Una lección de checo lluviosa
El otoño es época de precipitaciones y cielos nublados. En esta lección de checo trabajaremos con el vocabulario más lluvioso.
¿Pero qué día en Chequia el cielo–nebe- no tiene nubes–mraky? Yo no me preocuparía.
Más que nubes son nubarrones–mračna.
¿Has oído eso? ¡Un trueno! –Hrom!
Pues vas a tener razón al final. Y lo que se avecina no es un simple chubasco–přeháñka-, sino una verdadera tormenta–bouřka.
¡Uy! A mí no me importa la lluvia–déšť-, pero las tormentas me dan miedo–bojím se bouřek.
Y tienes motivos para asustarte. Un día caminaba por el bosque cuando estalló una tormenta –spustila se bouřka-, y un rayo–blesk- cayó en el árbol que estaba a mi lado.¡Roman! ¡No me estás ayudando! ¿Y no te pasó nada?
Por suerte el árbol cayó hacia el otro lado, pero me di un susto de muerte, y luego me calé hasta los huesos–promoknul jsem na kost.
Pues ahora nos espera un destino similar. No tengo impermeable–pláštěnka- y me temo que me voy a quedar empapada como una sopa–promočená skrz naskrz.
Qué poco previsora eres. Mira, pues yo por casualidades de la vida, sí que tengo un paraguas–deštník. Lo voy a abrir–Otevřu ho.
Mira, ya está lloviendo–už prší.
Son solo cuatro gotas, solo chispea–mrholí.
Claro. Tú estás ahí bien seco–suchý- bajo tu paraguas–pod deštníkem.Bueno, venga, arrímate y métete tú también.
Ya llueve más. ¡Madre mía! ¡Llueve a cántaros!–Lije jako z konve.
Esto debe recordarte a esos aguaceros cubanos–kubánské lijáky- de tus últimas vacaciones en la isla.
La diferencia es que aquí hace mucho más frío–je větší zima.
Oye, no te quejes, que te quedas sin paraguas. Y cuidado no pises ningún charco–louže, que solo falta que me moje las botas.
Esto es terrible, no se puede ir por ningún lado. Vamos a tener que esperar a que amaine la tormenta–až bouřka zeslábne.
Ay, Ivana. ¿Quién nos iba a decir que seríamos amigos hasta la muerte, en checo amigos a la lluvia–kamarádi do deště?