“Venga, que faltan ustedes”
Hace poco en Radio Praga invitamos a nuestros oyentes a que nos escribieran para contarnos las impresiones que vivieron durante el estallido de la Revolución de Terciopelo, hace 20 años. Uno de ellos sería entrevistado telefónicamente por Radio Praga. Pues bien, el afortunado ha sido Stefano Citterio, de Italia.
Stefano Citterio es profesor de idiomas y puede presumir de dominar todas las lenguas en que emite Radio Praga, y seguramente alguna más. Diexista y veterano oyente de esta emisora, Stefano mantuvo correspondencia con nuestra redacción poco antes de que diera comienzo la Revolución de Terciopelo.
“Yo normalmente para recibir una tarjeta QSL solía escribir muchas cartas a todas las emisoras del Este. Y escuchaba muy a menudo las emisiones en italiano de Radio Praga, porque desgraciadamente ahora no hay transmisiones en italiano pero entonces sí había. Escribí a la redacción italiana que en el clima de democratización y renovación del Este de Europa faltaban los checos. Así que le escribí una frase, que me acuerdo perfectamente: ‘venga, que faltan ustedes’. Y la carta la envié por casualidad el día 15 de noviembre, o sea, dos días antes de la Revolución de Terciopelo. Y sobre todo ahora, hablando con mis amigos checos, italianos y españoles, siempre les digo bromeando que gracias a mi carta los checoslovacos se levantaron en contra de sus gobernantes. Y eso demuestra mi gran poder de entonces”.De la Revolución en sí, Stefano recuerda sobre todo su carácter pacífico y las manifestaciones en la plaza de Venceslao.
“La cosa que me llamó la atención a mí fue sobre todo la falta total de violencia, sobre todo teniendo en cuenta lo que iba a pasar en Rumanía más tarde. Y sobre todo la gran muchedumbre que había en la Václavské Náměstí, en la plaza de San Venceslao, y los gritos ‘Havel na hrad’, o sea, ‘Havel al castillo’, eso me llamó muchísimo la atención”.
Ahora 20 años después, Stefano es todo un apasionado, un hincha, como dice él, de la República Checa. Una historia de amor con este país que comenzó con un curso de idiomas y que con el tiempo se ha ido convirtiendo en algo mucho más complejo.“Después de haber estudiado ruso tuve la oportunidad de estudiar checo en Bérgamo, en la ciudad donde vivo. Pasando el tiempo me aficioné cada vez más y al final gracias a toda la gente que yo conocí a través de ese curso, no solo italianos, sino también checos, me fui de viaje de novios con mi mujer a Praga y a partir de entonces hemos desarrollado muchísimas cosas. Por ejemplo, en el pueblo donde vivo, Trescore Balneario, cerca de Bérgamo, hemos organizado, el año pasado, un intercambio escolar con Čelakovice, una ciudad cerca de Praga. Siento mucho cariño hacia ese país. No sé por qué ni dónde nace. Me acuerdo que cuando estuve por primera vez en Praga me eché a llorar, nada más verla, o sea, que es una ciudad preciosa, todo el mundo lo sabe, pero el por qué yo me eché a llorar yo todavía no lo sé”.
El año que viene, Stefano cumplirá 50 años, y 10 años de casado, un doble aniversario que celebrará, como no, en Praga. Le estaremos esperando.