Varias ONG ayudan a mujeres polacas a interrumpir su embarazo en Chequia
La ley polaca que prohíbe la práctica totalidad de los abortos, incluso en el caso de defectos congénitos graves, provoca que muchas mujeres viajen a la República Checa para poder interrumpir su embarazo de forma legal. Varias organizaciones ayudan a las mujeres a orientarse en su viaje y encontrar clínica.
Tras meses de protestas masivas en las calles de Polonia que no ha frenado ni el riesgo de infección por coronavirus, el Gobierno del partido conservador Ley y Justicia (PiS) ha impuesto cambios que suponen una prohibición casi total del aborto. La interrupción del embarazo por malformación del feto, que es el motivo del 98% de los abortos en Polonia, ha pasado a ser considerada inconstitucional. Decisión que provocó críticas este miércoles incluso de dos comisiones del Parlamento Europeo, aunque desde Bruselas no se pueden dictar leyes comunitarias en este ámbito.
Desde finales de enero, cada vez más mujeres polacas se dirigen a Chequia a abortar precisamente por problemas congénitos del feto, asegura Katarzyna Byrtek, de la organización Ciocia Czesia, que ayuda a estas mujeres en el proceso. Aunque su organización no se interesa por los motivos de esta dura decisión, explicó en la Televisión Checa.
“Nosotros no hacemos preguntas. Pero a veces las mujeres necesitan contarnos su historia y creo que es importante que alguien las escuche, dé respuesta a sus preguntas, las apoye en su decisión y no intentar decirles qué es lo mejor para ellas. Creemos que cada mujer sabe lo que es mejor para ella”.
Organizaciones como la suya se limitan a dar información legal al respecto o datos de contacto de clínicas en la República Checa. En algún caso, reconoce, un voluntario ha acompañado a la estación a alguna mujer que nunca había estado en el extranjero o que no se orientaba. En muchos casos, hay que tener en cuenta que el viaje está acompañado por duras circunstancias personales, relata Byrtek.
“A menudo se dice que el aborto es una experiencia traumática y yo creo que lo traumático es la situación en la que una persona no puede decidir por sí misma y tiene que irse al extranjero para poder decidir sobre su cuerpo. Se dan situaciones muy difíciles, como violaciones dentro del matrimonio en parejas que están ya separadas en realidad pero la mujer no quiere denunciarlo porque sería un problema más y otra experiencia traumática”.
Otra activista, Aleksandra Magryt, expuso a la Televisión Checa problemas adicionales a los que se enfrentan las mujeres polacas en esta situación.
“Según los sondeos, los padres de los niños con malformaciones graves a menudo abandonan a las madres. Hasta un 80% de las mujeres se quedan así solas, ligadas al sufrimiento, igual que los niños nacidos”.
El 80% de los polacos están en contra de esta prohibición del aborto
El partido Ley y Justicia y las organizaciones provida defienden que desde el momento de la concepción el embrión es un ser humano y este tiene derecho a la vida en cualquier caso. El aborto es ahora legal en Polonia únicamente en los casos de violación, incesto y riesgo para la madre.
Katarzyna Byrtek explicó en la Televisión Checa que los sondeos demuestran que el 80% de la sociedad polaca no apoya una limitación tan estricta de los abortos, pese a lo que el Gobierno la ha llevado a cabo. Cree Byrtek que el partido Ley y Justicia está devolviendo así a la Iglesia católica polaca el apoyo recibido. La activista cree que las creencias religiosas no deberían imponerse al conjunto de la sociedad.
“Creo que es una decisión propia de cada uno y no debería haber problema con eso. Si alguien piensa que un feto de tres semanas es un niño, me parece bien, es su decisión. Y también hay personas que creen que no es un niño sino un conjunto de células. Entiendo todas las posturas, pero la Iglesia, que es una organización más de las que hay en la sociedad, no debería poder influir en lo que yo hago con mi vida”.
Explica Byrtek que cuando nació el pasado otoño la asociación Ciocia Czesia (La Tía Checa), muchas clínicas checas no tenían claro el marco legal y les pidieron que no dirigieran a más mujeres a sus instalaciones. La semana pasada, la revista Respekt informó que el ministro de Salud, Jan Blatný, preguntado acerca de esta cuestión por el Partido Pirata, entre otros, respondió por carta en noviembre que los sanitarios que realizaran abortos a mujeres polacas se enfrentaban a penas de cárcel. Sin embargo, al publicarse esta información el 16 de febrero, salió Blatný a aclarar que se trató de un error de su equipo y que las ciudadanas de la Unión Europea pueden someterse a una interrupción voluntaria del embarazo en la República Checa aunque viajen al país únicamente con ese fin y por solo unos días.