J.V.Vorísek, gran talento musical a quien la muerte segó prematuramente

Jan Václav Vorísek (Foto: CTK)

Les presentaremos a Jan Václav Vorísek, compositor checo de primera magnitud cuya estrella despuntó a principios del siglo XIX. La vocación musical de Vorísek se manifestó y fructificó de manera muy temprana.

Jan Václav Vorísek  (Foto: CTK)
Los melómanos siguen apreciando las obras de cámara de Jan Václav Vorísek. Su autor nació en la pequeña ciudad checa de Vamberk en 1791, el mismo año en que fallecía en Viena Wolfgang Amadeus Mozart. El padre de Vorísek, maestro de la escuela local, era un estupendo músico que proporcionó una formación musical a sus cuatro hijos desde la más tierna edad.

El pequeño Jan Václav estudió en secreto violín para dar una sorpresa a su papá con motivo de su onomástico. Además, en la iglesia de Vamberk se acondicionaron los pedales del órgano para que el muchacho pudiera practicar. Los fieles no tardaron en sentirse maravillados con su ejecución de piezas para órgano y violín.

En el año 1800 empezó la carrera de pianista del talentoso músico de nueve años que, en compañía de su padre, emprendió durante las vacaciones una gira por varias ciudades checas.

Un año después incluía en el programa de sus conciertos su primera composición para piano, de cierta importancia, unas variaciones dedicadas a la condesa Kolowratová- Libstejnská, que le pagaría una beca para que el muchacho pudiera frecuentar un liceo.

Vorísek se convertiría más tarde en un innovador musical en lo que concierne a composiciones para piano, que representan en su obra un puente entre el clasicismo y el romanticismo. Sus mejores piezas para piano, como la Sonata en si bemol menor, el ciclo Impromptus y las piezas Le Désir y Le Plaisir pueden ser comparadas con composiciones de Ludwig van Beethoven y de Franz Schubert,.

Después de la muerte de la condesa Kolowratová Jan Václav Vorísek logró mantenerse durante los estudios dando lecciones de música. El agotador esfuerzo desarrollado desde la niñez, multiplicado en la adolescencia y en la juventud, provocaría después el trágico desenlace del destino del compositor cuando estuviera en el auge de sus facultades creativas.

Durante los estudios universitarios en Praga, Vorísek pudo contar con el apoyo y el afecto del notable compositor checo Václav Jan Tomásek, destacado pedagogo musical que formó una pléyade de magníficos pianistas. Tomásek recomendó a su alumno que se mudara a Viena, una de las principales metrópolis musicales de Europa.

Vorísek se trasladó en 1813 a la capital del imperio austríaco, donde se inscribió en la Facultad de Derecho y estudió música con el virtuoso del piano Johann Nepomuk Hummel, natural de Bratislava, que deslumbraba al público vienés con su maestría.

Vorísek participó activamente en la vida musical de Viena. Beethoven prodigó alabanzas a sus composiciones. Y precisamente Beethoven influyó más en el desarrollo de Vorísek como compositor.

Para tener la existencia asegurada, Vorísek se graduó en la Facultad de Derecho y a los 31 años empezó a trabajar en el departamento naval del llamado Consejo Militar. Pero pronto quedó vacante el puesto del segundo organista de la corte imperial y Vorísek lo obtuvo tras un exigente concurso. Y poco después se convirtió en el primer organista de la corte y el mejor de toda Viena.

En el momento en que había alcanzado el éxito como músico y estabilizado su situación material, se le declaró la tuberculosis. El compositor fallecía en noviembre de 1825, a la edad de 34 años, compartiendo el destino de otros grandes músicos desaparecidos prematuramente, como Mozart o Schubert.

Jan Václav Vorísek es uno de los pocos compositores que se pueden comparar con Beethoven. Su obra culminante es la Sinfonía en re mayor, que compuso en 1821 a la edad de treinta años tras alcanzar la necesaria madurez humana y artística.