Una empresa checa convierte el plástico en combustible
Reciclar el plástico y convertirlo en combustible. Esta es una de las posibilidades que ofrece la tecnología que recientemente ha presentado una compañía checa.
La gestión del plástico es uno de los mayores desafíos de nuestra civilización. Los vertederos se llenan con montañas de plástico y los mares reciben una enorme cantidad de este material a diario.
Para aumentar las posibilidades del plástico, una compañía checa ha ideado un sistema que convierte el material en aceite, del que a su vez puede fabricarse combustible u otros plásticos.
Se trata de Plastoil Europe, una empresa que es capaz de procesar, por ejemplo, bolsas de supermercado y recipientes de yogures para hacer aceite. El dueño de la compañía, Petr Kalianko, explicó para la Televisión Checa cómo funciona esta tecnología.
“Lo que hace esta máquina de vaporización es vaporizar el plástico licuado. Después de estar a 100 ºC, lo exponemos a 25 ºC y se condensa. De esta forma comienza a gotear un aceite que está preparado para otros usos”.
La unidad de procesado que poseen ahora mismo es capaz de trabajar cada día con una tonelada de plástico triturado. Traducido en litros de aceite, tiene la capacidad de producir 1000 litros diarios.
De acuerdo con el ingeniero químico Lubomír Lukač, consejero externo de Plastoil Europe, el proceso tiene similitudes con la forma en la que se consigue el plástico a partir del petróleo.
“No hay diferencia con lo que se extrae del petróleo. Por lo que de este aceite se puede hacer combustible. Normalmente, el plástico suele acabar convertido en polietileno, en polipropileno o en poliestireno”.
Esta unidad de procesado, llamada Optimus, puede llevar a cabo este proceso no solo con PVC y PET, sino con la mayoría de plásticos que usamos en nuestra vida cotidiana. Optimus tiene detrás ocho años de trabajo para llegar hasta su forma actual. La unidad tiene la ventaja de caber dentro de un contenedor marítimo, por lo que podría ser exportada fácilmente a otros países. Según Eduard Wippingler, jefe de proyecto en Plastoil Europe, los clientes más interesados por el momento son compañías de residuos.
“Los clientes más interesados son compañías relacionadas con los residuos, como empresas municipales de basura y empresas que gestionan la recogida de estos materiales. Pero también hay clientes que son inversores independientes, y que desean encontrar nuevas fuentes de residuos”.
La intención de los creadores de Optimus es sacar al mercado la máquina durante este 2020.
Chequia es uno de los países de la Unión Europea más concienciados con el reciclaje, y cada año más checos separan los distintos materiales en sus contenedores respectivos.
El problema de fondo es que de todo el plástico que los ciudadanos depositan en el contenedor amarillo, solo un porcentaje vuelve a ser utilizado. Por lo que la creación de nuevas técnicas y nuevas plantas con este fin es fundamental para encontrar un modo de vida más respetuoso con el medio ambiente.