15 años de la Revolucion de Terciopelo
Quince años han pasado desde aquel histórico 17 de noviembre de 1989 que cambió por completo la historia de los ciudadanos checos. En el siguiente programa especial de Radio Praga haremos un recorrido por la historia y nos referiremos a la última década y media en la República Checa, país donde se derrocó al totalitarismo comunista dando inicio a una vida en democracia. "La verdad y el amor vencerán a la mentira y al odio", fue una de las consignas de Václav Havel, el líder del Legendario Foro Cívico, el movimiento disidente que se enfrentó al régimen comunista checoslovaco, que se enfrentó y derrotó a la cúpula comunista que durante más de cuarenta años había perseguido, reprimido y encarcelado a sus opositores políticos.
"Con la desaparición de la Unión Soviética, la potencia que dominaba al llamado bloque comunista, desapareció la ideología del comunismo totalitario, aunque todavía no del todo la ideología comunista como tal", sostuvo el diputado Marek Benda, del Partido Cívico Democrático.
El 17 de noviembre los checos lo celebran como el "Día de la Lucha por la Libertad y Democracia", se trata de una fecha que marcó dos veces la historia del país. En 1939, los ocupantes nazis cerraron las universidades y ejecutaron a nueve estudiantes checos; 50 años después, en 1989, la policía comunista dispersó brutalmente una manifestación estudiantil en Praga, hecho que se convirtió en el detonador de lo que posteriormente se conoció como la "Revolución de Terciopelo".Pero antes incursionemos un poco en la historia. Durante el Protectorado de Bohemia y Moravia, creado por los ocupantes nazis en 1939, tuvo lugar una multitudinaria manifestación antifascista en Praga. La policía alemana y las unidades SS intervinieron contra los manifestantes, hiriendo mortalmente al estudiante Jan Opletal, quien falleció cuatro días después.Las manifestaciones contra la ocupación fascista fueron creciendo día a día por lo que el propio Hitler dio la orden de cerrar todas las universidades del país. Nueve líderes estudiantiles fueron fusilados y unos 1 200 deportados a campos de concentración.
En 1945, Checoslovaquia fue liberada de los nazis, pero la libertad duró menos de tres años. Tras el golpe de Estado de febrero de 1948, los comunistas usurparon el poder, gobernando el país hasta 1989. A pesar de que el régimen comunista estaba agonizando a fines de los años 80 en Checoslovaquia, la policía perseguía y encarcelaba a los opositores.El viernes 17 de noviembre de 1989 los estudiantes convocaron un mitin para recordar la trágica clausura de las escuelas superiores por los nazis y la violenta muerte de los estudiantes en 1939. El mitin fue organizado por la organización juvenil del Partido Comunista y aprobada por las autoridades del país. No obstante, los estudiantes empezaron a corear consignas contra el régimen, reclamando libertad de expresión, pluralismo político y poner fin al gobierno de un sólo partido.
Al frente de la organización juvenil del Partido Comunista se encontraba entonces Vasil Mohorita, quien recuerda lo ocurrido aquel día. "Se podría decir que la marcha estuvo motivada por la Perestroika, pero nunca supusimos que se produciría un cambio tan rápido". Sucesivamente, miles de estudiantes se sumaron a la marcha que querían conducir hacia la céntrica Plaza Venceslao. Entre los líderes estudiantiles se encontraba Simon Pánek. "La mayoría de los estudiantes estuvo de acuerdo que se trabajaría en conjunto, por decirlo de alguna manera, con las Juventudes Socialistas. A cambio se permitió repartir panfletos en las facultades y conseguir permisos. Creo que por eso también acudieron 40 mil personas", decía.Cerca de allí, en la Avenida Nacional, los manifestantes fueron acordonados por la policía que los exhortó a dispersarse. Sin embargo, el cordón policial cerró el cerco, imposibilitando abandonar el lugar. Sobre lo ocurrido habla otro líder estudiantil Martin Mejstrik. "Era una situación estándar, normal. Mandaron a su gente con escudos. No pasa nada. Nos van a tratar de dispersar y nosotros nos iremos corriendo. Luego nos encontraremos en la Plaza Vieja. Así transcurría siempre. Pero jamás me imaginé el desenlace. Comprendí quizá cuatro minutos después, cuando me di vuelta y a unos 10 metros vi también los cordones. Ahí comprendí que algo estaba pasando".
La única posibilidad de abandonar la calle fue pasar por un corredor creado por la policía. Los que querían huir, tuvieron que pasar por allí, recibiendo puñetazos y patadas. He aquí el testimonio de Igor Chaun uno de los agredidos por la temida policía política. "Antes de poder llegar al cordón de policías con cachiporras los agentes de la Seguridad me aislaron de la muchedumbre y me condujeron a un lugar apartado. Eran dos. Recuerdo que me llevaban del pelo, y no quería que me arrancaran el pelo. Les repetía, ¡Calma!, ¡Cálmense! "El fin de semana se difundió la noticia de que la policía había matado a un estudiante durante la intervención contra los manifestantes. Esa afirmación fue desmentida posteriormente, pero probablemente ése fue el gran impulso que provocó el masivo levantamiento del pueblo contra el régimen. Los estudiantes se declararon en huelga, los teatros de Praga expresaron su solidaridad con ellos cancelando sus funciones.
El lunes, 20 de noviembre, fue fundado el "Foro Cívico", plataforma política que exigía la puesta en libertad de todos los presos políticos, libertad de expresión, una investigación imparcial de la intervención policíaca en la Avenida Nacional, la dimisión de los dirigentes comunistas y reformas políticas. A partir del lunes, 20 de noviembre, cientos de miles de personas se reunieron en las calles de Praga, protestando contra el régimen comunista.Aunque las manifestaciones masivas tuvieron lugar también en otras ciudades checoslovacas, no existió suficiente coordinación entre Praga y el resto del país. Sobre todo, los ciudadanos en el campo carecían de información, y mucha gente tenía miedo. Pero la incertidumbre, la confusión y el miedo no duraron mucho tiempo. El Partido Comunista optó por no utilizar la fuerza. Las manifestaciones fueron tan masivas, que una eventual intervención militar hubiera desembocado en una masacre. Las situación en las calles de Praga fue totalmente pacífica, posteriormente la gente no temía acudir a las manifestaciones incluso con sus hijos pequeños. "No se rompió ni una botella", escribía la prensa internacional para describir la atmósfera de la "Revolución de Terciopelo".
El 24 de noviembre dimitió la Secretaría General del Partido Comunista. El 25 y 26 de noviembre se efectuaron las mayores manifestaciones de toda la semana, casi un millón de personas se reunió en la planicie de Letná, donde pronunciaron un discurso varios disidentes, entre ellos también Václav Havel. El era un símbolo de la oposición al régimen comunista y se convirtió en uno de los candidatos más candentes a la presidencia del país. En todas partes aparecieron carteles con el retrato de Havel en su sweter marrón.El lunes, 27 de noviembre, las protestas culminaron. Una huelga general fue proclamada en todo el país, la mayoría de la población checoslovaca la apoyó. El actor Tomas Topfer fue el encargado de hacer el anunció sobre la huelga general: "Proponemos convocar una huelga general de protesta para el lunes 27 de noviembre entre las 12:00 y las 14:00 horas", anunció. Pocos días después, los principales líderes de la oposición checoslovaca darían a conocer la noticia de que los dignatarios comunistas se daban por vencidos. "Hace 10 minutos la TV Checoslovaca anunció que todos los miembros del Comité Central y del Secretariado del Comité ponen sus puestos a disposición. ¡Que viva Checoslovaquia libre!", fueron las palabras pronunciadas entonces, seguidas de fuertes ovacioens y aplausos.
El 29 de diciembre, 42 días después de la intervención policíaca contra la manifestación estudiantil en la Avenida Nacional, Václav Havel fue elegido presidente de la República Checoslovaca - paradójicamente todavía por el Parlamento comunista. Y el país empezó a dar sus primeros pasos hacia la democracia, y de eso hace ya 15 años atrás.En los últimos 15 años la República Checa atravesó por radicales cambios: tras las sucesivas privatizaciones, la rígida economía socialista se ha convertido en una economía de mercado, el país ingresó en la OTAN y en la Unión Europea. Se han formado partidos democráticos, la prensa libre es una realidad. Y ha cambiado también la estructura de la sociedad, la vida cotidiana, la forma de pasar las vacaciones y el tiempo libre, hacer las compras y hasta la dieta de los checos ha sufrido cambios. La productividad del trabajo creció tras la Revolución de Terciopelo y los checos trabajan ahora más que en la época comunista. Y han experimentado que no rendir en el trabajo puede acarrear el despido.
Aumentó el estrés, pero curiosamente, en la década posterior a la "Revolución de Terciopelo" aumentó también la esperanza de vida: la de los hombres en cuatro años y la de las mujeres, en dos. Ha cambiado el estilo de vida de los checos: hacen las compras en los hipemercados, viajan más en coches: en Praga el número de los coches aumentó en un 90 por ciento. De los cambios posteriores a la Revolución de Terciopelo se benefician sobre todo personas emprendedoras, para las nuevas generaciones se han abierto en estos 15 años infinitas opciones. Los jóvenes hablan varios idiomas, viajan por el mundo, estudian en el extranjero. Y lo más importante es que ellos no sienten nostalgia alguna por lo que existió antes de la "Revolución de Terciopelo".