Una tercera parte de los checos se avergüenza por la enorme cantidad de cerveza consumida anualmente en el país
Aproximadamente dos terceras partes de los checos beben cerveza. La mitad de la población toma como mínimo un litro de esta bebida a la semana, no obstante, una tercera parte de la población se avergüenza por la enorme cantidad de cerveza consumida anualmente en el país; ello se desprende de un sondeo realizado recientemente por el Centro para la Investigación de Opinión Pública de la Academia de Ciencias.
Un 93 por ciento de los checos opina que la cerveza es la bebida nacional del país, y casi el mismo porcentaje cree que forma una parte inseparable de la tradición checa.
La cervecería sirvió muchas veces como fuente de inspiración para los grandes escritores checos, como fueron por ejemplo, Jaroslav Hasek, autor de "Las aventuras del buen soldado Svejk", y Bohumil Hrabal, parroquiano asiduo de la cervecería praguense "El Tigre".
Desde siempre los hombres checos solían ir a las cervecerías, sobre todo, para charlar con los amigos: sobre la política, los deportes, las mujeres... En el pasado, bajo el régimen comunista, la cervecería funcionó, además, como un lugar donde la gente escapaba de la realidad, como afirmaba el sociólogo Jirí Vinopal.
"Una fuga ante la situación en el país comunista era obvia en el pasado, hoy la situación es diferente, la gente no siente la necesidad de huir tan radicalmente de la realidad", señalaba el experto.
Según se desprende del sondeo, los mayores consumidores de cerveza en la República Checa son los operarios cualificados y los empresarios, y, por otro lado, los partidarios del conservador Partido Cívico Democrático. La razón es simple, dice el sociólogo Jan Cervenka."En otras formaciones políticas la proporción entre hombres y mujeres se encuentra más o menos igualada, pero entre los partidarios del Partido Cívico Democrítico predominan los hombres", alega Jan Cervenka.
De todas formas, se puede decir que a las checas también les gusta la cerveza, aunque prefieren ir a cafeterías y restaurantes; y sólo un 6 por ciento de ellas suele frecuentar cervecerías, debido a que los locales están llenos de humo y son ruidosos.
Los checos son los mayores consumidores de cerveza per cápita en el mundo y las cervecerías de seguro seguirán formando parte de la vida cotidiana checa, por otro lado, paradójicamente un 30 por ciento de la población del país siente vergüenza por esa primacía mundial.