Antiguos disidentes celebran 30 aniversario del Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos

De izquierda: Jan Ruml y Václav Havel (Foto: CTK)

Antiguos disidentes checos, encabezados por el ex presidente Václav Havel recordaron el 30 aniversario de la fundación del Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos, que denunció las arbitrariedades del régimen comunista.

De izquierda: Jan Ruml y Václav Havel  (Foto: CTK)
El Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos fue fundado en abril de 1978 por los signatarios de Carta 77. El objetivo de la agrupación fue informar a los medios de comunicación internacionales sobre los abusos de la Justicia comunista.

Mientras que el movimiento Carta 77 denunciaba las violaciones de los derechos humanos y organizaba manifestaciones en el país, el Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos publicó más de mil documentos sobre persecución y encarcelación de los opositores al régimen comunista.

El ex presidente y antiguo disidente Václav Havel recordó que los comunistas combatieron mucho al Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos.

“La creación del Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos representó un gran dolor de cabeza para los comunistas porque se convirtió en un espejo que reflejaba claramente los abusos del régimen”, dijo Havel.

Carta 77
El Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos tenía 44 miembros que ayudaban a las familias de los opositores injustamente perseguidos y encarcelados. Además de ayuda humanitaria trataban de buscar asesoría legal para demostrar las arbitrariedades del régimen. Según recordara el antiguo disidente y ex ministro del Interior, Jan Ruml, en un acto de desesperación el régimen comunista encarceló a 10 miembros del Comité en 1979.

Los antiguos disidentes insistieron en que es importante recordar las atrocidades cometidas por el régimen comunista para que algo semejante nunca vuelva a ocurrir.

Las actividades del Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos son analizadas hoy por historiadores y politólogos para monitorear de manera concisa ese periodo de la historia checa.

El Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos terminó sus actividades en 1996, pero oficialmente no ha dejado de existir, pero como bien dijera Jan Ruml, es un triunfo de la democracia el hecho de que semejantes comités no sean necesarios en la República Checa.