Voříšek, el precursor de los maestros Smetana y Dvořák
A pesar de escribir una sola sinfonía, Jan Václav Hugo Voříšek figura entre los compositores checos más destacados. Suele ser considerado como precursor de los grandes maestros checos, Bedřich Smetana y Antonín Dvořák.
Su única sinfonía la compuso J. V. H. Voříšek en 1821. El trabajo de estilo romántico suele ser comparado con la obra temprana de Ludwig van Beethoven. La invención melódica la desarolló más tarde Franz Schubert. La Sinfonía en re mayor, junto a su Misa en si bemol mayor y la Sonata en si bemol figuran entre las obras de Voříšek más grabadas.
El checo fue un innovador musical en cuanto a las composiciones para piano. Suele ser considerado como uno de los padres de los improptus, piezas tradicionalmente pianísticas que se caracterizan por la improvisación.
Voříšek nació en la ciudad de Vamberk. Su padre, director de escuela, jefe de coro y organista, le daba clases de música y le ayudó a conseguir una beca para estudiar en la Universidad Carolina de Praga. Voříšek admiraba la obra de Mozart, pero más se sentía atraído por la música de Beethoven.
En 1813 se trasladó a Viena para estudiar derecho y un año más tarde logró reunirse con su ídolo en la capital austríaca. Voříšek se convirtió en un compositor renombrado de música para piano y orquesta. En 1923 fue nombrado primer organista de la corte imperial y daba clases, entre otros, a Napoleón II Bonaparte, hijo del emperador francés.
Sin embargo, en 1824 cayó enfermo con tuberculosis y falleció un año más tarde a la edad de apenas 34 años. Yace en el cementerio de Währing donde fueron enterrados más tarde también Beethoven y Schubert.
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