Vincenc Priessnitz, médico de las aguas
Le llamaban "el médico de las aguas". Vincenc Priessnitz, que durante su vida ni siquiera aprendió a escribir correctamente, curaba a la gente con compresas y baños fríos y fundó el primer sanatorio de hidroterapia en el mundo.
"No es el frío el que cura, sino el calor producido por el agua fría", explicó Vincenc Priessnitz la esencia de su tratamiento, que consistía en lavar las partes dolientes con agua fría, envolver el cuerpo en sábanas mojadas o darle al paciente un baño caliente y otro frío.
Vincenc Priessnitz nació el 4 de octubre de 1799, siendo el más pequeño de seis hijos. Su casa natal se encontraba en las pendientes del monte Gräfenberg, a media hora de camino de la ciudad de Frývaldov, hoy Jeseník, en la entonces Alta Silesia.
La leyenda dice que cuando era niño Vincenc Priessnitz observaba una corza que se curaba una herida sumergiéndola en un manantial. Se acordó del animal más tarde cuando se le volcó encima un carro cargado y le rompió las costillas. El médico declaró que se quedaría paralizado para el resto de su vida, recetándole compresas calientes de hierbas medicinales. Como los dolores no cesaban, el muchacho decidió no obedecer el consejo del médico y empezó a aplicarse a las contusiones lienzo empapado en el agua fría. En un año se restableció del todo.
La fama sobre su tratamiento milagroso no tardó mucho en divulgarse entre los habitantes pobres de la región somontana de la sierra de Jeseník. En el año 1818 Vincenc Priessnitz estableció en la casa de madera de sus padres un pequeño sanatorio de hidroterapia. Los espacios pronto no alcanzaban para acoger a todos los pacientes.
Con el permiso de su padre, Priessnitz derribó la casa antigua y construyó en su lugar una nueva de piedra. A los enfermos los hospedaba también en las casas modestas de los vecinos a los que instruía en la aplicación de la hidroterapia. En el año 1826 el número de los pacientes de Priessnitz llegaba a unos doscientos. En el mismo año "el médico de las aguas" de Gräfenberg fue invitado por primera vez a la corte de Viena para tratar a un miembro de la familia imperial que estaba enfermo.
Entre los pacientes de Vincenc Priessnitz figuraban príncipes, duques y generales de Austria, Polonia, Francia, Italia y otros países. El escritor ruso Nicolai Vasilievich Gogol se curaba en Gräfenberg de sus depresiones. También el compositor Franz Liszt visitó el balneario.El régimen en el sanatorio era muy severo. Levantarse temprano, abrir la ventana, tomar un baño frío, caminar descalzo en el rocío de la mañana y ducharse bajo un manantial en la naturaleza, cortar leña y en invierno quitar la nieve de los caminos. Quejarse y hablar de la enfermedad estaba prohibido. Para comer se servía pan, leche y agua. El poeta checo Josef Chmelenský recordaba que tomaba diariamente unos 20 vasos de agua.
Los éxitos de Vincenc Priessnitz daban mala espina a farmacéuticos y médicos de Frývaldov. El físico provincial Antonín Schnorfeil acusó a Priessnitz ante las autoridades de curanderismo y de prácticas de brujería. Schnorfeil afirmó que Priessnitz murmuraba oraciones incomprensibles cuando lavaba a los pacientes con una esponja empapada en el agua fría.
Priessnitz se defendió explicando que los enfermos tan sólo tomaban baños en su casa y él no les cobraba por el tratamiento, sino por el hospedaje y por la comida. Los pleitos se prolongaron durante varios años. Después de que un tribunal condenara a Priessnitz incluso a un mes de prisión, en el año 1838 su hidroterapia fue reconocida oficialmente. Un año más tarde llegaron al balneario de Gräfenberg unos 1700 visitantes.En el sanatorio de Priessnitz se curaban fracturas, extremidades dislocadas y paralizadas, el reumatismo y la gota, dolencias del hígado y del estómago. Priessnitz triunfó sobre una epidemia del cólera, dando de beber a los enfermos deshidratados grandes cantidades de agua a pesar de que la vomitaban. Por el contrario, el "médico de las aguas" no admitía en su sanatorio a los pacientes con la tuberculosis.
La pequeña colonia de Gräfenberg se convirtió en el famoso balneario de Jeseník. Su fundador, Vincenc Priessnitz, falleció en noviembre de 1851 a consecuencia del resfriado que cogió en uno de sus viajes y el agotamiento del organismo.