones de Khamoro han contado con unos 10.000 espectadores.