Un biochip checo detecta el coronavirus en pocos minutos con la exactitud de un PCR
Un equipo de científicos checos ha logrado algo hasta ahora único en el mundo: una prueba de coronavirus rápida como un test de antígenos y fiable como un PCR. Una empresa ya trabaja en su realización.
La idea no es nueva, de hecho surgió ya en abril de 2020 en el Instituto de Física de la Academia de Ciencias checa mientras el mundo aprendía a marchas forzadas a lo que se estaba enfrentando con la pandemia.
Más de año y medio después, la revista científica ACS Applied Materials and Interface ha publicado los resultados de un amplio estudio llevado a cabo con un biochip que ha demostrado la efectividad de un test PCR para detectar el COVID-19 con la rapidez de una prueba de antígenos. Los científicos checos son los primeros en el mundo en producir un sistema de detección siguiendo este método que combina principios físicos, químicos y biológicos.
El biochip ignora la proteína S del coronavirus, a la que se dirigen todos los test y anticuerpos en la actualidad, y se fija en la proteína N, esto es, la proteína nucleocápside, en la que se esconde el ARN vírico, como explicó a la Radio Checa Hana Lísalová, del Departamento de Sistemas Ópticos y Biofísicos de la Academia de Ciencias.
“El truco está en que detectamos todo el complejo de la proteína N con el ARN vírico inestable. Así aumenta la materia que medimos y esta produce una señal suficientemente fuerte, por lo que no tenemos que modificarla, o sea, diluirla, y podemos medir la muestra directamente”.
Así es como se acorta tan drásticamente el proceso, dando un resultado concluyente en pocos minutos.
El biochip parece una chapa dorada. Este está revestido con un polímero especial que contiene anticuerpos que solo detectan el virus del COVID-19.
La Academia de Ciencias no ha estado sola en el desarrollo del sistema. Gran importancia ha tenido la colaboración con un equipo dirigido por An-Suei Yang de la Academia Sínica de Taiwán, que desarrolló los anticuerpos empleados. Después, la efectividad del biochip se comprobó en colaboración con la Universidad de Bohemia del Sur de České Budějovice.
En los estudios de eficacia se realizaban tres pruebas a cada muestra, una PCR, otra de antígenos y otra con el biochip. En total se testearon unas mil muestras. El mayor muestreo se tomó de los vehículos de transporte público de Praga, cuenta Lísalová.
“Hemos llevado a cabo un amplio estudio en el transporte urbano, realizamos el test a más de 500 muestras tomadas en superficies de autobuses y tranvías que corroboraron la exactitud de nuestro método. El ratio de coincidencia es muy alto. Dos muestras que dieron positivo con un PCR también fueron positivas con nuestro biosensor. Fue una alegría, porque esto validaba por partida doble nuestro método”.
Gracias a que este sistema se centra en la proteína N y no en la S, que es más inestable, se trata de un método fiable independientemente de las mutaciones que aparezcan del coronavirus.
Aún queda un año para que sea una realidad
Ante resultados tan prometedores, solo queda esperar a su aplicación en la vida cotidiana. En colaboración con la empresa checa CARDAM Solution ya se está elaborando un dispositivo portátil parecido a una máquina de café.
Confían en que esté listo para salir al mercado a finales de 2022, a pesar de que todo el proceso se está viendo afectado por la falta de componentes a nivel global, explica Hana Lísalová.
“Nuestro socio industrial padece la falta de materiales y piezas que, por desgracia, afecta a todo el mundo. Pero aun así parece que los tiempos son los adecuados porque el biochip puede ser utilizado una y otra vez hasta que da con una muestra positiva. Así que su mayor aprovechamiento se producirá cuando la epidemia vaya a menos”.
En la práctica, el usuario solo tendrá que escupir en un vasito de plástico que introducirá en la máquina. Unos minutos después, el aparato dará el resultado.