Agricultores checos declaran la guerra a los tomates importados

Foto: Kristýna Maková

Los agricultores checos le han declarado la guerra a los tomates importados. Actualmente invierten miles de euros en la construcción de invernaderos especiales, donde quieren cultivar tomates de forma hidropónica, o sea sin suelo agrícola. Gracias a estos viveros, los tomates de producción nacional estarían a disposición a lo largo de todo el año.

Foto: Kristýna Maková
El cultivo de los tomates en invernaderos especiales permitirá reducir la cantidad de tomates importados a Chequia que frecuentemente no tienen sabor, al madurar por el camino. Según datos de la Oficina de Estadísticas, cada año se importan a la República Checa unas 95 toneladas de tomates, sobretodo de Holanda y España.

Cada checo consume alrededor de 11 kilos de tomates al año. Los agricultores afirman que en el caso del tomate de producción nacional, su ventaja consiste en que después de madurar puede llegar a los comercios de inmediato, o sea que también su sabor suele ser mejor. Lo malo es, que debido al clima local, la temporada de los tomates en Chequia es muy corta.

Los invernaderos hidropónicos permiten superar ese inconveniente. La compañía morava Agro Maryša, de la zona de Hustopeče, inició la construcción de una obra de ese tipo, que cubrirá unas cinco hectáreas de superficie. Se prevé que una tomatera podrá cosecharse durante unos nueve meses.

Las pruebas realizadas hasta el momento dieron muy buenos resultados, el tomate tiene un hermoso color, rico sabor, y contiene azúcar y minerales suficientes. La producción anual podría ser de unas 1.200 toneladas de tomate. Invernaderos de estas características ya existen en otros lugares del país, y comienzan a surgir por toda la República Checa.