Un libro recuerda el samizdat, las publicaciones prohibidas del comunismo
El recientemente publicado libro 'La Historia de la Edición Expedición' recuerda el fenómeno del samizdat, actividad clandestina basada en publicación de libros y revistas prohibidos por el Régimen Comunista.
“La gente se veía obligada a copiar los libros en máquinas de escribir en sus casas donde también los encuadernaba. A veces conseguían encuadernarlos en talleres, pero aún así nunca llegaban a tener un aspecto profesional”.
Este complicado proceso de producción impedía publicar los libros en grandes tiradas, con lo cual cada publicación contaba con entre 14 y 16 ejemplares, según recuerda Ivan Havel, hermano del ex presidente checo Václav Havel y uno de los ex integrantes de la editorial.“Estos ejemplares circulaban de mano en mano. Entonces teníamos que ser muy precavidos. Por ejemplo, nunca podíamos utilizar el teléfono. Esta actividad representaba una manera de autoayuda de la sociedad y los que participaban le tenían tanto cariño a este trabajo como antes lo tenían los artesanos a su oficio”.
Organizar la estructura de la editorial sin que fuera descubierta y desintegrada por la Policía Secreta resultaba uno de los desafíos más complicados. Por tanto, muchos integrantes ni se conocían entre sí. Aún así no se podía evitar que muchos de su miembros fueran perseguidos. Por esta actividad podían ser castigados con varios años de cárcel. Puesto que el acceso a las imprentas resultaba imposible en Checoslovaquia e incluso cada máquina de escribir tenía que ser registrada, los manuscritos se exportaban frecuentemente al extranjero, lo que suponía uno de los procesos más peligrosos.“Los libros se transportaban ocultos en los automóviles cuando se salía de vacaciones. Los manuscritos se imprimían en el extranjero y luego se devolvían a Checoslovaquia. Eso era muy peligroso, ya que se convertía en un problema internacional”, indicó Romanová.
Hasta 1989, la Edición Expedición logró publicar 232 títulos de autores prohibidos como Bohumil Hrabal, Jiří Kolář, Ludvík Vaculík y el mismo Václav Havel.