“El brutalismo probablemente lo aprecie más la próxima generación”
En Chequia y en todo el mundo, los edificios brutalistas a menudo han tenido un destino complicado. Algunos han sido derrumbados y otros remodelados de manera poco respetuosa. No obstante, parece que la generación más joven podría tenerle un poco más de cariño a este estilo arquitectónico.
La República Checa cuenta con varios edificios notables construidos en estilo brutalista, una forma arquitectónica tan afamada como odiada. El brutalismo vivió su auge entre los años cincuenta y sesenta del siglo XX, inspirado en la obra del arquitecto suizo Le Corbusier.
Petr Svoboda, jefe del Centro Metódico de Arquitectura Moderna del Instituto Nacional de Monumentos, explicó a la Radio Checa el origen del nombre.
“El nombre proviene de la expresión francesa “béton brut”, es decir, hormigón crudo. No tiene nada que ver con que los edificios sean brutales. Lo que hacían era revelar materiales ásperos en su propia construcción”.
Como uno de los ejemplos más icónicos, Svoboda cita el hotel Intercontinental de Praga que, según afirma, tiene un valor extraordinario y capta la propia esencia del brutalismo. El Instituto Nacional de Monumentos propuso en el pasado que el hotel se convirtiera en monumento cultural, no obstante, hasta la fecha no ha sido así.
De hecho, el hotel está pasando por una extensa remodelación en la actualidad durante la cual, de acuerdo con Svoboda, probablemente pierda algo de su autenticidad, sobre todo en el interior, cuenta.
“Se ha conservado básicamente solo el esqueleto de hormigón armado y el hotel debería recuperar su fachada original. Lamentablemente, el interior del edifico tendrá un aspecto diferente. En su día contenía obras de numerosos artistas destacados. Es un hotel construido por un equipo dirigido por Karel Filsak y se trató realmente de una pieza arquitectónica de relevancia mundial. Y esperemos que lo siga siendo, al menos desde fuera”.
Mientras que Svoboda aprecia el estilo, entiende la controversia que se ha ganado entre el público general. Y no solo en Chequia. Coincide en este aspecto con la opinión del historiador de la arquitectura Zdeněk Lukeš, quien estima que la fama del estilo arquitectónico mejorará solo gracias a una distancia generacional.
“Los jóvenes arquitectos o historiadores de la arquitectura tienen una actitud bastante más favorable hacia el brutalismo en comparación con la generación mayor. Además, cuando me pongo a hablar con diferentes personas, en muchas ocasiones me dicen que les gustan los edificios construidos en este estilo, pero que no les agrada el hormigón crudo como material porque se ensucia con el tiempo”.
Svoboda coincide asimismo en que una de las razones por la que los jóvenes logran apreciar el valor del brutalismo es que para ellos se trata de un estilo librado de la carga ideológica del socialismo. Esta, incluso hoy en día, sigue siendo para muchos un obstáculo que les impide valorar el atractivo arquitectónico de estas obras.
En cuanto al “carácter sucio” del brutalismo, Svoboda afirma que tiene remedio.
“El hormigón no es difícil de limpiar. Hoy registramos asimismo una gran tendencia a pintar el hormigón crudo original. A veces hace falta muy poco para que un edificio con un aspecto no muy agradable, sucio o mugriento se convierta en una obra elegante y atemporal”.
Transgas y el Hotel Thermal
Uno de los edificios brutalistas más conocidos de Praga solía encontrarse justo al lado del edificio de la Radio Checa. Llevaba el nombre de Transgas, en honor al gaseoducto del mismo nombre. A pesar de ser considerado uno de los monumentos más notables de ese estilo arquitectónico, el coloso de hormigón terminó siendo demolido a principios de 2020 tras decidir el Estado que no lo protegería como monumento cultural. El sitio, de momento aún vacío, debería acoger un edificio de oficinas.
Otro de los edificios que no se conservó es el Hotel Praga, construido en estilo brutalista tardío en el barrio capitalino de Dejvice. La construcción, atrevida para su tiempo, se llevó a cabo entre 1975 y 1981 con el fin de satisfacer las necesidades del Partido Comunista y el Gobierno checoslovaco. Se habían utilizado las tecnologías y los materiales más avanzados que estaban disponibles en el país y cada mueble había sido elaborado en base a un diseño original. En el Hotel Praga es donde se hospedaban las delegaciones extranjeras. No obstante, tras el cambio de régimen, el hotel pasó a manos del grupo PPF, que decidió derruirlo.
Uno de los edificios brutalistas más conocidos del país, cuya reconstrucción también se ha convertido en objeto de controversias en los últimos años, es el hotel Thermal de Karlovy Vary, sede principal del Festival Internacional de Cine celebrado anualmente en la ciudad balneario. El edifico fue proyectado por los arquitectos Věra y Vladimír Machonin, que son también los autores del centro comercial Kotva en el centro de Praga.