Alimentación y alza de precios: en qué productos y cuánto lo notarán los checos
Las últimas cifras de la Oficina de Estadística Checa muestran aumentos de precio significativos en casi todo el sector alimentario, algo que los consumidores percibirán al llenar su cesta de la compra.
En pleno contexto de crisis inflacionaria, el costo de vida muestra una tendencia al alza que ya afecta a, prácticamente, todos los frentes.
La alimentación tampoco se ha librado de este fenómeno, hasta el punto que ya la semana pasada el Gobierno checo, a través del Ministerio de Agricultura y la Oficina para la Protección de la Competencia (ÚOHS), comenzó a monitorear los precios de ciertos productos.
A la espera de conocer los resultados de esta medida y de si el ejecutivo decidirá apostar por acciones más intervencionistas, conviene repasar en qué alimentos y hasta qué punto notarán los checos dichos aumentos de precio.
La Oficina de Estadística Checa presentó sus datos de mediados del mes de abril a este respecto, donde se registran subidas realmente significativas en varios productos básicos.
Por ejemplo, los ciudadanos sentirán especialmente la subida cuando acudan a la panadería. Considerada como “el granero de Europa”, la situación en Ucrania, uno de los principales exportadores de cereales a nivel mundial, tiene mucho que ver con esto. Así, el precio de los ingredientes para productos horneados se ha disparado: la harina de trigo aumentó hasta un 60% interanual, mientras que el del azúcar alcanza un 21,6%.
Inevitablemente, los consumidores lo percibirán al pagar más por su pan, cuyo precio es cerca de un 30% mayor que hace un año, o bollería.
Tampoco se libran los productos lácteos: el precio de la leche registró un aumento del 12% interanual, mientras que el de la mantequilla se va hasta el 25%. También el precio del yogur natural marcó una subida del 22%. Por su parte, el precio del queso también sube en términos generales, llegando a ciertas variedades a encarecerse hasta más de un 20%.
La carne es otra de las grandes afectadas por este proceso, llamando la atención, por ejemplo, el caso del cerdo, cuyo kilo es a día de hoy cerca de un 9% más caro que la misma fecha de hace un año. De hecho, la propia carne de cerdo fue señalada por el ejecutivo como un caso preocupante de aumento artificial de márgenes y uno de los productos a monitorear por el Ministerio de Agricultura.
Con todo, se pueden encontrar ejemplos del alza de precios en casi cualquier sección de los establecimientos: las patatas se han encarecido hasta un 21,4% en términos interanuales, los huevos, cerca de un 20%, como sucede también con frutas y verduras…
A modo de curiosidad, cabe mencionar el caso de la cerveza, uno de los pocos artículos que, sorprendentemente, ve disminuir su precio, según la Oficina de Estadística, en un promedio de 0,8%.
Mientras el clima de incertidumbre continúa, el ejecutivo afirma estar siguiendo bien de cerca la evolución de los acontecimientos pero que no pretende ni contempla acometer medidas más intervencionistas.
“Estaremos monitoreando. El ministro no hizo más que señalar algunos excesos. Definitivamente no queremos regular ningún mercado y no lo haremos”, sentenció unos días atrás el Viceministro de Agricultura Jindřich Fialka.