Un icónico Tatra 77a ha sido restaurado 50 años después
El Museo Técnico Nacional restauró uno de los pocos modelos existentes en todo el mundo del icónico Tatra 77a, el primer coche aerodinámico producido en serie.
Aparte de ser el primer coche aerodinámico fabricado de forma masiva en todo el mundo, el icónico Tatra 77a destaca por su diseño único. El vehículo cuenta no sólo con los típicos dos faros, uno en la izquierda y otro en la derecha, sino también con uno más en el centro. Jiří Hulák del Museo Técnico Nacional ofreció más detalles sobre las características del coche en entrevista con la Radio Checa.
“Con sus 5,3 metros de longitud, este modelo comenzó la tradición de los grandes coches aerodinámicos de Tatra. Su motor tenía un volumen de 3,4 litros y su carrocería era algo único para su tiempo. La velocidad máxima era de unos 150 kilómetros por hora y el consumo era de entre 15 y 18 litros a los cien kilómetros. El volante se encuentra a la derecha, una característica común para los vehículos de la Primera República”.
Durante la Primera República, los checos conducían por la izquierda. La ocupación nazi de 1939, no obstante, hizo que los checos empezasen a conducir por la derecha.
El coche, adquirido por el Museo Técnico Nacional, fue comprado en agosto de 1937 por Evžen Porák, propietario de una fábrica de papel en Loučovice, en los bosques de Šumava, y fue utilizado como coche de empresa. En 1974, el Museo Técnico Nacional lo recibió en mal estado. El museo necesitó 50 años para restaurar el icónico vehículo, lo que por fin ocurrió con el apoyo de fondos de la Unión Europea. En entrevista para la Radio Checa, Aleš Hyner, del Museo Técnico Nacional, describió la condición del coche antes de la renovación.
“Cuando recibimos el coche, era una ruina total. Entre otras cosas, faltaba el faro central, uno de los elementos más característicos de este modelo. Tratamos de recuperar su condición original”.
En su día, este vehículo costaba lo que una casa familiar. Los compradores principales eran el ejército y las compañías, ya que muy pocas personas ordinarias podían permitirse un coche tan caro.
Además de por sus tres faros frontales, el vehículo también destaca por su forma. Su parte delantera es redonda, mientras que la parte trasera es más puntiaguda y baja. Ahora, el Tatra 77a se puede ver en la sede del Museo Técnico Nacional en la ciudad de Plasy, en la región de Pilsen.
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