Un moái protege el parque Lázaro Cárdenas en Praga
El distrito de Praga 6 cuenta con una estatua moái que recuerda la labor del ingeniero checo Pavel Pavel quien reveló hace casi 40 años el gran enigma de cómo se transportaban las estatuas en la Isla de Pascua.
En el parque capitalino Lázaro Cárdenas se encuentran varias estatuas relacionadas con Latinoamérica como, por ejemplo, una dedicada a Simón Bolívar, bustos de Bernardo O'Higgins Riquelme o Benito Juárez y ahora un moái, es decir, una réplica de una de las estatuas típicas para la isla de Rapa Nui o Isla de Pascua. De acuerdo con el embajador de Chile en la República Checa, Hernán Bascuñán Jiménez, es un buen símbolo de unión entre los dos pueblos, tanto el pueblo chileno como el pueblo checo.
“Es un gran honor para mí y, al mismo tiempo, un sueño infantil hecho realidad”.
Pavel Pavel
“Queríamos que fuera más pública, que tuviera más visibilidad, entonces de ahí surgió la idea de hacer un préstamo a largo plazo a la municipalidad de Praga 6 para que ellos la pusieran aquí. La verdad es que la pusieron en un lugar sumamente importante, en un lugar donde todo el mundo la va a ver. Está cerca de una pileta donde los niños pueden bañarse y yo vi hoy como estaba lleno de niños de colegio jugando alrededor y todos mirando este moái, porque es interesante y es algo diferente para ellos, entonces, esa es la manera de ir manteniendo vínculos culturales entre los pueblos”.
Praga 6 es un distrito que cuenta con numerosas embajadas y residencias y, tal y como explicó el vicealcalde Václav Kožený, es muy importante para esta parte de la capital checa mantener buenas relaciones con todos los países de América Latina, darles visibilidad y brindarles buenas condiciones para que sus representantes se sientan ahí como en su propia casa.
“Esto es un parque que rinde homenaje a todos los países de América Latina. Tenemos aquí varias estatuas y bustos que recuerdan los países latinoamericanos. Nosotros le hemos escogido un lugar ideal en la entrada donde puede proteger el parque, como fue la intención original de estas estatuas”.
El moái que se puede contemplar en Praga fue fabricado de hormigón por el ingeniero checo Pavel Pavel, famoso por haber movido en 1986 un moái original en Isla de Pascua y por haber explicado una de las grandes incógnitas de la arqueología: ¿cómo trasladaban los habitantes de Rapa Nui estas grandes estatuas de piedra sin ayuda de ruedas o animales de tiro? Antes de partir a la Isla de Pascua en aquel entonces, se había fabricado en su casa de Strakonice, al sur de Bohemia, una réplica y había comprobado cómo moverla con ayuda de cuerdas. Ahora, se siente honrado por poder inaugurar un moái también en un lugar público de la capital checa.
“También expliqué los enigmas de Bolivia y Perú. Amo América del Sur”.
Pavel Pavel
“Ahora, después de 42 años, se levanta una estatua en la capital checa, entonces, es un gran honor para mí y, al mismo tiempo, un sueño infantil hecho realidad. De pequeño leía a Thor Heyerdahl y su visita a la Isla de Pascua y no me podía imaginar que un día visitaría también yo la Isla de Pascua, Chile, que resolvería un famoso enigma arqueológico con la presencia de Heyerdahl. La inauguración de la estatua es la culminación de mis casi 50 años de actividades vinculadas a las estatuas moái”.
El moái que se puede ver en el parque Lázaro Cárdenas fue fabricado originalmente para ser expuesto en el jardín de la embajada de Chile en Praga, antes de que se mudara desde el distrito Praga 6 a la Plaza Venceslao. En el lugar de su instalación original lo vieron tres presidentes latinoamericanos y también el presidente Václav Havel, prosigue Pavel.
“Vino el embajador Klammer y dijo: ‘¡Qué maravilla! Vamos a organizar aquí en la embajada el encuentro de tres presidentes latinoamericanos con Václav Havel’. Así que, el embajador puso la estatua en el césped, dejó plantar flores alrededor y ahí se llevó a cabo el encuentro de cuatro presidentes, junto a esta estatua. Como la embajada cambió de lugar, ofreció la estatua a Praga 6 y creo que este lugar es hermoso”.
Como explica Pavel Pavel, fabricó tantas réplicas de los moái que por toda la República Checa se puede encontrar casi el mismo número de estas estatuas que en la propia Isla de Pascua. El beneficio que obtiene el ingeniero de esta actividad lo invierte en sus investigaciones pero también lo utiliza para fomentar el arte en Chequia. A su vez, se puede ver un ejemplar de estos en Alemania y uno en Italia.
Como dice Pavel Pavel, se enamoró de la cultura indígena latinoamericana ya de niño y, además del placer que le da poder exponer su estatua en la capital checa, lleva con orgullo la máxima condecoración estatal chilena que le fue otorgada por su gran pasión que descubrió en la edad infantil.
“Escribí más de 200 artículos, tengo libros, hablé en la televisión en la radio… Así que después de todos estos años, el presidente de Chile me otorgó la alta condecoración chilena, la Orden al Mérito Bernardo O'Higgins. Hay como tres en toda Europa”.
Además del territorio chileno, Pavel Pavel también se interesaba por grandes construcciones de piedra en Perú y Bolivia y quería resolver semejantes incógnitas vinculadas a Tiahuanaco, antigua ciudad boliviana a la que se transportaban piedras por medio del lago Titicaca.
“Hacer experimentos ahí es muy complicado, así que los hicimos aquí en Chequia. Simulábamos cómo se llevaban y transportaban las piedras de una orilla a la otra. Así que en el estanque Svět de Třeboň fabricamos de totora unos botes y la piedra la llevamos de un lado a otro, así que también expliqué los enigmas de Bolivia y Perú. Amo América del Sur”.
Pavel Pavel tiene previsto publicar este verano otro libro dedicado a la Isla de Pascua y espera poder presentarlo este otoño en Santiago de Chile y regalarlo a sus amigos de su amada Rapa Nui.