Un nuevo vertido en el río Bečva envenena el caso
El río Bečva sufrió este miércoles el cuarto vertido tóxico en poco más de dos meses. La Policía sigue sin encontrar al culpable del primero y más devastador. El responsable del funcionamiento de la depuradora de Rožnov pod Radhoštěm apareció muerto.
La imagen de los miembros de la Inspección de Medio Ambiente tomando muestras de agua contaminada del Bečva acompañados por la Policía volvió a producirse este miércoles. Ya empieza a ser difícil recordar cada una de las veces que esto ha pasado en lo que va de otoño.
Diversos medios apuntaron en este cuarto vertido a una remodelación técnica acometida por la empresa Energoaqua, responsable de la depuración de aguas en la localidad de Rožnov pod Radhoštěm, como posible causante.
En la mañana de este jueves, el diario Právo informaba de la muerte del jefe del funcionamiento de esa depuradora con signos de haberse suicidado.
La tragedia añade más tensión a un caso del que sigue sin saberse el origen de los tres vertidos anteriores, especialmente el de cianuro del 20 de septiembre que acabó con cuarenta toneladas de peces muertos recogidos por los pescadores de la zona.
El diputado del partido Alcaldes e Independientes y miembro de la corporación regional de Zlín, Petr Gazdík, pidió la dimisión del ministro de Medio Ambiente, Richard Brabec. Según declaraciones de Gazdík a la Televisión Checa, demasiadas cosas se están haciendo mal.
“El Estado está fallando y, por desgracia, está fallando en todos los frentes. Falló la Fiscalía del Estado y la Policía, por ejemplo, al haber preguntado al primer pescador cuarenta días después de la catástrofe. Falló la Inspección de Medio Ambiente Checa al descartar la responsabilidad de la empresa química Deza sin realizar un examen en profundidad de sus mecanismos de seguridad. Es sencillamente increíble”.
Gazdík también mencionó la posibilidad de que los errores de la Inspección fueran intencionados. Desde el principio muchos miraron con desconfianza a la empresa química Deza de Valašské Meziříčí, perteneciente al holding Agrofert, propiedad en el pasado del primer ministro, Andrej Babiš. Según el medio Deník Referendum, el mismo día del vertido de cianuro, en el recinto de Deza se produjo un accidente que provocó una fuga de sustancias tóxicas. Sin embargo, en un principio se descartó su posible responsabilidad.
La Inspección de Medio Ambiente en la actualidad investiga a quince empresas, entre las que desde el 11 de noviembre también se encuentra Deza, tal y como informa el servidor de la Radio Checa, iRozhlas.cz. Desde Agrofert se reconoce que el 20 de septiembre se produjo un “incidente de operación” pero niegan que la fuga contuviera sustancias tóxicas. Argumentan que por no considerarlo un accidente, no informaron a la Inspección de Medio Ambiente, como sí tenían que haber hecho, en opinión del ministro Brabec.
Robert Stržínek, alcalde de Valašské Meziříčí, también mostró su preocupación con el transcurso de la investigación en la Televisión Checa.
“Todo está tardando demasiado, eso es incuestionable. Para saber los resultados de los análisis tenemos que esperar tres o cuatro días e información de la Policía seguimos sin recibir ninguna. Todo ello explica la situación que tenemos. Luego salen teorías conspiratorias y nada ayuda a que se tranquilicen las cosas ni puede que tampoco a encontrar al culpable”.
El ministro del Interior, Jan Hamáček, anunció en su día que el peritaje que debería establecer con exactitud el origen del vertido de cianuro tendría que estar listo para el 20 de diciembre.