Austria demanda a Chequia por la central nuclear de Temelín
Diversas administraciones y organizaciones austriacas han comenzado la batalla para detener la ampliación de la central nuclear de Temelín, en territorio checo. El gobierno de la región de Alta Austria prepara acciones legales para lo que considera un atentado contra el medio ambiente.
Mientras la compañía energética ČEZ ultima el concurso para la construcción de dos nuevos reactores en la central nuclear de Temelín, la sociedad austriaca ya está haciendo todo lo posible para evitarlo. La organización ecologista Atomstopp ha hecho llegar al gobierno checo un comunicado de protesta y cinco de las nueve regiones austriacas se preparan para iniciar acciones legales.
De momento, la administración de Alta Austria, fronteriza con Chequia, ha enviado a la Comisión Europea una queja formal, apoyada con la firma de 5.000 personas, en la que se advierte que las obras entran en conflicto con el derecho europeo. El próximo paso se dará al aprobarse oficialmente la ampliación, como explica el encargado de energía nuclear de Alta Austria, Radko Pavlovec.
“Suponemos que el Ministerio de Medio Ambiente checo hará todo lo posible para que la central nuclear consiga rápidamente el permiso de construcción. Es de prever que no será un proceso objetivo, por lo que intentaremos llevar el caso a un tribunal independiente. Pero esto hoy por hoy no es posible porque la ley checa contradice la legislación europea y no da pie a esta posibilidad. Así que llegaremos a un largo proceso legal que invalidará la decisión del Ministerio”.
Según argumentan los ecologistas austriacos, el estudio de impacto ambiental del proyecto desaconseja la construcción de los dos nuevos bloques. Desde su punto de vista la energía nuclear es contaminante y no aporta ninguna solución real, una opinión contraria a la línea energética trazada por la República Checa en los últimos años, de clara apuesta por el átomo.
El gobierno austriaco prepara también acciones contra Alemania por el mismo motivo. El país vecino se dispone a alargar la vida útil de sus centrales nucleares un promedio de 12 años.