Un año después del cierre de las escuelas, los estudiantes no saben cuándo volverán a clases

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Hace un año las escuelas checas cerraron por primera vez sus puertas por la pandemia de coronavirus. El ministro de Educación, Robert Plaga, confiesa que no sabe cuándo se reanudarán las clases presenciales.

Foto ilustrativa: Lenka Žižková,  Radio Prague International

La República Checa es el país de Europa que durante más tiempo ha tenido las escuelas cerradas por el coronavirus. Desde hace un año, con un breve retorno a clases, los alumnos estudian únicamente a distancia.

El ministro de Educación, Robert Plaga, dijo a la Radio Checa que está convencido de que hace un año las cosas no se hicieron bien.

“Cuando analizo el verano pasado, digo que me gustaría volver el tiempo atrás y evitar caer, como entonces, en la ilusión de que el COVID ya había desaparecido. Eso nos hubiera permitido mantener las escuelas funcionando por más tiempo. Estoy seguro de que tuvimos la posibilidad de hacer las cosas mejor“.

Robert Plaga,  foto: Michaela Danelová,  ČRo

Fiel a las recomendaciones de los especialistas en epidemias, el ministro Plaga considera que quitar las mascarillas en el verano, y no volver a ponerlas en septiembre fue un error. Desde su cartera no está en condiciones de vaticinar cuándo se reanudarán las clases presenciales en las escuelas, porque la decisión no depende de él.

La educación a distancia está causando serios problemas. La falta de motivación, indiferencia, problemas de desarrollo en los más pequeños y tensión familiar son algunas de las situaciones que derivan de la privación social de los estudiantes.

Foto: Michaela Danelová,  Český rozhlas

Si en un principio quedarse en casa representó el mayor atractivo para los alumnos, ahora es sinónimo de malestar y limitación. Jaroslav Novák, director de un colegio en las cercanías de Praga dijo que en las condiciones actuales los alumnos han perdido las ganas de estudiar.

“Surgen grupos de niños sin motivación alguna, carecen de apoyo en sus hogares. La familia ya no les impulsa a estudiar. Simplemente, estos alumnos no estudian y de manera esporádica participan en las clases a distancia”.

Foto: Michaela Danelová,  ČRo

Para el inspector de Educación Tomáš Zatloukal, los jóvenes se encuentran sumergidos en una situación anormal que se ha prolongado por demasiado tiempo. Sus dificultades aumentan debido a las crisis que surgen en las familias, indicó.

“Podemos decir que con el correr del tiempo aumenta el número de estudiantes con problemas porque la situación de las familias no mejora, pero sí empeora. Esto afecta directamente el nivel de aprendizaje de los alumnos, al tiempo que los padres limitan sus actividades de apoyo”.

Foto ilustrativa: Julia M Cameron,  Pexels,  CC0 1.0 DEED

Al principio las dificultades se centraron en la búsqueda de instrumentos adecuados para las aulas no presenciales. La sociedad y el Estado reaccionaron rápido y de manera efectiva. Particulares y empresas donaron tabletas y computadoras a las escuelas, que a su vez estas entregaron a familias necesitadas. Pero eso no ha sido suficiente, el inspector de Educación Zatloukal insistió en que las escuelas tratan de amoldar las clases para que los estudiantes se sientan a gusto y cómodos, pero muchos no tienen condiciones adecuadas en sus hogares, ya sea por la falta de espacio, más de un estudiante en la familia y padres trabajando desde casa.

Con el propósito de hacer más llevadera la enseňanza a distancia, la Inspección de Educación sugiere el incremento de los canales de comunicación entre las escuelas y las familias, indicó Zatloukal.

“Recomendamos una cooperación estrecha y permanente con los padres, porque es fundamental para la coordinación de las clases. Es necesario que podamos amoldarnos a las condiciones, mejor dicho a la variedad de condiciones que tienen los alumnos en sus casas“.

Foto ilustrativa: jagritparajuli99,  Pixabay,  CC0 1.0 DEED

Para los maestros, las clases en línea exigen un grado de preparación diferente, más exigente y agotador, pero lo que más les preocupa es el hecho de que debido a la distancia no pueden ayudar, influir ni corregir una serie de situaciones complejas que afectan el proceso de la enseňanza.

En este momento es indispensable que los padres mantengan una comunicación fluida y permanente con los maestros de sus hijos, para poder reducir eventuales daňos en el aprendizaje, recomendó el inspector de Educación Zatloukal.

“La información de los padres ayuda a los maestros a tomar en cuenta ciertas situaciones específicas que afectan a las familias. Muchas veces, algunos padres tienen por ejemplo la sensación de que los niños tienen demasiadas obligaciones, mientras que otros opinan que las clases no transcurren según lo esperado”.

Foto ilustrativa: Lenka Žižková

Muchos maestros han indicado que el cierre de las escuelas dejará un profunda huella en el nivel de educación del país. Se equivocan los que piensan que a los alumnos les es suficiente estar con la maestra delante de un monitor durante horas.

Lo peor del momento lo describió Miroslav Hřebecký del Centro EDUin, plataforma sin fines de lucro dedicada a los problemas de la enseňanza, al denunciar que el Gobierno no dispone de un plan a largo plazo

para corregir las desigualdades educativas que han surgido entre los estudiantes como consecuencia de la educación a distancia. Y que nadie sepa cómo y cuándo se reanudarán las clases en las escuelas.

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