Babiš: “La explosión no fue un acto terrorista, sino un ataque a la mercancía de un vendedor de armas búlgaro”
El primer ministro, Andrej Babiš, negó que el ataque contra el almacén de munición de Vrbětice hubiera sido un acto terrorista. Mientras tanto, el Gobierno checo baraja sus opciones tras la ‘fuerte respuesta de Rusia’ ante la expulsión de sus diplomáticos.
Los eventos del fin de semana dejaron a Chequia en medio de un conflicto diplomático con Rusia y con aviones de ambos países haciendo la ruta entre Praga y Moscú para recoger a los diplomáticos expulsados por ambas partes.
Tras la respuesta de Rusia, que el viceprimer ministro y actual ministro de Relaciones Exteriores, Jan Hamáček, calificó de ‘más fuerte de lo que esperábamos’, la diplomacia checa se dirigió a sus socios europeos y el Gobierno se reunió para debatir los siguientes pasos a tomar.
Sorprendente para muchos resultó la reacción del primer ministro Babiš una vez terminada la sesión, que desmintió que la explosión de Vrbětice fuera un acto terrorista.
“No fue un acto de terrorismo de Estado. Fue un ataque a la mercancía de un vendedor de armas búlgaro. Por supuesto, la presencia de agentes del GRU en nuestro territorio es inaceptable”.
Sus palabras no sentaron bien a varios representantes de la oposición quienes le reprocharon inmediatamente falta de valentía y advirtieron que estaba trivializando el conflicto y echando marcha atrás.
Por la tarde también hizo falta clarificar lo ocurrido en la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los países comunitarios, al no quedar claro si el ministro Jan Hamáček había solicitado más que palabras de apoyo por parte de sus homólogos. Las primeras reacciones del jefe de la diplomacia europea, Josep Borell, sugerían que la UE respaldaba a Chequia pero no planeaba tomar acciones en común. Declaraciones que fueron precisadas más tarde en el sentido de que los países miembros no se oponen a expresar su solidaridad por medio de actos, pero que aún no habían llegado a un acuerdo. Hamáček agradeció la clarificación y el apoyo.
“La reacción del lado ruso ha sido muy fuerte y nosotros lo tenemos en cuenta y debatiremos en el Gobierno cómo proseguir. Lo que sucedió en Vrbětice es grave y me alegro de que estemos recibiendo palabras de apoyo por parte de nuestros aliados en todo el mundo. Estoy contento de que se haya aclarado el malentendido del Consejo de Ministros. Yo, por supuesto, pedí a la Unión Europea solidaridad y ayuda y dije claramente que acogeríamos con agrado expulsiones solidarias de agentes de inteligencia rusos. Estoy contento de que este tema se haya explicado y que podamos seguir colaborando. Anticipo que la reacción de nuestros aliados será fuerte”.
Por su parte, Hamáček ofreció su apoyo personal a los diplomáticos checos expulsados de Rusia, al acogerlos en el aeropuerto de Praga en la noche de este lunes. Hamáček les agradeció su trabajo y dejó claro que habían sido víctimas de una reacción desproporcionada de Rusia ante una decisión justificada de Chequia.
“No han hecho nada mal. Solo se batían por la República Checa, cumplían tareas en una embajada importante y la República Checa tuvo que reaccionar ante las informaciones proporcionadas por los servicios secretos. Como Ministerio de Relaciones Exteriores haremos lo máximo para ayudarles en este momento difícil”.
La desproporcionalidad de la respuesta rusa parece ser uno de los elementos clave en el marco de la crisis actual. Mientras que los checos expulsaron a 18 diplomáticos de un cuerpo que cuenta con más de 130 miembros, los rusos decidieron expulsar a 20 diplomáticos, dejando a la embajada checa en Moscú paralizada, al perder al embajador adjunto y los departamentos político y económico. A modo de comparación, la embajada estadounidense en Praga cuenta con 72 empleados y la alemana con 26.
De acuerdo con el embajador checo en Estados Unidos, Hynek Kmoníček, la diferencia de representación diplomática de Chequia y Rusia es un problema patente a largo plazo.
“La desproporción es clara y un problema que tenemos con Rusia a largo plazo y que no nos permite tomar algunas decisiones que de otra manera probablemente tomaríamos. Recordemos qué es lo que dijo la parte rusa al principio de este asunto. Su primera reacción fue: ‘¿Los checos han decidido cerrar su embajada en la Federación de Rusia?’ Ellos son conscientes de la desproporción y la aprovechan. A largo plazo habrá que solucionar esta situación. Si este es el momento oportuno para una solución radical es una decisión política que le corresponde a Praga”.
Al ser interrogado sobre los pasos que está planeando tomar el Gobierno checo, el ministro de Relaciones Exteriores, Jan Hamáček, afirmó que los debates continúan, pero sugirió que un ajuste del tamaño de los cuerpos diplomáticos es una de las opciones sobre la mesa.
“Lo digo de manera abierta, estamos considerando todas las opciones que tenemos. Incluida la opción de restablecer nuestras relaciones diplomáticas desde cero en base a un principio de reciprocidad”.
Mientras que las autoridades checas barajan sus opciones, la crisis diplomática se ha cobrado otra víctima, la empresa estatal rusa Rosatom. Esta ha quedado eliminada definitivamente del multimillonario concurso para la ampliación de la central nuclear de Dukovany planeada para los próximos años.