BABYDOX: una introducción al mundo del arte para los más pequeños
Siguiendo la tendencia cada vez más común de abrir espacios en museos y galerías para niños, el Centro de Arte Contemporáneo DOX de Praga lanzó hace aproximadamente año y medio el proyecto BABYDOX con el fin de iniciar a los más pequeños en el mundo del arte y sentar las bases para una educación no solo en el ámbito propiamente artístico, sin también en temas vinculados a la sociedad, el mundo actual y el pensamiento crítico.
El Centro de Arte Contemporáneo DOX lleva más de quince años en la escena cultural checa ofreciendo programas que abarcan desde las artes plásticas hasta la música, la ciencia o la tecnología. Además de una amplia oferta para el público general y una colaboración continua con maestros y escuelas, DOX piensa también en los más pequeños, con talleres familiares y un proyecto especial llamado BABYDOX.
“La tendencia de llevar a los niños a las galerías, incluso a esta temprana edad, es muy común en todo el mundo.”
El director de educación de DOX, Jiří Raiterman, nos contó en entrevista que la iniciativa se lanzó hace año y medio y en base a la experiencia personal de la ilustradora Viktória Krtička Černégová, una de las lectoras de los talleres familiares quien, al tener a su primer hijo, quiso encontrar una manera de cómo irlo metiendo en el mundo del arte.
“En aquel momento, Viktória ya había sido profesora en DOX durante muchos años, tenía vasta experiencia, y al llegar un nuevo miembro a su familia, eso la motivó a adentrarse en la pedagogía museística y de galerías desde un punto de vista ligeramente diferente, desde la perspectiva de los más pequeños. Y se dio cuenta de que la tendencia de llevar a los niños a las galerías, incluso a esta temprana edad, es muy común en todo el mundo. Cuenta con una tradición también aquí en la República Checa, muy conocidas y visitadas son, por ejemplo, las salas de juegos del Palacio de Ferias (Veletržní palác), de la Galería Nacional. Así que se le ocurrió la idea de abrir un formato similar en DOX”.
En un inicio, el equipo educativo cuestionaba si DOX era el espacio adecuado para ello, dado que hasta entonces se habían centrado principalmente en alumnos y estudiantes un poco mayores a los que ofrecía un amplio abanico de cursos regulares. No obstante, terminaron encontrando un formato que ha funcionado, una serie de talleres en lugar de una exposición permanente, por ejemplo, según explica Raiterman.
“Se trata de un formato regular para padres e hijos, en el que la familia se convierte en una especie de unidad de trabajo orientada a la acción, que explora el material de una exposición o tema específico. Siempre hay algún tipo de taller o actividad que precede, así que luego ya vas a ver la exposición con algún tipo de idea preconcebida. Y durante esa sesión de dos horas, a veces tres, te introduces en el arte contemporáneo. Pero también llegas a conocer a los demás miembros de la familia, creáis algo juntos y compartís una experiencia”.
Raiterman añade además que, cumpliendo la misión de DOX, las familias se llegan a adentrar en temas que superan lo propiamente artístico, tocando la ciencia, la política o diferentes fenómenos sociales. Después de todo, la institución deriva su nombre de la palabra griega doxa que podría traducirse como opinión, creencia o forma de entender las cosas. Siguiendo esta línea de reflexión, la galería ofrece debates, lecturas y, precisamente, actividades educativas enfocadas en la comprensión del mundo actual, fomentado la interacción social y el pensamiento crítico.
El arte, de acuerdo con Raiterman, se convierte así en el punto de partida perfecto.
“El arte, al ser a menudo novedoso, un poco descarado o provocador, abre estas cuestiones de una manera con la que se puede trabajar. Es distinto a asistir, por ejemplo, a una clase de sociología”.
Meterse en la piel de un niño de dos años
El carácter potencialmente disruptivo o sorprendente del arte es algo que naturalmente llama la atención de los niños desde la edad más temprana. Y la experiencia de Jiří Raiterman, Viktória Krtička Černegová y sus compañeros sugiere que muchas veces son también los adultos los que se ven sorprendidos por cómo los niños abordan algunos temas. Otra razón por la que el equipo disfruta crear e impartir estos talleres, según cuenta su jefe.
“Los niños pequeños, a esa edad de dos a cuatro años, sorprenden con lo que aceptan y con lo que no aceptan. Porque a veces lo que nosotros consideramos inaceptable o a lo mejor creemos que podría darles miedo, pues a los niños no les importa, no les importa en absoluto, les deja indiferentes, y, por el contrario, lo que uno supondría que sería inapropiado para ellos es algo que les fascina y les atrae. Por razones que luego uno descubre a posteriori. Pero es difícil meterse en la piel de un niño de dos años”.
Los talleres se organizan precisamente para niños de entre dos y cuatro años. Esto supone un primer desafío porque la diferencia de dos años a esta edad es inmensa, considerando el nivel de desarrollo de los pequeños. Y, obviamente, la edad es solo uno de los factores por considerar a la hora de crear estas actividades. Según explica Raiterman, hay que saber cautivar a todos los niños que quieren participar, sin importar su temperamento, sus intereses o sus necesidades.
“Podemos decir que, con tantas variables, la única manera de resolverlo, y eso es en realidad lo que Viktória y los otros profesores que ayudan con este formato hacen, es preparar diferentes estaciones de trabajo. Algunas tienen más que ver con el arte, otras con el movimiento, otras trabajan con materiales comunes que se convierten en parte de un juego que después también termina teniendo un carácter artístico”.
Durante el año y medio de la existencia de BABYDOX y varios años más de otras actividades para niños y adolescentes, el equipo de Jiří Raiterman ha impartido cientos de talleres vinculados a las exposiciones disponibles en dado momento en el Centro de arte moderno DOX.
El atractivo de la tecnología
Un componente que particularmente llama la atención de los pequeños es la tecnología. Raiterman evoca una de las exposiciones que más interesaron a los niños, incluso motivándolos a volver repetidas veces. Se trató de la instalación KAFKAesque que DOX acogió entre enero y septiembre de 2024 que constaba del esqueleto de un ciervo que reaccionaba ante tuits de odio.
“En realidad, era un poco una imagen contemporánea de cómo trabajamos con algunos algoritmos y cierta atmósfera social, con la tensión, como la trató Kafka en su época, en sus libros, con cierto absurdo y demás. El ciervo permanecía quieto, pero cada vez que reaccionaba a un tuit, se arrodillaba y se movía. Era una cosa técnica bastante compleja y complicada de Matt Collishaw, un conocido artista británico. Y no anticipábamos que el ciervo se convirtiera en algo tan popular con los niños. Por supuesto, a algunos les daba miedo, pero muchos, incluido Eda, de Viktória, mostraron una fascinación absoluta por el objeto. Y, de hecho, volvieron a DOX varias veces para verlo. Diría que había casi un significado arquetípico, como en el cuento de Smolíček pacholíček y demás.”
“Es absolutamente esencial que los jóvenes reciban estímulos interesantes, estímulos inspiradores, desde una edad temprana.”
La tecnología es el tema central de otro evento que DOX está por estrenar y que cautivará a niños y adolescentes. Se llama Punto de vista, Equilibrio y se trata de la tercera edición de una exposición educativa celebrada en el marco del Festival de Arte y Creatividad en la Educación. Las instalaciones se abrirán para el público el próximo 11 de abril y tratarán el tema del equilibrio entre el mundo de la tecnología y el cuerpo humano, la biología, explica Raiterman.
“La exposición no es muy grande, pero ya tenemos contratadas algunas obras geniales que ponen un poco a prueba los límites de nuestro cuerpo, lo que somos capaces de ver y lo que vemos gracias a la tecnología. En realidad, es una combinación de lo orgánico y lo tecnológico. Es un área fascinante y enorme en el arte. Creo que es una pregunta interesante, en general, la de encontrar un equilibrio entre algo de lo que todavía no podemos deshacernos, algo que necesitamos, es decir nuestro cuerpo, y algo de lo que no queremos deshacernos, que es la tecnología y todo lo que utilizamos, desde los electrodomésticos hasta las formas de comunicación y nuestra existencia aquí en el mundo”.
Formar individuos empáticos y tolerantes
Hablando de la existencia, otro tema que resuena en la sociedad, y no sólo la checa, es la presencia de los más pequeños en los espacios públicos, incluidos los museos y galerías. Mientras que hay voces que defienden su derecho de asistir a exhibiciones, un derecho de apreciar el arte a su manera y de acuerdo con su edad, sigue habiendo muchos quienes consideran que las salas de arte deberían reservarse para quienes quieren estudiar y apreciar las obras en silencio.
Raiterman cuenta que, por un lado, se trata de una actitud completamente válida dado que a veces uno se tiene que concentrar para entender las cosas, pero por otro enfatiza el rol que tienen las instituciones como DOX en la formación de los menores.
“Es absolutamente esencial que los jóvenes reciban estímulos interesantes, estímulos inspiradores, desde una edad temprana. Que los reciban cuanto antes y no hasta la adolescencia cuando ya no se puede hacer mucho, aunque no lo parezca. Podemos evitar que la persona sienta odio hacia la otredad, ayudarlo a que se vuelva más resistente ante otras personas que le impongan sus visiones sobre otra raza o que pinten una opinión diferente como algo malo. Así que creo que eso es crucial. Todos tenemos esa experiencia con el arte. Todos hemos visto una película importante que ha cambiado nuestra forma de pensar sobre otras personas, sobre el mundo, sobre otros países. Viajar a algún sitio y vivir allí durante un año o dos, o hacer autostop y conocer a la gente del lugar, es siempre más interesante que leer los comentarios de gente que va de lista en un foro”.
En este contexto, Raiterman explica que DOX cuenta con una plataforma activa y eficiente, además de un compromiso con la formación de los jóvenes hacia la creatividad, la empatía y la capacidad de reflexión. El departamento de educación goza de una gran autonomía, que aprovecha para introducir exposiciones y talleres interesantes para desarrollar estos temas. Aunque Raiterman admite, que un contexto global, puede parecer poco.
“Viajar a algún sitio y vivir allí durante un año o dos, o hacer autostop y conocer a la gente del lugar, es siempre más interesante que leer los comentarios de gente que va de lista en un foro”.
“Son sólo gotas en el océano, por supuesto, pero si más instituciones hicieran lo mismo, o si los profesores se dieran cuenta de que al mostrar a los niños algo diferente en realidad les están mostrando cosas que van más más de la propia materia que enseñan. Que un profesor de física o biología, cuando enseña el amor por la materia, también enseña el amor por el mundo. Y el mundo es diverso, rico”.
Raiterman invita a los pequeños y los grandes a que vengan a descubrirlo a través de alguna de las muchas actividades que ofrece el Centro de Arte Contemporáneo DOX. Mientras que los talleres se imparten en checo, los profesores y profesoras están acostumbrados también a familias extranjeras y como mínimo el inglés no supone ningún problema.