Un enorme mosaico sobrevivirá a la demolición de un icónico edificio brutalista de Praga
El Edificio de Telecomunicaciones Central del barrio de Žižkov, una de las construcciones brutalistas más particulares de Praga, tiene los días contados. Mientras se trabaja en su lenta demolición, un valioso mosaico de su interior será salvado gracias al empeño de varias personas como Magdalena Kracík Štorkánová, que habló para Radio Praga Internacional.
Muchos praguenses lo conocen como Mordor, el terrorífico lugar de El señor de los anillos, y, sin embargo, se trata de uno de los edificios brutalistas más icónicos de la capital checa desde su construcción, junto a la Estación de Mercancías del barrio de Žižkov en la década de los 70. Pero ya por poco tiempo. Su desmantelamiento ha comenzado este año y si no ha desaparecido ya es por el alto contenido en amianto, que exige un cuidado máximo en la operación.
Cuando se inauguró, en enero de 1980, con su torre de 96 metros, era el edificio más alto de Checoslovaquia y el más alto de Europa de telecomunicaciones. Muchos lamentan su final pero, al menos, numerosas obras artísticas de su interior sí que sobrevivirán. Destaca, especialmente, un enorme mosaico del italiano Sauro Ballardini, autor que también creó otro mosaico para la estación de metro de Florenc.
Costó medio millón de coronas checoslovacas en su día, una importante suma para la época, y representa la placa que la sonda espacial Pioneer 10 de la NASA llevó a Júpiter como mensaje para civilizaciones alienígenas.
Magdalena Kracík Štorkánová, una de las personas a las que hay que agradecer que se vaya a salvar la obra, contó más sobre ella a Radio Praga Internacional.
"El nombre del mosaico es 'El hombre conquistando los nuevos horizontes del universo' y representa la silueta de una nave espacial. También a un hombre y una mujer y los planetas del sistema solar, representados originalmente en la placa dorada que sigue flotando por algún lugar del espacio”.
El mosaico mide cuatro metros de alto y nueve de ancho y se hizo con cientos de piezas de vidrio que se cortaron de grandes placas, prosigue Štorkánová.
“Se trata, de hecho, de una técnica de mosaico tradicional que ya se utilizaba durante el siglo IV d. C., durante la primera era cristiana. En este caso, los artistas utilizaron vidrio checoslovaco y lo combinaron con piezas italianas doradas conocidas como teselas”.
El camino para salvar el mosaico ha sido largo. La primera vez que Štorkánová visitó el edificio fue en 2015, cuando aún era usado por la compañía O2.
"Entonces estaba cubierto por una tabla, así que hicimos pequeñas pruebas para ver si el mosaico todavía estaba allí y en qué estado se encontraba. Luego pasamos por un largo proceso administrativo y volvimos en 2019, cuando el propietario, Central Group, ya sabía que el edificio sería demolido y estaba de acuerdo en salvar el mosaico”.
La obra fue rescatada por partes y ahora descansa en un almacén. Pero ya parece haber encontrado un nuevo hogar, y dentro de algún tiempo se debería poder visitar.
"Ya hemos encontrado un inversor, la fundación Eleutheria, con sede en Praga. Tienen una colección de alrededor de 8000 obras de arte hechas en Checoslovaquia después de la Segunda Guerra Mundial y planean construir un museo, siendo este mosaico la mayor de todas las obras que tienen. Sin embargo, hay otro mosaico que logramos salvar este año. Es una pieza cerámica que se colocó cerca de la obra de Ballardini y en este caso todavía estamos buscando un lugar adecuado”.
Según las autoridades, la demolición del Edificio de Telecomunicaciones Central, que hubo que secuenciar en cinco etapas, se prolongará hasta finales de este año, tras lo que esa parte de Praga perderá su característico punto de referencia.